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viernes, 23 de septiembre de 2022

Rechazo escolar / Fernando Pereira @cecodap @fernanpereirav

 


El comienzo de un año escolar es un momento propicio para que los niños o adolescentes manifiesten su desmotivación de ir a la escuela o liceo. Detrás del rechazo escolar puede haber distintos factores:

Experiencias negativas. Puede ser que en el año escolar anterior o en curso haya habido acoso escolar o bullying o cualquier otra agresión que genera en el estudiante miedo, angustia, estrés, ansiedad y considera a la escuela como una amenaza.

Situación de duelo. Por pérdidas físicas o materiales que afectan el estado anímico. También puede producir duelo un cambio de escuela, mudanza, dentro o fuera del país, circunstancias que pueden generar vacío, tristeza, rabia, inseguridad.

Cambio de nivel. Pasar de preescolar a primer grado, de sexto a primer año, de quinto año a la universidad sin que se haya vivido la transición necesaria para procesar los cambios.

Temor a un docente autoritario o con fama de ser muy estricto. También los docentes suelen ser etiquetados por su comportamiento, por su forma de ser y sus actitudes. Puede ser que esto los predisponga por los comentarios que realizan los hermanos mayores o los compañeros de grados superiores, inclusive los mismos profesores suelen hacer alusiones al carácter o modo de trabajo de otros colegas.

No cuenta con los recursos necesarios para comprar útiles escolares, uniforme, llevar merienda o dinero para comprarla. Para las familias resulta cuesta arriba contar con los recursos para adquirir o cumplir con las rutinas escolares, y el niño teme ser discriminado por el grupo.

Centros ubicados en zonas peligrosas. Los estudiantes sienten miedo a que les pueda pasar algo porque en la zona donde está la escuela han ocurrido hechos violentos (atracos, robos, secuestros, enfrentamientos).

Afecciones de salud. Bien sea adquiridas u ocasionadas por la crisis o secuelas del postcovid: malnutrición, desnutrición o por inadecuada aplicación de tratamientos por carencia de recursos y eso se traduce en debilidad corporal, mareos, apatía.

Desmotivación o desinterés. No le ven sentido a la educación, se sienten aburridos. Las estrategias utilizadas no parten de sus necesidades, intereses, le resultan aburridas.

Son solo algunos de los factores; pero pudiera haber otros. Cualquiera que sea el caso es importante identificar qué genera el rechazo escolar. Si es una situación ocasional o recurrente. Es necesario el acercamiento entre las familias y el centro educativo para acordar estrategias que permitan el abordaje según las características del caso.

Comenzar con buen pie

El inicio del año escolar no puede ser visto como un período más y se nos presenta como una oportunidad para hacer del recibimiento de los estudiantes, docentes y demás miembros de la comunidad educativa, un espacio propicio para el encuentro, el intercambio y el acercamiento. También para que la comunidad pueda fortalecer los vínculos y se puedan diseñar actividades creativas con los estudiantes, propuestas de clases más atractivas, crear ambientes de aprendizaje en los que la participación (opinar, ser escuchados, asociarse) haga de la escuela un espacio para el ejercicio de la democracia y la resolución pacífica de los conflictos y toma de decisiones sin violencia y donde se promueva el buen trato como parte del ejercicio ciudadano.

No podemos ignorar del deterioro de las condiciones socio-laborales de los docentes, de la migración que ha fragmentado familias, estudiantes que se han quedado atrás por la ida de sus padres, de la incertidumbre que sigue arropando a buena parte de las familias, de ahí que en este año escolar debamos hacer un mayor esfuerzo para potenciar un inicio priorizando la educación emocional que ayude a estimular la conexión y la resiliencia.

https://efectococuyo.com/opinion/rechazo-escolar/

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