San Josemaría 24 de septiembre de 2022
@sJosemaria
Te has consolado con la idea de que la
vida es un gastarse, un quemarla en el servicio de Dios. –Así, gastándonos
íntegramente por El, vendrá la liberación de la muerte, que nos traerá la
posesión de la Vida. (Surco, 883)
No nos debe sobrar el tiempo, ni un segundo: y no exagero. Trabajo hay; el mundo es grande y son millones las almas que no han oído aún con claridad la doctrina de Cristo. Me dirijo a cada uno de vosotros. Si te sobra tiempo, recapacita un poco: es muy posible que vivas metido en la tibieza; o que, sobrenaturalmente hablando, seas un tullido. No te mueves, estás parado, estéril, sin desarrollar todo el bien que deberías comunicar a los que se encuentran a tu lado, en tu ambiente, en tu trabajo, en tu familia.
Pensemos
valientemente en nuestra vida. ¿Por qué no encontramos a veces esos minutos,
para terminar amorosamente el trabajo que nos atañe y que es el medio de
nuestra santificación? ¿Por qué descuidamos las obligaciones familiares? ¿Por
qué se mete la precipitación en el momento de rezar, de asistir al Santo
Sacrificio de la Misa? ¿Por qué nos faltan la serenidad y la calma, para
cumplir los deberes del propio estado, y nos entretenemos sin ninguna prisa en
ir detrás de los caprichos personales? Me podéis responder: son pequeñeces. Sí,
verdaderamente: pero esas pequeñeces son el aceite, nuestro aceite, que
mantiene viva la llama y encendida la luz. (Amigos de Dios, 41-42)
Tomado
de: https://opusdei.org/es-ve/dailytext/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico