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martes, 27 de septiembre de 2022

Verbos necesarios: participar, exigir, dialogar y votar / Luisa Pernalete @luisaconpaz

 



Usted y yo sabemos que el país no se ha arreglado. En unos cuantos aspectos se ha agravado, y también debemos saber que no podemos sentarnos a esperar que las soluciones vengan del cielo, como el maná. Los ciudadanos tenemos que participar. La Constitución nos indica caminos: exigir al Estado que cumpla con sus obligaciones y a los funcionarios públicos lo suyo. Hay que insistir en la necesidad de diálogo entre los políticos para que se lleguen a acuerdos que contribuyan a la solución de los grandes problemas, así como nosotros dialogar con los cercanos, y finalmente, votar. Es la manera democrática de elegir a nuestros representantes.

Empecemos por caminos de participación que están contemplados en la CRBV. La Constitución, en su artículo 19, nos recuerda que el Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de progresividad, el ejercicio irrenunciable de sus derechos humanos. Entonces todos los ciudadanos debemos tener en nuestros hogares un ejemplar de la Constitución para conocer nuestros derechos y poder defenderlos y exigirlos. Por ejemplo, según el artículo 53, “toda persona tiene derecho de reunirse, pública o privadamente, sin permiso previo, con fines lícitos y sin armas”. Pues entonces proceda a reunirse con sus vecinos, con los maestros de la escuela de sus hijos, para ver cómo enfrentan problemas comunes. El 57 dice que todos tenemos derecho a expresarnos libremente, entonces opine -no insulte ni descalifique-, no se permite el anonimato, ni la propaganda de guerra ni la promoción de intolerancia. El 62 es muy explícito: todos los ciudadanos tenemos derecho a participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por representantes elegidos. Pues, participemos entonces, no sólo en las elecciones, también tenemos derecho a proponer consultas populares, a revocar los mandatos de los funcionarios electos. También a asambleas de ciudadanos. Tenemos que perder miedo -e indiferencia- para esta participación. Por supuesto, no olvide el artículo 68: todos tenemos derecho a manifestar pacíficamente y sin armas.

Si usted conoce sus derechos, entonces podrá exigir, por ejemplo, que los representantes rindan cuentas “públicas, transparente y periódicas sobre su gestión”, como señala el artículo 66. ¿Qué tal pedir cuentas a los alcaldes y gobernadores? Los dineros públicos no son propiedad privada de los funcionarios, por eso no pueden gastarlos de cualquier manera. Hay organizaciones, como el programa La gente propone, del grupo social Cesap, que funciona en varios municipios del país, que promueve ese seguimiento a problemas y a la gestión de los alcaldes. Usted y yo tenemos derecho a exigir esa rendición de cuentas. Recuerde también que todos los cargos de elección popular son revocables, según el artículo 72.

Dialogar es necesario. Tanto a escala micro, usted con su familia, con sus vecinos para enfrentar problemas comunes, con los maestros y padres y representantes de la escuela donde estudian sus hijos, para ver cómo entre todos, familia y escuela, educan mejor los hijos de unos y “ahijados” de los educadores, pues los docentes nos convertimos en “padrinos y madrinas” de los estudiantes. También los políticos tienen que dialogar, más en un país como el nuestro, con una severa y prolongada emergencia humanitaria compleja, con una de las inflaciones más altas del mundo, con mentalidad rentista pero ahora sin renta, con el aparato productivo destruido en muchos aspectos con elevadas tasas de violencia… los políticos no pueden ocuparse solo de sus asuntos partidistas, tenemos que exigirles que dialoguen, que escuchen a los ciudadanos y que dialoguen entre ellos para llegar a acuerdos. Hay muchos países amigos pidiendo la reanudación de las mesas de diálogo. Eso no es traición, es realismo, es hacer política de la buena. Usted y yo también podemos exigir a los políticos que se ocupen de la construcción del “bien común”.

Y finalmente votar. Ya sabemos que no es la única manera de participar, pero abstenerse no ayuda, es dejar el espacio y después quejarnos. Si las votaciones con masivas es más difícil que se haga trampa, y más si hay testigos de las partes en todas las mesas y hay vigilancia, no solo en el acto de votar, sino en el proceso previo; por ejemplo, en la actualización del Registro Electoral -cosa que debemos exigir-, en toda la propaganda, si insistimos con los candidatos a que escuchen a los electores, a que tengan programas y los discutan -no pensemos solo en las elecciones para presidente, pensemos en las de alcaldes, gobernadores…

En fin, ser ciudadano supone “practicar verbos activos”, supone actuar. La peor diligencia es la que no se hace, suele decir una amiga mía. ¿Usted qué opina?

https://correodelcaroni.com/opinion/hagamos-las-paces/verbos-necesarios-participar-exigir-dialogar-y-votar/

http://aperturaven.blogspot.com/p/contactanos.html?m=1



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