Por Federico Malavassi, Prensa Libre, San José, Costa Rica.
Se ha repetido y demostrado hasta la saciedad que el mejor remedio contra la pobreza es la creación de riqueza. Es evidente que las sociedades abiertas, libres y con buena economía generan más riqueza.
Sin embargo, hay muchas razones para no erradicar la pobreza. La principal de ellas es que la lucha contra la pobreza llega a ser un gran negocio.
Congresos, encuentros internacionales, seminarios, talleres, cátedras universitarias, instituciones autónomas, políticas y difusión, agencias de publicidad son apenas algunas de las actividades que pueden financiarse con pretexto de la pobreza.
Los subcapítulos son infinitos: vivienda, erradicación de tugurios, nutrición, salud, desintegración familiar, becas, ayudas y quién sabe cuántas vetas más pueden tener lugar en estas cruzadas.
El escenario se completa con el tema del clientelismo político. Hay que convencer a unos y a otros. A unos de que sus desgracias son causadas por los otros y a los otros de que es mejor una sociedad asistencialista que garantice el status quo.
¿Cuántos bonos de vivienda se han entregado en nuestro país? Pero el problema de vivienda no se acaba, más bien se agrava. ¡Ilusos quienes quieran acabarlo! Se acabarían las donaciones, los negocios de la vivienda, las contrataciones multitudinarias, la influencia política, el carnaval del acordeón, la hechura de imagen y los almuerzos.
Eso de que cada uno pueda salir de la pobreza con su propio esfuerzo es de mal gusto. Sin inauguración, sin fomento de las relaciones institucionales, sin agradecimiento al político, sin promoción de las líneas de crédito, sin consultorías para estudiar el asunto y… sin almuerzo.
Además, si cada quien resuelve su problema, no habría nada que agradecer a todos los que han hecho de la acción social del Estado una vocación. Sería como matar la gallina de los huevos de oro. Ya no habría qué ofrecer en las campañas, ya no habría qué poner en los programas de gobierno, ya no habría pretexto para quedarse con un bocado fiscal, se pueden acabar las comisiones (coimas, mordidas o chorizos) y no habría pretexto para una serie de actividades… ni almuerzos.
Algunas veces hay meteduras de pata que deberían servir para repensar las cosas. Los juegos con el tipo de cambio, los rendimientos decrecientes (pérdidas) de fondos de pensiones de cotización obligatoria, que las pensiones del régimen no contributivo sean casi iguales a las de quienes sí contribuyeron y… por supuesto, cierta clase de almuerzos.
No hay que quedarse en la anécdota ni en la indignación con el tema inmediato, hay que ir a las causas: hemos permitido hacer de la pobreza un gran negocio.
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http://ve.globedia.com/negocio-pobreza-federico-malavassi-prensa-libre-jose-costa-rica
SE LA VAN A TENER CALAR... ESCUÁLIDOS HIPÓCRITAS.
ResponderEliminarSON LOS PADRES DE LA POBREZA EN ESTE PAÍS Y AHORA SE DAN GOLPES DE PECHO. POR ESO ES QUE EL PUEBLO NO LOS QUIERE.
Al Camarada - Compatriota que nos dejo el comentario anterior:
ResponderEliminarNosotros los escualidos, apatridas, piti yanquis y demas adjetivos usados por TuComandante Presidente, debemos decirte lamentablemente para tí, que también somos pueblo y somos parte de este gran país, y no dejaremos que ustedes acaben con nuestra Venezuela, estamos aquí, de pie y de frente, el #7-O demostramos que somos mas de 6,5 millones que queremos y aspiramos a un proyecto de pais y progreso distinto al que pregonas.
Te exigimos respeto Camarada aquí y en la calle!!!