GERVER TORRES 19 de septiembre de 2023
@GerverTorres
“Al celebrar el valor de los que se van
celebramos también el valor de los que se quedan en Venezuela, reconociendo y
honrando la resiliencia y el sacrificio de aquellos que día a día enfrentan la
adversidad en nuestra tierra natal. Ellos mantienen viva la llama de la
esperanza y construyen los cimientos de un futuro digno de la lucha que están
librando. Son el alma valiente de Venezuela, y su legado será recordado con
gratitud y admiración por las generaciones venideras”.
La
magnitud y rapidez de la diáspora venezolana ha convertido este tema
en asunto de discusión frecuente entre venezolanos y gente que sigue con
atención lo que ocurre en el país. No es para menos. La emigración ocurrida
desde el 2015 hasta ahora, estimada en unos 8 millones de connacionales,
representa la diáspora más grande del mundo cuando se le considera como
porcentaje de la población de origen. Con 30 millones, la china es la más
grande en términos absolutos, pero ese número solo representa el 3,5% de la
población de China.
En nuestro caso se trata del 25% de lo que era la población venezolana hace apenas unos años. Si el gigante asiático hubiese sufrido una hemorragia poblacional de la magnitud venezolana, eso se traduciría en 361 millones de chinos viviendo fuera de su país, lo cual equivaldría a una población mayor que la de todos los Estados Unidos hoy. El otro hecho significativo es la rapidez con que se ha producido esa salida de compatriotas. Mientras que la emigración china es una historia de décadas, cuando menos, la de Venezuela es algo de muy pocos años, producto exclusivo del régimen chavista.
“Los
venezolanos que siguen en Venezuela son los que, aún sin saberlo o
proponérselo, hacen que siga existiendo un país llamado Venezuela por el cual
se batalla”
Al
tiempo que se relatan las enormes penurias y dificultades que una gran mayoría
de estos emigrantes venezolanos enfrentan para escapar de las
calamidades chavistas, se celebran también sus capacidades para salir adelante,
establecerse en territorios distantes, y emprender nuevas actividades en las
cuales resultan muchas veces exitosos. En realidad, la literatura sobre los
emigrantes en general habla de algunas cualidades particulares que poseen estos
individuos, entre las cuales destaca su capacidad de emprendimiento.
Se
señala que una persona dispuesta a salir de donde está para tratar de comenzar
una nueva vida en un lugar distante, posiblemente nada familiar, cuyo idioma y
costumbres no conoce, es una persona con alta motivación al logro y capacidad
para tomar riesgos, factores muy asociados al talento emprendedor. Por esta
razón, en la medida en que esa diáspora se mantenga conectada con el país de
alguna forma, ella representa un activo valioso para cuando llegue la
oportunidad de la reconstrucción nacional, conjuntamente con los valerosos
venezolanos que han elegido quedarse en su tierra natal, a quienes también hay
que recordar y honrar por su coraje.
Al
enaltecer las virtudes de los que han emigrado no olvidamos a los héroes
anónimos que permanecen en el país resistiendo al régimen de mil maneras.
A ellos no les toca cruzar el Darién. Viven en el Darién. Los que se quedan en
Venezuela por decisión propia, junto a los que permanecen allí por no tener la
posibilidad de algo distinto, no solo luchan por sobrevivir, sino que también
desempeñan un papel crucial en mantener viva la llama de la esperanza por
la recuperación del país. Son el punto de referencia de aquello por lo que se
está luchando. En un sentido más profundo se mantienen como guardianes de
la identidad venezolana, garantizando que las futuras generaciones puedan
conectarse con sus raíces. La resiliencia es una de las cualidades más
admirables que se puede poseer, y es una característica inherente a aquellos
que han decidido quedarse en Venezuela. Han aprendido a adaptarse a
circunstancias cambiantes, a encontrar soluciones creativas y a mantener
la cabeza en alto, incluso en los momentos más difíciles.
Los
venezolanos que siguen en Venezuela son los que, aún sin saberlo o
proponérselo, hacen que siga existiendo un país llamado Venezuela por el cual
se batalla. Muchos de ellos, cuando abren el grifo que no da agua, cuando
pasan el suiche de una luz que no prende, cuando se paran en una
estación de gasolina donde no hay gasolina, mantienen la demanda y la presión
de un país que quiere ser normal, que quiere vivir como un país civilizado.
Ellos mantienen en jaque al régimen. Están escribiendo la historia de un
país que se niega a rendirse. A través de pequeñas victorias cotidianas, están
sentando las bases para un mañana que refleje la fuerza y la determinación del
pueblo venezolano.
En
última instancia, al celebrar el valor de los que se van celebramos
también el valor de los que se quedan en Venezuela, reconociendo y honrando la
resiliencia y el sacrificio de aquellos que día a día enfrentan la adversidad
en nuestra tierra natal. Ellos mantienen viva la llama de la esperanza y
construyen los cimientos de un futuro digno de la lucha que están librando. Son
el alma valiente de Venezuela, y su legado será recordado con gratitud y
admiración por las generaciones venideras. A mis compatriotas que viven en
Venezuela hago este reconocimiento.
GERVER
TORRES
@GerverTorres
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