Páginas

lunes, 24 de junio de 2024

El CNE y la expresión perfecta / Gregorio Salazar @goyosalazar

 


No encontró mejor introito el presidente del CNE, Elvis Amoroso, al acto que forzó con los candidatos presidenciales, que volver a proclamar al sistema electoral venezolano como «el mejor del mundo», sin darse cuenta que el evento que celebraba se convertía en otro rotundo mentís a esa afirmación tan falsariamente machacada.

Por supuesto que un organismo electoral que cumpla en regla con todas sus atribuciones y responsabilidades, como lo vemos en prácticamente todos los países del continente americano –menos en la Nicaragua de Ortega y Cuba donde casi no se requiere– no necesita de obligar a los aspirantes presidenciales a extenderle un cheque en blanco y menos bajo amenaza de ser declarados «desestabilizadores».

El CNE de Amoroso que, como lo denuncia uno de sus rectores, no funciona desde hace meses como un cuerpo colegiado ni para atender las exigencias de los candidatos – ejemplo las de observación internacional– no ha cumplido sus tareas de la manera imparcial, equilibrada, constitucional y con el apego a la ley que demanda el anhelo de cambio de los venezolanos. Nada nuevo, ya lo sabemos. Y en la nueva Venezuela que se abre paso eso tendrá necesariamente su punto final.

La exigencia del punto 3 del acuerdo que firmaron ocho candidatos es temeraria al extremo. El CNE pidió reconocer «que ha dado cumplimiento a las garantías electorales en cada una de las fases del proceso establecido en el cronograma electoral». Entonces que llame el señor Amoroso, por ejemplo, a los millones de venezolanos en el exterior que no pudieron inscribirse para votar y a los jóvenes votantes con limitado acceso al REP para que le firmen tan desmesurado invento y verá la respuesta.

Qué osadía la del presidente del CNE: conseguir que la firma de los candidatos presidenciales le condonaran o dejaran saldado cualquier estropicio del pasado y que además le extiendan, de aquí al 28 de julio, una carta de buena conducta por adelantado. Y lo peor es que, desde su perspectiva, lo logró, al menos con el papel donde quedaron estampadas ocho firmas, con las muy honrosas excepciones de Edmundo González Urrutia (MUD, UNT y MPV) y Enrique Márquez (Centrados).

Con la serenidad y sindéresis que lo ha caracterizado en su vida y durante su desempeño como abanderado presidencial de la unidad nacional, Edmundo González desmontó en pocas palabras la artimaña cocinada por quien controla el organismo electoral: «Un acuerdo nunca puede ser impuesto unilateralmente, sino que debe surgir de un diálogo respetuoso entre todas las partes».

Sobre todo les recordó que el fundamental Acuerdo de Barbados, firmado también por el bando gubernamental que Amoroso representa, «ha sido violado por una de las partes firmantes al revocar la invitación de observación internacional de la Unión Europea y aumentar la persecución contra dirigentes y simpatizantes de nuestra campaña». Nada menos. Finalizó EGU con un coloquial cuanto categórico punto de remate: «Tampoco voy nariceado a ninguna parte».

Los venezolanos no hemos oído ni oiremos del presidente del CNE una sola crítica al desesperado aquelarre propagandístico que mantiene dolosamente en los medios del Estado el candidato a la reelección perpetua y los descollantes actores de su entorno cupular. No protestará la guerra sucia que se ha lanzado contra el candidato Edmundo González en una desparramada batería de videos que acosa a la audiencia hasta la náusea. No se opondrá al uso sin recato de todos los recursos del Estado por parte del PSUV para sus movilizaciones, cada vez más esmirriadas, por cierto.

¿Usted, haga memoria, ha oído algún reclamo del presidente del CNE sobre esa amenaza proferida por voceros del oficialismo de ganar «por las buenas o por las malas»? Y el fiscal general, garante por atribución del respeto a la legalidad, ¿se ha dado por aludido? No. Ya nadie pierde su tiempo buscando justicia en ese despacho. Ni que hablar de una Asamblea Nacional, especie de diminuto bonsái, como adorno de centro de mesa en el gran desastre nacional.

La «expresión perfecta de la voluntad popular» se alcanzará sí, pero a pesar de cualquier manejo oscuro de Amoroso. Es el reto del cual han ido tomando conciencia los venezolanos, los miles que tendrán responsabilidades como miembros y testigos de mesa y los millones de quienes lo respaldarán con su afluencia masiva el 28 de julio. El gran reto histórico de la Venezuela de hoy.

Dos de los candidatos firmantes del «acuerdo» promovido por el CNE, han adelantado opiniones reveladoras de lo que ocurrirá el 28 de julio. Luis Eduardo Martínez (AD-cooptada) afirmó a El Nacional que «no hay manera de que el gobierno gane las elecciones». Y Antonio Ecarri dijo en el propio acto que «Maduro es minoría». Como está claro que ambos van muy abajo en las encuestas se deduce que anticipan la victoria de Edmundo González, líder en todos los sondeos de irrefutable seriedad. Esa será, sin duda, la «expresión perfecta» que le tocará garantizar a Elvis Amoroso y todo el CNE el 28 de julio.

https://talcualdigital.com/el-cne-y-la-expresion-perfecta-por-gregorio-salazar/

Invitamos a suscribirse a nuestro Boletín semanal, tanto por Whatsapp como vía correo electrónico, con los más leídos de la semana, Foros realizados, lectura recomendada y nuestra sección de Gastronomía y Salud. A través del correo electrónico anunciamos los Foros por venir de la siguiente semana con los enlaces para participar y siempre acompañamos de documentos importantes, boletines de otras organizaciones e información que normalmente NO publicamos en el Blog.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico