Por Fernando Pereira
“Pedro y sus amigos,
antes de la cuarentena, se reunían en el parque del edificio para inventar una
cantidad de juegos. Cuando surgió el tema del coronavirus, no le quedó otra que
utilizar la computadora para relacionarse y jugar. Era tanta su obsesión
que se negaba a participar en cualquier otra actividad de la casa que le
proponía la familia. Para él solo existía lo que veían a través de las
pantallas?”.
Óscar Misle y mi
persona publicamos este relato como parte del contenido del libro Los
derechos y deberes se abrazan: herramientas para mejorar la convivencia con la
participación de los niños, publicado por Cecodap. Le preguntamos a los
lectores qué harían ellos si fueran Pedro o su familia.
La variada gama de
argumentaciones nos hizo pensar las realidades del momento actual.
“Es difícil poner un
límite a las pantallas y tenerlos encerrados todo el día desde hace 6 meses. Yo
que siempre fui cuidadosa con el tiempo en pantalla lo he dejado pasar y si
bien tiene sus momentos de ocio y juega con sus juguetes es hijo único y eso lo
hace más complejo porque sus padres teletrabajamos. De mi parte siento que he
perdido esa batalla y ya habrá tiempo de recuperar sus actividades
deportivas y extracurriculares pero, en estos momentos, no tenemos muchas
opciones”, comenta una madre.
Ciertamente, el
momento impone ser flexibles en nuestras posiciones. No está en nuestras manos
controlar la situación actual ni todas las familias cuentan con las mismas
posibilidades, presencia de hermanos, espacios de recreación. Por lo que
debemos proponernos que la culpa no nos atrape generando una nueva
capa de ansiedad y frustración.
“No está bien estar
tanto tiempo ante las pantallas; pero ¿cómo le hacemos? Al principio de la
cuarentena compartíamos con juegos de mesa, pintábamos, veíamos películas. Ya
eso se acabó y nos vencieron las pantallas, prácticamente está todo el día
pegado a ellas. No me queda otra que tener paciencia y hablarle muy claro de
todos los temas relacionados con las redes y que lo pudiesen afectar en algún
momento”, expresa otra madre.
Alejandro Castro
Santander nos plantea que el hijo desocupado en vacaciones (sin contar la
prolongada cuarentena) puede presentar un cuadro muy desafiante: enganchado a
las pantallas, con poca actividad física, malos hábitos alimenticios y, de
paso, aburrido.
Agenda del tiempo
libre: las tres d
Castro propone un plan
razonable en casa basado en: diálogo, diversión y descanso. Reconoce que no es
fácil (menos ahora, añadimos nosotros); pero hay que buscar que la distribución
del día pueda estar equilibrado, en la medida de lo posible, con esas tres
dimensiones. “No es necesario andar juntos las 24 horas. Lo ideal es
equilibrar entre momentos para compartir todos y tiempo donde cada uno
disfrute actividades por separado”, añade Castro.
“Nosotros como familia
jugamos y, con cuidado salimos y andamos en bicicleta, claro, vivimos en un
pueblo”, acota otra madre.
Reconocer que hay
diversas realidades; que hay familias que ni siquiera tienen conexión a
Internet o los equipos disponibles en casa no están en buenas condiciones o hay
un solo teléfono que se debe utilizar para trabajar, comunicarse y, en
determinados momentos, para la recreación. En pueblos, sectores populares,
condominios el reto está en cómo respetar las medidas de protección sanitarias
en estas vacaciones cuando la diseminación del virus está más
activa.
“Estoy aburrido”
Reconocer que en todo
el país tenemos diferentes realidades y miradas del momento actual. Incluso en
una misma ciudad, la diversidad es marcada por lo que no puede haber una sola
propuesta para llevar adelante esta situación.
Debemos poder
interpretar si detrás del aburrido puede estar un llamado de atención, de “te
necesito”, “vamos a estar juntos”. El aburrimiento también puede tener un
umbral fecundo para que los muchachos piensen qué pueden hacer y qué les
motiva. La creatividad y buenas iniciativas pueden surgir en esos momentos
donde no todo está dirigido por mamá y papá.
13-08-20
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico