Orlando Zapata Tamayo, preso de conciencia del Régimen cubano falleció ayer en un Hospital en La Habana después de 85 días en huelga de hambre, la única manera de calificar este deceso es de crimen de Estado.
A los rojos no les importa que sus ciudadanos disidentes mueran de hambre, eso está justificado por los cánones de la revolución. A los rojos poco le importan los derechos ciudadanos y las libertades democráticas. Los rojos aplican la receta de la represión y la intimidación contra todo aquel que tiene la valentía y el coraje de levantar su voz y expresar sus deseos legítimos de libertad.
A ellos no les importa pero a nosotros si nos importa y muchísimo, escribimos estas líneas con el dolor en nuestro corazón, con la pena aflorando en nuestra alma, la muerte de un compatriota latinoamericano por causas políticas no la aceptamos, en el siglo XXI deben de terminar el exterminio, el apartheid y el genocidio político.
Nos duele y nos solidarizamos por cuanto consideramos que nuestro destino está estrechamente unido al de Orlando Zapata, lo que ha pasado en Cuba en los últimos 50 años se empieza a parecer mucho a lo que nos está pasando, cuando a la disidencia se le acusa de traidor a la revolución y por consiguiente a la patria, se convierte en un enemigo sujeto de ser exterminado.
Vayan nuestras palabras de solidaridad con todos aquellos disidentes cubanos que se atreven a levantar su voz y también toda nuestra solidaridad a los disidentes que no se atreven por ahora a expresarlo públicamente. Un pueblo no puede ser sometido a 50 años de dictadura, opresión y tiranía, estamos seguros que más temprano que tarde las cosas cambiarán en Cuba, y cuando eso ocurra allí estaremos brindando nuestra granito de arena por una Cuba democrática y libre.
¡¡Viva Cuba Libre!!
Editorial del Equipo Productor
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