Después del 15 de Febrero, hemos presenciado como el gobierno nacional a través de su más alto representante el Presidente Hugo Chávez, ha emprendido una serie de iniciativas, apoyado en leyes aprobadas con mucha prisa por la asamblea nacional, con la intención aparente de tratar de imponer su modelo de Socialismo del Siglo XXI.
Estas iniciativas, han atentado contra los intereses ciudadanos, desde la toma arbitraria de la infraestructura, atribuciones y situado constitucional de la Alcaldía Metropolitana, el traspaso de puertos y aeropuertos en manos de gobernaciones, la expropiación de activos de empresas contratistas de PDVSA en todo el país, el acoso a medios de información independientes, las amenazas de todo tipo contra dirigentes y autoridades legítimamente electas el 23 de Noviembre pasado, las discusiones en la asamblea nacional de nuevas leyes como la Ley de Procesos Electorales, aprobada en primera discusión, configuran un marco de referencia muy peligroso para la estabilidad del país.
Nos parecen que todas estas acciones, no son otra cosa que actos de provocación premeditada para buscar una confrontación violenta en el país. Esta situación aunada con el incremento de la violencia política, donde están cayendo vilmente asesinados dirigentes de ambos bandos conforman un panorama muy negro para Venezuela.
Si además de estas consideraciones, le agregamos el alto índice delictual, la crisis económica que el gobierno se empeña en ocultar, el altísimo nivel de inflación que estamos sufriendo, los problemas acuciantes de vialidad, basura, falta de vivienda, etc., nos encontramos un caldo de cultivo para la violencia como nunca antes habíamos presenciado.
Ante esta situación queremos tomar posición, pues por una parte el monopolio de la violencia legal lo tiene el Estado, y dentro de un escenario violento el único ganador sería el Gobierno, pues nosotros los ciudadanos NO tenemos ni la vocación, ni la capacidad, ni los medios para enfrentarlo. La única posibilidad que tenemos para enfrentar la violencia es la organización, el coraje y la participación inteligente ciudadana.
No estamos proponiendo un camino fácil de recorrer, pero consideramos que es el único del que disponemos en este momento, en consecuencia alertamos a nuestros lectores y le hacemos un llamado a la participación, para luego es tarde, incorpórate. No caigas en la celada que nos están preparando.
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