Raúl Castillo 30 de agosto de 2020
La posición de Estados Unidos es clara: el apoyo
internacional se logra únicamente con la unidad en torno a Juan Guaidó y a los poderes
legítimos. Así lo dijo en entrevista exclusiva para El Diario James Story, actual
encargado de negocios de la Oficina Externa de EE UU para Venezuela. Cree que
“hay personas que piensan que pueden salir de las cenizas si hacen autoataques
a la oposición democrática”. Insiste en que quienes piensan en participar en las
elecciones que convocó el régimen de Nicolás Maduro para el 6 de
diciembre “no deberían venderse barato”.
—Este viernes 28 de agosto dictaron casa por
cárcel al diputado Juan Requesens. En primer lugar, ¿cómo valora este
hecho? Y, en segundo, ¿ha hablado con el régimen de Nicolás Maduro sobre la
posible excarcelación en los próximos días de los exdirectivos de Citgo?
—Sobre el caso de Requesens, yo digo lo siguiente:
diálogos falsos no resuelven las cosas. Me alegro de que Juan Requesens se
encuentre en su casa, pero hay dos cosas importantes. Uno, es que si lo dejaron
salir es bastante obvio que él no formó parte del show del drone en agosto de
2018, porque cómo pueden dejar salir a una persona si estuviese involucrada en
un atentado de magnicidio como dice el régimen. Y dos, la manera de encarcelar
al diputado fue inconstitucional y sus derechos siguen siendo acusados con casa
por cárcel. Ya lleva más de dos años encarcelado. Dejar que esté en su casa no
indica que ahora él tiene sus derechos.
Sobre el caso de Citgo, según la Constitución de
Venezuela, ya deberían haber tenido su oportunidad de enfrentar a la justicia.
Ya son más de dos años y medio desde que esas personas no tienen acceso a sus
derechos constitucionales.
Entonces, repito, para nosotros en el caso de
Requesens y de otros presos políticos que tenemos entendido que van a dejar
salir hoy, deberíamos prestar atención a que esto es algo del guion de Cuba.
Hay actores internacionales que espero que no caigan en la trampa de pensar que
dejar ir a su casa a presos políticos indica que ahora el régimen está
siguiendo la ley y está haciendo las cosas como debería.
—Y entre estas liberaciones que usted indica que se
producirían hoy, ¿estarían también las de los exdirectivos de Citgo?
—No lo sé. No sabemos si ellos van a dejar a las
personas de Citgo ir a su casa o salir de el Helicoide. Recuerda que ellos
estuvieron en sus casas antes, y el régimen tomó la decisión de ponerlos a
todos en el Helicoide. Una decisión que es bastante obvio que es política. Pero
hay 385 -si no me equivoco-, presos políticos en Venezuela. Y dejar a algunos
ir a su casa no indica que el régimen está haciendo las cosas correctas.
—¿Cree usted que es una concesión del régimen para
impulsar la participación de algunos sectores
de la oposición en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre?
Usted ha dicho que esos comicios son una farsa, no sé si esto cambia su
percepción.
—No. Esas elecciones van a ser una farsa porque no hay
condiciones mínimas para comicios en el país, algo que más de 30 países acaban
de firmar en un comunicado internacional, diciendo que no existen condiciones
en Venezuela. La gran mayoría de los venezolanos -84%, si no me equivoco-,
dicen que no quieren participar en un fraude.
Hay que tener mucho cuidado, porque el guion del
régimen siempre ha sido dividir a la oposición, dejar entrar a algunas personas
en falsos diálogos, comprar o convencer a algunos de participar y cada persona
tiene que tomar su propia decisión. Pero mientras hay censura, represión, no
hay máquinas de votación en el país, no hay un sistema, la mayoría de los
partidos políticos han sido robados, la mayoría de los políticos han sido
inhabilitados. Entonces lo que quiere el régimen es dividir, por supuesto, a la
oposición, y tratar de convencer a la comunidad internacional de que estas
elecciones no son fraudulentas. Pero ya sabemos que lo van a ser,
porque no hay condiciones.
El régimen atacó primero a la “derecha”, los
adecos, Voluntad
Popular, Primero
Justicia, y después se fueron para la izquierda con PPT, PCV, Tupamaro.
Y la pregunta que cada venezolano debería hacerse es cuándo vienen por ellos,
porque si las personas no están 100% alineadas, el régimen siempre ataca. Lo
que quiere es una oposición comprada, una oposición oficial que ellos puedan
manejar.
—Pero, al parecer, están logrando esa división. El
excandidato presidencial Henrique Capriles Radonski ha insinuado que hay que
participar. Da la impresión de que esto legitimaría la elección e iría en
contra de su discurso, que afirma que no habría una oposición real. ¿Cree que
sería un error que actores importantes de la oposición al régimen participen en
esas elecciones?
—Yo creo que no deberían venderse barato. Hay que
pensar cuáles son las condiciones para elecciones mínimas. El propio Henrique
Capriles no puede participar. El propio Henrique Capriles fue inhabilitado. Su
partido político no puede participar. Ellos no tienen cómo evitar la represión,
cómo evitar la censura. No hay mecanismos para la votación. Entonces lo que
sugiero es que nadie se venda barato.
Me alegro mucho, por ejemplo, de que Juan Requesens se
encuentre en su casa. Nunca lo conocí, infelizmente, pero a su hermana y
familia sí, y me alegro que de esté en su hogar. Pero esto forma parte del
guion de Cuba, al arrestar a políticos y dejarlos salir para tratar de someter
a esas personas. Entonces la pregunta que tengo es cómo participar en un
fraude. Para nosotros, ya sabemos, no hay condiciones.
Nosotros lanzamos el 31 de marzo un marco para la
transición a la democracia. Ese marco ya tiene un gran número de países que
apoyan un Gobierno de Emergencia Nacional, como dice el presidente Juan Guaidó.
Mostramos una voluntad política y tenemos tres meses esperando una respuesta
digna.
—Esa respuesta digna no se ha producido. Parece ser
que con la imposición de sanciones no es suficiente. ¿Estados Unidos tiene un
plan B para lograr la salida de Maduro, o se mantendrá en la misma línea,
aunque no haya funcionado hasta ahora?
—Yo creo que las sanciones están afectando el espacio
de maniobra del régimen y ellos cada vez más tienen que buscar a otros amigos.
Y digo amigos entre comillas, porque mandar barras de oro a Irán para
comprarlos es su manera de tener amigos. Pagar la deuda que tienen con Rusia es
como comprar amigos. Y son los cubanos los que están recibiendo todo. Mientras
hay necesidad de gasolina en Venezuela, el régimen manda diésel para Cuba,
manda petróleo y paga 100 veces más a los médicos cubanos que a los
venezolanos. Entonces su espacio de maniobra ha sido reducido bastante y yo
creo que tiene su impacto.
Nosotros hacemos un llamado para todos, que pueden
tener una vida mejor después de elecciones libres, justas y verificables,
porque estamos dispuestos a levantar las sanciones.
Hay personas que solo piensan en el plan B, que
piensan solo en que va a llegar el momento mágico de una intervención militar y
no sé qué, y esto es muy dañino. Hay muchas personas que lanzan bombas desde el
banquillo o al margen de las cosas, con sus ideas fantásticas mientras que el
presidente Guaidó sigue construyendo un movimiento cívico, social, político.
Este es el momento de unir esfuerzos. Solo la unidad
en torno a los legítimos poderes garantiza la presión y el apoyo internacional.
El proyecto que tiene el presidente Guaidó lo apoyamos por completo. No es una
cuestión de la política, sino de la sociedad civil con los políticos, con la
Iglesia, con los estudiantes, con los gremios, que van a poner la presión
dentro del país. Pero hay personas y movimientos que piensan en el plan B y no
están haciendo su tarea en casa.
—Entre esas personas, presumo, estaría María Corina
Machado. Ella rechazó una propuesta del presidente interino e insiste en el
apoyo militar de aliados internacionales. Ya usted dijo que todo apoyo pasa por
la unidad en torno a los poderes, pero me gustaría saber, además, qué tan
factible es una intervención de Estados Unidos teniendo en cuenta que se
aproximan las elecciones presidenciales en su país.
—No voy a especular con acciones que vamos o no vamos
a tomar y no voy a nombrar a políticos específicos. Pero insisto en la unidad
de esfuerzos dentro del país, en torno a los legítimos poderes. Ellos
garantizan la presión y el apoyo internacional. Para nosotros el presidente
Guaidó sigue siendo el presidente hasta el cese de la usurpación.
El régimen piensa que, primero, va a cambiar la política
americana si hay un cambio de administración en Estados Unidos y lo que no
entiende es que el caso de Venezuela es un tema bipartidista. Tanto los
demócratas como los republicanos apoyan que regrese la libertad y la democracia
a Venezuela. Están en contra de una dictadura tan cruel como es la de Nicolás
Maduro. Y lo otro es que ellos piensan que con un proceso fraudulento van a
manejar todos los órganos y que esto socavaría la presión internacional. Ellos
van a decir que ahora no hay un presidente interino, que no hay una Asamblea
Nacional, van a intentar comprarla con alacranes. Pero no existen condiciones
para las elecciones y no vamos a levantar la presión.
—¿Hasta cuándo sería el apoyo a Guaidó? Se acerca el
final de su período y no ha podido cumplir con sus objetivos. Incluso el
presidente Donald Trump dijo que perdió cierto poder.
—Cada venezolano quiere un cambio ya, querían un
cambio en enero de 2019 y, por supuesto, hay personas que después de tanta
represión, tanta censura, tantos ataques de las FAES, Guardia Nacional y de
colectivos están desesperadas en este momento. Pero hay que dar ánimos, porque
la presión interna es una fuerza necesaria. La presión, la movilización, la
unión de esfuerzos sociopolíticos en el país es algo necesario para que los
venezolanos tomen su libertad y la democracia.
Para nosotros, el artículo 233 de la Constitución es
bastante claro. El presidente Guaidó asumió un vacío en la presidencia. Un
vacío porque las elecciones de mayo de 2018 fueron fraudulentas. Entonces, según
la Constitución, él sigue siendo presidente hasta el cese de la usurpación.
Para nosotros no cambiaría la lógica en este momento.
—¿Eso quiere decir que ustedes valoran positivamente
la continuidad administrativa de la Asamblea Nacional como se dice que
propondría el gobierno interino?
—Yo creo que la dictadura no puede mejorar su
situación con otra elección fraudulenta y la Constitución ha sido muchas veces
utilizada en el pasado para la continuidad administrativa. Puede preguntar al
alcalde (Antonio) Ledezma en Caracas, o en otros ejemplos en el pasado. La
continuidad administrativa no es algo nuevo en Venezuela. Pero yo creo que
deberían enfocarse todos los días en el cese de la usurpación y en cómo tejer
la unión cívica, política y social en este momento, y no pensar tanto en lo que
pasaría el 5 de enero.
—¿Cree usted que hay intereses dentro de la misma
oposición en tomar el rol que hasta ahora tiene Juan Guaidó?
—Creo que hay personas que piensan que ellos pueden
salir de las cenizas si hacen autoataques a la oposición democrática. Creo que
ellos no tienen razón. Una vez que tengan un gobierno de transición completo,
unas elecciones presidenciales libres y justas, cada persona va a tener su
oportunidad en unas primarias o algo así. Pero este no es el momento de tener
esas conversaciones, este es el momento de unir esfuerzos, trabajar en conjunto
y ver cómo se puede aliviar el sufrimiento del pueblo de Venezuela.
—En este sentido, otro de los reproches que le hacen
al presidente Guaidó es que no puede proponer una nueva estrategia si lo
acompañan los partidos de siempre, en referencia al llamado G4. ¿Para el
gobierno estadounidense es importante que toda estrategia del gobierno interino
surja del apoyo de la mayoría de partidos, o creen que estos son prescindibles?
—Nosotros creemos que el movimiento debe ser político.
27 partidos políticos lanzaron el 2 de agosto el no a la farsa para las
elecciones de la Asamblea Nacional. Nosotros trabajamos con todos los partidos
políticos democráticos en el país, no solo con el G4. Creemos que el movimiento
debería ser político, de todos los pensamientos, pero también cívico y social.
Por esa razón tienen un papel importantísimo la Iglesia, los gremios, los
estudiantes, los médicos y enfermeros. Me alegra mucho que el presidente Guaidó
haya hecho un esfuerzo para apoyar a los héroes
de la salud, que esta semana van a recibir su primer pago. La dictadura
trató de bloquear el pago a los médicos venezolanos, mientras ellos pagaban a
los médicos cubanos, ¡Dios mío!
Pero retomando su pregunta, para nosotros todos los
movimientos políticos democráticos tienen su papel. Y en el marco para la
transición a la democracia, y eso no les agrada a todos, nosotros pusimos un
papel importante hasta para el PSUV, porque representa un porcentaje de
pensamiento político. Las únicas cosas de política en las que estamos en contra
son los fraudes y dictaduras. Hay espacio para todos los pensamientos. Lo que
el presidente Guaidó ha hecho es un planteamiento que no solamente toma en
cuenta el G4, sino la posición de 27 partidos políticos y también la sociedad
civil.
—Dijo usted que la posición de Estados Unidos con
respecto a Venezuela es bipartidista. Sin embargo, las formas indudablemente
serían diferentes con una eventual administración de Joe Biden. Él ha dicho que
no apoyaría la opción militar –como sí lo ha dicho el presidente Trump-, que
las sanciones serían únicamente contra jerarcas del chavismo y posiblemente
haya una apertura con Cuba. ¿Cree usted que esta estrategia sería igual de
positiva para los intereses de las fuerzas democráticas en Venezuela?
—Yo creo que hay que esperar por los resultados de
nuestra elección. Hay que fijarse en cuando el 6 de agosto, si mal no recuerdo,
el alto representante Eliott Abrahms tuvo una audiencia con el senado y fue un
demócrata, el senador Menéndez, quien le preguntó si Venezuela es un peligro
para la región y para los Estados Unidos de América. Esto es un demócrata
diciendo, tal cual, que es un peligro para la región y nuestro país. Y muestra
de que hay FARC, hay ELN, hay un narcogobierno, hay Hezbolá, el gobierno de
Irán cada vez con más espacio, su aproximación con Rusia y ahora supuestamente
adquieren misiles de Irán. Esto trasciende a los partidos.
—No confían en las elecciones del 6 de diciembre, la
ruta de Guaidó por ahora no resuelve el conflicto y la fuerza militar
internacional no parece factible en el corto plazo. ¿Qué les queda entonces a
los venezolanos? Visto así, pareciera que deben resignarse a un cambio en un
futuro cercano y que el régimen de Maduro ganará, una vez más, con su
estrategia.
—Lo que digo sobre una intervención es que no
deberíamos especular. Yo creo que hay personas que ponen todos los huevos en la
cesta de una intervención militar y no están haciendo la labor de trabajar en
las bases. La gran mayoría de los venezolanos están en contra de este régimen.
La mayoría son los que quieren un cambio dentro y fuera del régimen, porque
dentro también hay personas que quieren el cambio porque saben que esto no
puede durar.
Entonces yo diría que la presión internacional viene
con el esfuerzo de lo que están planteando el gobierno interino y los poderes
legítimos, porque son ellos quienes la garantizan. Hay miles de venezolanos en
las calles pidiendo su libertad, su democracia, todos los días. Pueden hacerlo
pidiendo agua, o medicamentos, o gasolina, lo que sea. Los venezolanos deben
construir un movimiento que trascienda las diferencias políticas porque todos
tienen el mismo objetivo: elecciones presidenciales libres, justas y
transparentes. Y el presidente Guaidó está liderando un proceso para hacer
esto.
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