César Pérez Vivas 06 de noviembre de 2023
@CesarPerezVivas
Celebrada
las elecciones primarias, consolidada la unidad en torno al liderazgo y la
candidatura de María Corina Machado transitamos un camino lleno de acechanzas,
riesgos e incertidumbre. La dictadura socialista sigue mostrando su rostro antidemocrático
y busca aferrarse al poder de forma burda, grotesca y arbitraria. El desafío en
esta hora es perseverar en la lucha política, democrática y electoral. También
es la hora de la unidad, el desprendimiento y la humildad.
Si bien es cierto que logramos movilizar a 2.5 millones de ciudadanos expresando su apego a la democracia, el deseo inquebrantable de cambio y el rechazo al socialismo del siglo XXI, también es cierto que necesitamos multiplicar por 3 esa cantidad significativa de ciudadanos para garantizar la victoria electoral del 2024, Tenemos, además, que multiplicar por 8 el número de funcionarios electorales y transitar un camino escabroso a lo largo de un año, en el cual la camarilla roja inventará todo tipo de artimañas para desalentar el espíritu de participación, lucha y cambio que hemos logrado despertar en el seno de la sociedad.
El
desafío de esta hora nos obliga a inscribir en el Registro Electoral a unos dos
millones de jóvenes en edad de votar que aún no lo han hecho. También debemos
orientar, para efectuar el cambio de centro de votación en el REP, a los dos
millones de migrantes internos que han cambiado de residencia en la última
década. Examinar en cada caso la situación en la que se desenvuelve su
vida, para estar seguros del lugar donde podrán votar el próximo año
de modo que no se pierda ni un solo voto, por no estar cerca de su centro
electoral.
Vamos
a educar a la ciudadanía respecto de las técnicas y tácticas de los sistemas
autoritarios para crear el desaliento y sembrar la desesperanza. Aún tenemos
densos sectores de nuestra sociedad que examinan y juzgan el comportamiento de
los actores políticos, sobre todo los de la cúpula del poder, como si
viviésemos en una democracia. Necesitamos crear mayor resiliencia, fortalecer el
espíritu ciudadano, afirmar la convicción respecto de nuestra lucha democrática
y de la ruta electoral planteada.
De esa
forma podemos bloquear el alma colectiva e inmunizar a la población frente a
las campañas de división y desinformación que vendrá en los próximos días y
meses. Si alguna situación es mutante es la relativa a los estados emocionales
de la población. No podemos confiarnos en el éxito de la jornada del pasado 22
de Octubre. Aparecerán los agentes de la dictadura mimetízados y disfrazados
de “independientes” para tratar de cazar incautos y dividir el voto ciudadano.
El
desafío de esta hora es el rescate de la democracia, el establecimiento pleno
del estado de derecho. Lo que está planteado es la sustitución del
autoritarismo y el militarismo. Logrado ese objetivo podremos entrar a un
debate respecto a los modelos socio económicos que aspiramos para nuestro país.
La
unidad a la que estamos convocados en esta hora es a la del restablecimiento de
la convivencia civilizada. No se trata de una unidad convertida en unanimidad.
No se trata de una suma amorfa que conlleva a la pérdida de la identidad de las
organizaciones sociales y políticas, ni a la renuncia a la conquista de
derechos específicos, ni al desarrollo de proyectos sociales, culturales, políticos
y económicos sectoriales nacionales, regionales y locales. Se trata de entender
que de avanzar la instauración de la dictadura no habrá cabida para
ningún derecho, ni para ningún otro tipo de proyecto que no sea la sumisión
acrítica y laudatoria a la camarilla que detenta el poder. Vamos entonces a
poner de lado cualquier proyecto personal, grupal, partidista o
sectorial para rescatar nuestra vida democrática y poder reconstruir nuestra
amada Venezuela.
Restablecido
el estado de derecho, con instituciones independientes y sometidas a los
principios fundamentales de la democracia, tendremos el deber de impulsar
una reforma política donde se garantice el pluralismo político y se cuente con
partidos auténticamente democráticos capaces de garantizar la participación
ciudadana.
Pero
más allá de estos elementos estrictamente políticos e institucionales, el
gran desafío de la hora presente para toda nuestra sociedad, es atender en
paralelo la tragedia humanitaria compleja que padecemos y lograr la reactivación
de nuestra economía; con una participación entusiasta de empresas
privadas, capaces de inyectar capital, tecnología y gerencia a la deprimida
actividad productiva de nuestro país. En estas ideas considero se resume la
agenda estratégica fundamental de nuestra sociedad para los meses por venir.-
César
Pérez Vivas
@CesarPerezVivas
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