Por Ramón Guillermo Aveledo
“Siempre evito profetizar
con anticipación, porque es mucho mejor política profetizar después que el
evento ha tenido lugar”
Winston Churchill
Escéptico ante
presuntas salidas rápidas y más o menos milagrosas, internas o exteriores, creo
en la solución política de la ancha y profunda crisis venezolana. Así mismo,
hoy veo esa posibilidad más poblada de complejidades que la dificultan y muy
probablemente la alarguen.
El domingo 6D cumplió
el grupo en el poder su voluntad de realizar un acto electoral abusivo, amañado
y truculento. Si se me permite una metáfora deportiva, un torneo invitacional y
amistoso. Invitacional, porque el poder se “reservó el derecho de admisión” y
sólo pudieron presentarse sus invitados. No digo que todos sean moral y
políticamente iguales, no lo creo, pero sí sostengo que era un típico juego
amistoso, cuyo resultado no es válido para el “campeonato”, dado que el régimen
no ha mostrado la menor intención de aceptar la división y distribución de
poderes que la democracia exige y la Constitución manda y allí no hay culpas
distribuidas, como puede haberlas en otros aspectos. Por eso, muy a mi pesar
como demócrata y creyente en el voto, no voté. Quería hacerlo. Desde 2019
trabajé con otros buscando ensanchar y hacer más segura esa ruta tortuosa; en
2020 mi esperanza estuvo en los esfuerzos de la Unión Europea y los esfuerzos
de opositores de indudable integridad y sensatez para mí. Unos y otros
fracasaron. El escenario actual resultaba preferible, primero para el plan
oficialista y luego para la estrategia de trincheras de partes de la oposición
que ahora tendrían que revisarse.
En la Consulta Popular
convocada por la Asamblea Nacional participaré, porque no me conformo con que
el poder y el mundo “interpreten mi silencio”. Paso por sobre escepticismos por
dudas sobre su efectividad, pero la interpreto como una manifestación que deseo
fuerte del descontento mayoritario con el presente y la urgencia de cambio en
esta sociedad sufriente.
Me temo que nunca
sabremos números confiables de participación en uno y otro evento, a los cuales
sería injusto equiparar. Uno es desde el poder con todas sus ventajas y
coacciones y el otro desde abajo y afuera. A juzgar por las encuestas, me
atrevo a afirmar que distintos y enfrentados, sumarán una minoría nacional. La
mayoría de los venezolanos no se siente expresada en esas opciones. Ese
desencanto palpable es un gran éxito del poder, una victoria pírrica en
este round alcanzada a un costo tan alto que le costará mucho
encajar. Más allá de apariencias, todos los actores saldrán más débiles de
2020, no todos lo advertirán.
Es un lugar común
exagerado pero no siempre calumnioso que la oposición subestima la capacidad
oficialista para adaptarse y aferrarse al poder, pero ese grupo a su vez
apuesta a que su dominio interno obligará al mundo a aceptarlo y que con
recursos como la “ley” antibloqueo podrán atraer inversiones que reanimen la
economía y al hacerlo subestima la magnitud de su desprestigio afuera y de la
desconfianza que genera dentro del país.
¿Hay oportunidades para
la política? Sí. Aunque sean pocas y difíciles, las hay. Hablaremos de eso.
12-12-20
https://www.elimpulso.com/2020/12/12/opinion-de-posibilidades-y-dificultades-12dic/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico