domingo, 22 de enero de 2012
Guillotinas a la gallinita de oro
Por Veneconomía.com, 19/01/2012
El Gobierno está destruyendo los grandes logros de la Ley de Hidrocarburos de 1943 y de la PDVSA “vieja”, los cuales incluían “unificar el tratamiento legal de los hidrocarburos y mejorar la participación económica de la nación”, esto último a través del incentivo a la inversión de las empresas petroleras más importantes del mundo en refinerías Venezolanas.
Esta estrategia se sustentaba en que al país le convenía, además de ser productor y exportador de crudo, producir productos refinados, no sólo por su mayor valor en los mercados internacionales sino también para cubrir la demanda interna.
A partir la promulgación de la Ley se comenzaron a construir en el país refinerías de la envergadura de Cardón (Royal Dutch Shell) y Amuay (Standard Oil of New Jersey, hoy Exxon), y los de Puerto La Cruz y El Palito, entre otras.
Luego, en la década de los 80, ya nacionalizada la industria petrolera venezolana, se propició la expansión de la capacidad de refinación de crudo tanto dentro como fuera del país, mediante la adquisición de refinerías en Estados Unidos, Europa y el Caribe.
Así se aumentaba la capacidad para producir productos refinados y se “amarraban” mercados internacionales para los crudos venezolanos. Con esto, la capacidad de refinación que controlaba PDVSA como suya llegó a totalizar más de 3.100.000 barriles diarios.
Lamentablemente, la “nueva PDVSA” socialista y revolucionaria, no ha estado a la altura del reto de mantener y, mucho menos, de expandir las refinerías, ni en Venezuela ni en el exterior. Así, las refinerías de Venezuela y Curazao van en capa caída debido a su mal manejo, sin políticas de mantenimiento ni planes de inversión en nuevas tecnologías. Ahora, estas no solo son deficitarias, sino que ni siquiera abastecen el consumo interno de gasolina, cuando hasta hace una década se exportaba. A esto se le suma la alta tasa de accidentes en la industria, ocho en las últimas seis semanas, y 68 trabajadores fallecidos en accidentes desde 2003.
La situación en las refinerías de Venezuela en el exterior no pinta mejor cara. Se han vendido las de Alemania y, por una u otra razón las relaciones con los socios van de mal a peor. Ahora, se anuncia el cierre de la refinería Hovensa LLC en St. Croix, Islas Vírgenes, en sociedad con la petrolera Hess Energy Corp., con capacidad de refinación de 500 mil barriles diarios, que acumula pérdidas por unos $1,3 millardos en los últimos tres años.
Para rematar, el Gobierno continúa guillotinando a la industria petrolera nacional y, en vez de reprofesionalizar a PDVSA, invertir en mantenimiento y tecnología, se dedica a buscar asociaciones que no aportan beneficio alguno al país. Entre las últimas, los acuerdos de exploración y producción de petróleo con países como Argentina y Perú que nada saben del negocio, mientras se querella con las empresas petroleras de experiencia, capital y tecnología.
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