martes, 17 de enero de 2012
Historias de la Pobreza: José Domingo
Editorial Apertura Venezuela
35 años, nivel de instrucción 6° grado, no tiene antecedentes penales, ha convivido con tres mujeres, con la primera tuvo dos hijas y un varón, hace años se pelearon y separaron, la segunda paso como un aventura de un par de años y con la actual vive desde hace tres años.
José Domingo tiene trabajo estable en una empresa, devenga un salario de 1,800 Bs mas Bono de alimentación de 528 Bs y por horas extras y trabajo en fines de semana percibe 400 Bs mensuales adicionales, disfruta de los beneficios establecidos en La Ley del trabajo vigente, en total su ingreso promedio mensual es de 2,728 Bs, su mujer también trabaja y entre ambos llegan a la cifra mensual de 6,000 Bs mensuales en promedio.
Vivía en la zona de Gramoven, Catia hasta Noviembre de 2010, su casa se vino abajo en la vaguada y forma parte de los 30,000 damnificados de ese año, nunca quisieron vivir en un refugio, el ingreso de la pareja les permitió alquilar un espacio de dos habitaciones con baño por el que pagan 1,400 Bs en Petare arriba.
José Domingo ya llegó a su techo como empleado, por la falta de instrucción técnica. Como la mayoría de los trabajadores de este país, actúa como un autómata, recibe órdenes y ejecuta el trabajo manual que le asignan. Su nivel cognitivo no le permite la necesaria creatividad para superar retos y resolver problemas. Dependerá del ajuste salarial anual que imponga el gobierno de turno.
Nunca podrá salir del Barrio por sus propios medios, su ingreso familiar no lo permite, dependerá de la dadiva de algún gobierno y tal vez, solo tal vez, tendrá a futuro una casa digna en algún sector popular con servicios básicos.
La hija de José Domingo con 15 añitos, vive con su mama en Catia. Se empato con un chamo, igual que ella. Se preñaron………el lunes 16 de enero José Domingo se convertirá en abuelo y representará otra carga familiar que tendrá que afrontar. La historia se repitió pues así empezó él, con su primera mujer, ambos menores de edad, se embarazaron y se trazaron su destino.
A José Domingo y a su familia se los comió el barrio, ni la cuarta república y menos la quinta lo lograron sacar del barrio.
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