El equilibrio medioambiental, social y económico convierten a estas diez urbes en un ejemplo a seguir... y a visitar.
Irene Mireia Vera Pérez
La sostenibilidad es mucho más que un valor al alza y un mecanismo para favorecer la convivencia entre viajeros y vecinos. Tiene, también, una faceta hedonista que invita al viajero a sumergirse en la ciudad de una forma más armoniosa. La siguiente clasificación procede del Informe sobre Ciudades Sostenibles elaborado por Corporate Knights. Son doce los criterios a tener en cuenta para valorar cada destino: la calidad del aire, el acceso a agua potable, la gestión de residuos, la densidad del tráfico, las características del sistema de transporte, los espacios públicos abiertos, las emisiones de gases de efecto invernadero, la resiliencia ante el impacto del cambio climático y el compromiso de la ciudad con las políticas a favor del medioambiente.
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#10. VANCOUVER
Áreas urbanas reconvertidas en huertos, impulso de las energías renovables, reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y del consumo de agua, creación de nuevos puestos de trabajo relacionados con la economía verde... y mucho más. Esto es solo un avance de las metas establecidas por la ciudad portuaria de la región de la Columbia Británica, en Canadá y que ya ha sentado precedentes por su equilibrio entre el estilo de vida de sus habitantes y el máximo respeto por el entorno natural.
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#9. WINNIPEG
A pesar de ser la capital y ciudad más poblada de la provincia canadiense de Manitoba, Winnipeg puede presumir de tener el aire más limpio en comparación con el resto de ciudades registradas en la base de datos de Corporate Knights. Presenta unos niveles promedio anuales de contaminación por partículas que se sitúan por debajo de lo establecido por la Organización Mundial de la Salud. Los habitantes de Winnipeg también se alzan como los consumidores de agua más responsables de Canadá.
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#8. BERLÍN
Esta metrópoli de aires posmodernos es un ejemplo de resiliencia ante al cambio climático y una planificación urbanística eficiente que combina nuevas tecnologías e inclusión de la comunidad. Algunas de las acciones que marcan la diferencia son sus espacios verdes (de hecho, casi un tercio de la ciudad son parques), el reaprovechamiento de material para construcciones y el uso preferente del transporte público sobre el coche particular. Este último punto se ve favorecido gracias a sus carriles bici, su flota de autobuses eléctricos y a su potente red de ferrocarriles y tranvías.
Esta metrópoli de aires posmodernos es un ejemplo de resiliencia ante al cambio climático y una planificación urbanística eficiente que combina nuevas tecnologías e inclusión de la comunidad. Algunas de las acciones que marcan la diferencia son sus espacios verdes (de hecho, casi un tercio de la ciudad son parques), el reaprovechamiento de material para construcciones y el uso preferente del transporte público sobre el coche particular. Este último punto se ve favorecido gracias a sus carriles bici, su flota de autobuses eléctricos y a su potente red de ferrocarriles y tranvías.
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#7. SIDNEY
El centro urbano de Sidney alcanzó la neutralidad de carbono en 2007, y desde hace tres años, los negocios emplazados en el distrito comercial ya operan con energía renovable. Otra de sus grandes apuestas es el arrecife artificial instalado en las aguas bajo su icónica Ópera. Además de albergar el caballito de mar blanco en peligro de extinción, se le han añadido bosques de algas marinas y diques vivos que pretenden devolver la biodiversidad al puerto de esta ciudad. Paralelamente, su oferta turística promueve actividades para interactuar con la naturaleza de una forma ética, contribuir a la limpieza de las playas o consumir productos locales.
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#6. AUCKLAND
La ciudad más grande de Nueva Zelanda se estrena en la clasificación de este año y lo hace por todo lo alto: con el primer puesto en el grupo Asia-Pacífico debido a su baja contaminación del aire, su consumo eficiente de agua y su escasa producción de residuos sólidos. Otro de los factores que explican su posición en este listado es la gran capacidad de resiliencia ante el cambio climático entre las ciudades de su categoría.
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#5. LONDRES
Pasar del asfalto gris a las zonas verdes. De cara al año 2050, la ciudad custodiada por el Big Ben aspira a convertir nada menos que la mitad de su área urbana en parques en los que respirar aire puro. No se trata en absoluto de un propósito surrealista si se tiene en cuenta que ya dispone de más de un 47% de áreas verdes, un hito que le hizo ganarse el título de primera Ciudad-Parque Nacional del mundo en el año 2019.
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#4. LAHTI
Esta urbe finlandesa está dando pasos de gigante para convertirse en un enclave neutro en carbono en el próximo año 2025. En este proceso participan conjuntamente residentes, empresas y autoridades, y las cifras ya muestran una tendencia positiva: las emisiones de gases de efecto invernadero se han reducido en un 64% respecto al nivel existente en 1990. Esta localidad es pionera en economía circular (con una tasa de reciclaje de más de 99% de los residuos doméstico) y también en cuanto a movilidad respetuosa con el medioambiente. En el año 2019, la población abandonó el uso de carbón para sobrellevar las bajas temperaturas, y ahora recurren a combustible reciclado y la madera local. Asimismo, este territorio puede presumir de un 74% de áreas verdes y de tener acceso a la mejor agua del grifo del mundo, filtrada por las crestas de Salpausselkä.
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#3. COPENHAGE
La capital danesa lleva varias décadas luchando por reducir el consumo del agua a través de medidas como el incremento de las tasas que pagan los residentes por este bien y la instalación de inodoros y duchas de menor potencia. Según los datos registrados, estas acciones han surtido efecto. Actualmente, los habitantes de Copenhage consumen una media inferior a 100 litros diarios en comparación con los más de 170 litros que se consumían de media cada día en el año 1987.
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#2. OSLO
En 2015, la localidad noruega se propuso reforzar su resiliencia ante la crisis climática con una estrategia basada en una mejor gestión de sus aguas pluviales y en la integración del factor medioambiental en su planificación urbana. Cuatro años después, la Comisión Europea otorgó a Oslo el reconocimiento de Capital Verde Europea 2019 por la calidad de su aire, su sistema de transporte local, su biodiversidad, su baja contaminación acústica y su apuesta por la economía circular y el reciclaje.
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#1. ESTOCOLMO
Esta ciudad sueca vuelve a encabezar el Índice de Ciudades Sostenibles. Es líder y referente en cuanto a reducción de las emisiones urbanas de gases de efecto invernadero, un contexto que se debe en especial al sistema de calefacción urbana o district heating, al transporte público y a sus inversiones en energía renovable. Otros de los factores que reafirman su posición son sus espacios públicos verdes, la tasa mínima de residuos sólidos generados, su baja dependencia hacia los automóviles y la calidad del aire. Sus líneas de trabajo hacia la sostenibilidad urbana incluyen la neutralidad en carbono para 2030 y la ausencia de combustibles fósiles para 2040.
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