Alexander Cambero 31 de marzo de 2024
La
insobornable María Corina Machado nos ha demostrado que la dignidad no se
negocia. Que frente a una dictadura no se puede ser pusilánime y menos
ambivalente. Por ello la inmensa mayoría del país acompaña su coraje que va más
allá de unos comicios. Es la convicción de sostenerse en medio de las
dificultades sin ceder ante las tratativas de una tiranía que es la responsable
de la desgracia que padecemos todos los venezolanos.
Su liderazgo está sembrado en cada ser que anhela rescatar a la democracia en horas en donde reina la oscuridad, este fetiche malsano de veinticinco años de horrores ideológicos, solo tiene aliento de vida con aquellos que le vendieron su alma. Son los que creen que disfrutando de los favores oficiales pueden subsistir, seguramente vivirán estupendamente al recibir el dinero asqueroso de la corrupción. Son los miembros de un circo de cómplices con muchos aplausos desde los palcos del poder, esos que danzan ante la primera melodía que entona el sátrapa engullido en las hordas de su maldad sin límites. Son los lo que fueron castrados de principios y lealtad. Los que su palabra empeñada es un escupitajo con el valor de la moneda que los compró.
Se han
terminado de caer las máscaras y eso es maravilloso. Los venezolanos sabemos
del material del cual fueron hechas las correas. Reconocemos quienes son
agentes del gobierno en la oposición, aquellos que siempre le han sido
cómplices desde hace tiempo, los que fueron palos en la carreta para impedir
que el sueño del cambio real fuera posible.
Igualmente
que haya rodado el antifaz hace que descubramos a los que jamás se han
vendido a la dictadura. Los que sufriendo grandes dificultades han mantenido de
manera inalterable sus valores y sus principios.
En
estos tiempos sombríos no debemos perder el horizonte. Un país sigue en guardia
para proseguir su marcha hacia la libertad. El revés que recibirán será tan
grande como el descrédito que generan las malas acciones. Traicionar al pueblo
será la daga sobre sus atolondradas cabezas. En medio de tanta incertidumbre el
reconocimiento para María Corina Machado y la académica Corina Yoris. Son
ejemplo de lo que significa tener principios de vida. Ellas serán
protagonistas de las cosas que vienen. El miedo de un gobierno
repudiado tuvo que recurrir a una trastada para tratar de seguir robándose los
dineros públicos. Más temprano que tarde esta organización será derrotada. Es
la hora de estar en el lugar correcto de la historia.
Alexander
Cambero
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