Infobae 30 de agosto de 2020
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Teherán
se consolida como uno de los principales apoyos de la dictadura chavista y ya
se transformó en uno de sus mayores socios comerciales en los sectores del
combustible, la salud y alimentos. Occidente teme que armamento iraní llegue a
Caracas como producto de esta alianza
“Nos estamos ayudando”, dijo Nicolás Maduro sobre su
alianza con Irán la semana pasada. Lo
cierto es que la relación entre ambos regímenes, hoy casi parias
internacionales, es mucho más que una simple colaboración: Venezuela es la
única puerta que le queda abierta a Teherán en Latinoamérica.
Décadas atrás, el régimen persa tenía otros accesos a
la región, pero con los cambios de color político en el continente, en Bolivia
y Brasil por ejemplo, la Venezuela chavista parece ser su mejor -y única-
opción.
En este escenario donde ambos países quedaron
prácticamente solos en el mundo, Teherán se consolida como uno de los
principales apoyos de Maduro y ya se transformó en uno de sus principales
socios comerciales en los sectores del combustible, la salud y ahora los
alimentos.
Entre mayo y junio pasado, Irán envió cinco buques
con 1,5 millones de litros de gasolina, en medio de una escasez agravada
durante la pandemia de COVID-19 en la otrora potencia petrolera. Y a fines de
julio pasado abrió el primer supermercado iraní en Caracas en un local
expropiado a la cadena de hipermercados franco-colombiana Éxito.
Amistad peligrosa
La alianza entre Venezuela e Irán nació con Hugo Chávez.
La estrecha relación que el fallecido presidente estableció con el régimen
persa comenzó durante la Cumbre de Jefes de Estado de los Países Miembros de a
Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) celebrada en Caracas en
2000.
Desde entonces y hasta poco antes de su muerte, el
caudillo caribeño viajó varias veces a la República Islámica de Irán, y el
entonces presidente Mahmud Ahmadinejad estuvo en Caracas al menos cinco veces. Durante
este período se firmaron cientos de acuerdos bilaterales que abarcaban los
sectores petroleros, químicos, inmobiliarios y automotriz.
Chávez decía que su alianza con Teherán era
fundamental para su Gobierno e, incluso, llegó a regalarle a Ahmadinejad una
réplica de la espada de Simón Bolivar. Todos los que recibían una de esas- el
ruso Valdimir Putin y el sirio Bashar Al Assad, por ejemplo- fueron
automáticamente considerados amigos de Miraflores.
Sin embargo, las relaciones entre los dos países se
extienden al sector militar. Así lo denunció Julio Borges, representante
de Asuntos Exteriores del gobierno provisional de Guaidó. Borges dijo que las
Fuerzas Armadas Bolivarianas recibían asesoramiento de Irán en materia de
telecomunicaciones. Se sospecha que, con apoyo iraní, el régimen montó un
centro de telecomunicaciones en el Cabo de San Román, en el extremo norte de
Venezuela, para monitorear las telecomunicaciones aéreas y marítimas.
“Maduro le ha abierto las puertas de Venezuela a Irán
y a todos sus grupos terroristas, esto sin duda es la mayor amenaza para América
Latina. Desde nuestro país operan células que promueven valores contrarios a
los de la región”, afirmó Borges.
Los críticos de Maduro aseguran que la alianza militar
es la verdadera razón de los 17 vuelos a la región del Cable de San Román entre
abril y mayo de este año de la aerolínea iraní Mahan Air, que ha sido
sancionada por los Estados Unidos.
Mahan Air, una de las principales aerolíneas de Irán,
está sen la lista negra norteamericana por transportar a efectivos de las
fuerzas Al Quds de los Guardianes de la Revolución, que Washington
responsabiliza de actividades “terroristas” en Medio Oriente. “El régimen iraní
utiliza la aerolínea Mahan como una herramienta de su agenda de
desestabilización en todo el mundo, incluyendo a los regímenes corruptos de
Siria y de Venezuela”, denunció meses atrás el secretario del Tesoro de los
EEUU, Steven Mnuchin.
Según Edmundo González, ex embajador de Venezuela en
Argelia, en declaraciones a RFI, “ante el colapso venezolano, está claro que Teherán
tiene un papel de primer orden en Venezuela. Esta nueva etapa de relaciones
tiene como consecuencia inmediata la inclusión de Venezuela en el peligroso
escenario de la confrontación geoestratégica entre Irán y Estados Unidos”.
Petróleo por oro
La Venezuela chavista, altamente dependiente de sus
ingresos petroleros, ha visto cómo su producción ha caído a aproximadamente a
una cuarta parte de su capacidad de 2008 y su economía ha sido devastada por
seis años de recesión. Según datos de la OPEP, la producción en julio se situó
por debajo de los 400.000 barriles diarios, un nivel equivalente al de 1934.
Así, el bombeo de petróleo se encuentra en el peor nivel de los últimos 70
años.
En medio del desplome de la industria y de las
sanciones de Estados Unidos, Venezuela, que solía refinar suficiente petróleo
para sus propias necesidades, debió recurrir a aliados como Irán para aliviar
una desesperada escasez de combustible. El régimen persa ha enviado varios
barcos de gasolina este año a Venezuela para ayudar al chavismo a solventar esa
escasez.
En mayo, Venezuela recibió por primera vez combustible
iraní, con el que logró amainar una severa falta de gasolina, en tanqueros que
llegaron sin obstáculos al país caribeño y fueron escoltados por unidades de
las fuerzas armadas bolivarianas para entrar en aguas territoriales. No
obstante, hace dos semanas, Estados Unidos incautó otros cuatro cargamentos
iraníes en ruta hacia la nación sudamericana, dejando pocas opciones al
régimen chavista para enfrentar de nuevo las fallas de suministro de gasolina,
por la baja producción de las refinerías debido a años de desinversión y
fallas en la gestión de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Para Irán, los buques representan una forma de
recolectar dinero para su teocracia chiita y de ejercer presión sobre Estados
Unidos, cuyo presidente Donald Trump ha llevado a cabo campañas contra ambos
regímenes. Un gran símbolo de esa alianza es que hoy los autos que circulan
en Venezuela ahora usan gasolina iraní.
Según el gobierno interino de Juan Guaidó, opositor a
la dictadura de Maduro, la gasolina importada se paga con oro extraído de
las minas del sur de Venezuela. La denuncia es verosímil si se tiene en
cuenta que las sanciones internacionales a Irán en 2012 han excluido al país
del SWIFT, el sistema que vincula a las instituciones bancarias en gran parte
del mundo. Esto imposibilita los pagos en efectivo a la nación islámica, que
desde entonces ha recibido pagos en productos básicos y de primera necesidad.
Pieza clave en los negociados entre Venezuela e Irán
es Alex Saab, el empresario colombiano y presunto testaferro de Maduro detenido
en Cabo Verde en junio pasado. Según
admitieron sus propios abogados, liderados por el ex juez español Baltasar
Garzón, al momento de su captura estaba en una misión como enviado especial del
dictador venezolano a Irán para negociar combustible y suministros
humanitarios.
Saab es buscado en EEUU y Colombia por el lavado de
millones de dólares del chavismo. Está
acusado, además, de pagar sobornos a funcionarios venezolanos para obtener
ganancias del diferencial entre el tipo de cambio controlado por el gobierno y
la tasa del mercado paralelo, y transferir 350 millones de dólares en fondos
obtenidos ilegalmente a cuentas en el extranjero.
Hezbollah
“Irán y Hezbollah tienen una sólida base de
operaciones en Sudamérica en alianza con la narcodictadura de Maduro. Si
fracasamos en Venezuela, representa una victoria para el terrorismo, la
delincuencia transnacional organizada y el antisemitismo”, advirtió el secretario general de la Organización de
Estados Americanos (OEA) Luis Almagro.
Es que los vínculos cercanos de Maduro con el
régimen de Irán ha permitido a los persas extender su presencia militar y
financiera en América Latina, principalmente a través del grupo terrorista
chiita Hezbollah.
Si bien los lazos entre Venezuela e Irán se
fortalecieron desde las presidencias de Ahmadinejad y Chávez, una fuerte red de
apoyo a Hezbollah ha existido en Venezuela desde mucho tiempo atrás. De hecho,
el grupo terrorista ha tenido células allí desde principios de los años 90. Y
la Isla Margarita, en la costa caribeña venezolana, sirve desde principios de
2000 como un centro para el tráfico de drogas para Hezbollah y otros grupos
terroristas islamistas como Hamas.
“Bajo la era del ex presidente Hugo Chávez, Irán
explotó lazos amistosos con Venezuela para establecer redes terroristas en toda
la región. Los operativos de Irán y Hezbollah han cultivado y consolidado bases
operativas en Latinoamérica, especialmente en el área de la Triple Frontera de
Argentina, Brasil y Paraguay, zona que se caracteriza por contar con una gran población
musulmana y un gran número de simpatizantes de Hezbollah, que utiliza esta área
para el reclutamiento, el contrabando de armas, el tráfico de drogas y la
planificación para operaciones terroristas”, explicó
George Chaya en Infobae.
Tarek El Aissami y sus vínculos terroristas
El Aissami, hoy ministro de Petróleo de Maduro, es
clave en la relación entre chavistas y persas. En el 2014 Robert
Morgenthau, fiscal del distrito de Nueva York, aseguró que fue él quien
facilitó la obtención de pasaportes venezolanos y la naturalización a miembros
de Hamas y Hezbollah. En el 2015, el ex gobernador Rafael Isea -convertido
en testigo protegido de la fiscalía en EEUU- declaró que El Aissami recibía
sobornos de narcotraficantes para facilitar el envío de estupefacientes desde
Venezuela para el mundo.
En el año 2017, el Departamento del Tesoro lo incluyó
en la lista OFAC (Oficina para el Control de Activos Extranjeros). En marzo
2019, siendo ministro de Industria, fue acusado en una corte de Nueva York de
violar la ley de capos extranjeros de la droga, según dijo en ese momento
viernes el fiscal federal de Manhattan.Y ese mismo año, el Servicio de
Inmigración y Control de Aduanas norteamericano ubicó a El Aissami en la lista
de los más buscados porque habría favorecido actividades ligadas al
narcotráfico.
“El régimen de Irán, con su brazo armado Hezbollah,
está en Venezuela y eso no es aceptable”, afirmó Mike Pompeo, secretario de Estado norteamericano en la última
Cumbre contra el terrorismo en Bogotá
La relación entre Irán y Venezuela preocupa también a
gobiernos en la región. Semanas atrás, el mandatario colombiano, Iván Duque,
dijo que Venezuela estaba en negociaciones para adquirir armamento a través de
Teherán.
Duque, citando informes de “inteligencia” indicó que hay
un interés de la dictadura de Maduro en “adquirir unos misiles de mediano y
largo alcance a través de Irán”. El presidente colombiano agregó que la
información que se tiene es que “todavía no han llegado (los misiles), pero que
se han venido haciendo esas aproximaciones, particularmente con la instrucción
de (Vladimir) Padrino López”, el ministro de Defensa chavista.
El colombiano reveló también que, según información de
Inteligencia, “miembros de la guardia venezolana estarían triangulando
armamento proveniente de otros países, particularmente Rusia y Bielorrusia”
para los grupos armados colombianos que operan en la frontera.
Guaidó ha asegurado que toda “la región corre peligro”
por la relación de Maduro con Irán, respaldando la denuncia realizada por el
mandatario colombiano. “La región corre peligro con la relación entre el
régimen de Maduro e Irán y los intentos de compra de misiles denunciados por el
presidente Iván Duque”, ha afirmado el líder opositor en Twitter.
Para Joseph Humire, quien es experto en seguridad
global y director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura, es
probable que, a partir del 18 de octubre, cuando se levante el embargo de armas
a Irán, el régimen de Teherán busque vender armas a Venezuela, como una
provocación a la comunidad internacional. “Yo creo que la movida de Irán es
decir: ‘Nosotros ya cumplimos con todos los requisitos, el embargo se levantó,
no reconocemos esta maniobra de Estados Unidos (de extenderlo) y vamos a vender
armas a quien queramos’. De eso se tratan estas actividades en Venezuela”,
aseguró Humire en entrevista con El Tiempo de Colombia.
Mauricio Claver-Carone, el principal asesor para las
Américas del presidente estadounidense, explica que si bien la presencia de
Irán en Venezuela no es nueva, ahora se ha “desenmascarado”. “La presencia de Irán en Venezuela ha sido ya por
muchos años, no es nueva. La diferencia hoy en día es que se sabe, que se ha
desenmascarado por desesperación, ya porque le hemos cerrado las puertas al
mundo”, aseguró el funcionario en una conferencia de prensa telefónica el 14 de
agosto pasado.
Claver-Carone señaló que “el mundo ya sabe
abiertamente” lo que “por muchos años se negaba y se cuestionaba. El régimen de
Nicolás Maduro ha sido desenmascarado, sus nexos con el narcotráfico, su
liderazgo del Cartel de Los Soles, sus nexos con Irán y el papel desafortunado
y desestabilizador que juega Cuba en ese país”, agregó. Según acusaciones
judiciales del Gobierno estadounidense, el Cartel de los Soles es una
organización de narcotraficantes presuntamente compuesta por oficiales
venezolanos de alto rango y encabezada por Nicolás Maduro.
Lejos de bajarle el tono a las alertas mundiales, Maduro
volvió a apelar a su faceta de provocador, e incluso llegó a jugar en cadena
nacional con la idea de aumentar su capacidad militar a base de armas iraníes.
“¡No es mala idea!”, dijo entre risas sobre la posibilidad de comprar misiles
persas…
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