miércoles, 22 de junio de 2011
Impacto de la globalización sobre la salud y seguridad en el trabajo en Venezuela
Por Linda Rivero de Hidalgo
Boletín 44 AIPOP
La globalización concebida como un proceso hacia una interacción más estrecha de las actividades humanas en ámbitos como la economía, la política, lo social y lo cultural, que se produce en dimensiones de tiempo, espacio y tecnología, ha conllevado a un incremento exponencial de las relaciones mundiales en esos mismos ámbitos y un crecimiento similar del comercio, las finanzas y la producción internacional; lo cual se ha traducido en una gama de tratados e instituciones internacionales.
Sin embargo, se ha constatado que esta circunstancia ha generado marcadas desigualdades que día a día se acentúan, lo cual puede llevar a pensar que la globalización ha sido concebida para proteger e incrementar la riqueza de los países desarrollados y de intereses monopólicos u oligopólicos, en detrimento de los países menos desarrollados y de los sectores poblacionales en situación de desventaja social, originando cambios radicales en la sociedad, comparables a los que se produjeron durante la revolución industrial, creando una nueva división global del trabajo con consecuencias importantes para las naciones y los trabajadores.
En Venezuela, el mayor impacto de la globalización sobre la salud y la seguridad en el trabajo, está representado por un progresivo desmejoramiento tanto en las condiciones de desempeño laboral, como en la calidad de vida de los trabajadores (subordinación, autoritarismo, ocupación informal, desempleo, fuga de cerebros y marcadas diferencias salariales); con un añadido especial, y es que la mayoría de las empresas que generan puestos de trabajo y las relacionadas con las denominadas empresas básicas, o son propiedad estatal o son trasnacionales que actúan por cuenta del Estado venezolano: chinas, brasileñas, rusas e iraníes, entre otros países, cuyas actuaciones, por practicar un verdadero capitalismo salvaje, han generado todo un conjunto de situaciones negativas en relación a los derechos de los trabajadores, tales como: desconocimiento o burlas a las disposiciones legales vigentes en el país en materia laboral, retraso por negativa a la incorporación de los trabajadores al Seguro Social Obligatorio, estímulo a la anarquía sindical que ha conducido a la proliferación de verdaderas mafias sindicales, negación de la contratación colectiva, incremento de los accidentes laborales y pretensión de desconocer las indemnizaciones por accidentes.
Especial atención merece el caso de la práctica institucionalización del sicariato sindical, dado que de acuerdo a las informaciones de prensa, en los últimos años han sido asesinados en Venezuela más de 300 dirigentes sindicales, sin que hasta el presente se haya visto una acción diligente, rápida y efectiva, ni por parte de la Fiscalía Pública ni tampoco de los organismos de seguridad ciudadana para resolver estos casos; por el contrario, cada vez más, se amplía el manto de impunidad que los cubre.
Considero pertinente acotar el estado de terrorismo laboral al que son sometidos los trabajadores de las instituciones y empresas públicas por razones ideológicas, así como también la discriminación por razones políticas, lo cual ha producido graves consecuencias sobre el estado psicológico y de salud en general de los trabajadores.
Toda esta situación, me lleva a plantear que en el caso particular de Venezuela, los efectos negativos de la globalización tienen el componente especial de la presencia o responsabilidad fundamental del Estado, que viola y permite la violación de su propia constitución, sus leyes nacionales y los tratados internacionales.
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