miércoles, 10 de febrero de 2010
Cambio de estrategia electoral o quiebre constitucional
En estos años de gobierno chavista hemos asistido a una cantidad sin precedentes de eventos electorales, los cuales, dicho sea de paso, han sido cada vez más turbios y menos confiables.
Durante todo este tiempo hemos podido observar que el gobierno adopta, de cara a las citas electorales, un comportamiento caracterizado por la reedición de viejas promesas, la entrega indiscriminada de dádivas, y el “ataque”, muy bien coreografiado, a la llamada oligarquía, burguesía o capitalismo inhumano, esto último traducido, fundamentalmente, en la forma de expropiaciones, y las cuales van orientadas a vender a sus seguidores más moderados la imagen de “Robín Hood” que quita a los ricos para dar a los pobres y, ante los más radicales de sus seguidores, a reforzar su discurso revolucionario.
Dado estos precedentes, sorprende ver cómo, ante una elección tan estratégica como la de la Asamblea Nacional, el Gobierno haya tomado acciones aparentemente torpes y políticamente inconvenientes, que lo colocan de espalda al pueblo, como son los casos del racionamiento eléctrico ineptamente implementado por el gobierno a nivel nacional; así como las expropiaciones de comercios de todos los niveles (ÉXITO y La Francia como ejemplos más recientes, y las amenazas de expropiación a los taxista que eleven el pasaje).
En el caso de las expropiaciones, cabe resaltar la forma déspota y arbitraria como se han realizado, sin evaluar las implicaciones económicas y sociales de las mismas. Este tema en particular supone un gran rechazo por el pueblo, no solo de oposición, sino entre los llamados chavistas “lite” y el muy importante grupo de los “Ni-Ni”, quienes pueden ver que las expropiaciones ya no afectan a los grandes capitalistas, sino a los pequeños comerciantes y, posiblemente a los taxista y hasta a las “carnicerías”, para recordar a las prohibidas cuñas de de CEDICE. Ya Robín Hood no roba a los ricos para dar a los pobres, ahora quita a ricos y pobres para guardarlo para él.
En todo caso, pareciera que todas esas acciones, sumadas a la elección inconstitucional e ilegal de dos militantes del PSUV como reemplazo de dos de las Rectoras Principales del CNE (que dicho sea de paso, también eran oficialistas), el cierre de RCTV Internacional, la desmedida represión sufrida por las manifestaciones estudiantiles en las últimas semana, la llegada del nefasto Ramiro “Charco de Sangre” Valdés y del corrupto Julio De Vido para atender la crisis eléctrica, el reiterado llamado del presidente a que la oposición convoque a un referéndum revocatorio, y la gran cantidad de leyes inconstitucionales aprobadas por la Asamblea Nacional en los últimos meses, apuntan a evadir las elecciones de la Asamblea Nacional, las cuales tiene perdida según todas las encuestas, incluso las más favorables al gobierno.
Para ello apuesta a: desmejorar la ya maltrecha imagen de la vía electoral como mecanismo de salida democrática a la crisis de gobernabilidad; crear un ambiente de zozobra y angustia en el pueblo, y/o provocar una crisis política nacional similar a la del 11 de Abril, que le permita, como en ese momento, realizar las purgas necesarias para su estabilidad.
Una cosa nos debe quedar clara a los demócratas de Venezuela; el hecho de que el gobierno quiera evitar el “peaje” de las elecciones de Septiembre, nos demuestra que, a pesar de las grosera parcialidad y turbia actuación del CNE, este teme perder las elecciones y no poder desconocer los resultados, es decir, no tiene el control total.
Vale la pena recordar que, muy a su pesar, tuvo que “tragarse” y aceptar la “pírrica victoria de mierda” que la oposición obtuvo en la consulta sobre la reforma en 2007, así como los triunfos de la oposición en importantes Alcaldías y Gobernaciones en 2008. Que después, mediante una serie de medidas “INCONSTITUCIONALES” para imponer lo rechazado en 2007, o restar competencias y recursos a los gobernantes de oposición electos, se haya tratado de minimizar el triunfo de los factores democráticos, es otro tema, que en todo caso pone en posición de ilegalidad al mismo gobierno.
Finalmente, los demócratas venezolanos no podemos apartar la vista de nuestro objetivo fundamental a corto plazo: las elecciones para la Asamblea Nacional en Septiembre del 2010, más allá de los múltiples trapos rojos lanzados por el gobierno. Para ello debemos organizarnos y prepararnos para obtener los votos y defenderlos, y lograr la instalación de una Asamblea plural en Enero 2011. Esto no significa que, en el camino, demos una respuesta contundente a los abusos y violaciones cometidas por el gobierno, pero debemos hacerlo sin dejar posibilidades para que este pueda evadir las elecciones.
Editorial del Equipo Productor
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