Fernando Luis Egaña 18 de enero de 2024
Cuando en este 2024 se abre
una rendija de esperanza para el cambio verdadero, que el poder establecido se
empeña en cerrar por las malas y las peores, hay que luchar sin tregua para
defender los derechos de la población.
Cuando
todo, o casi todo, parece indicar un horizonte político que beneficia al
continuismo, a pesar del inmenso rechazo que genera en el país, hay que luchar
sin tregua para despejar ese horizonte.
Cuando la catástrofe humanitaria sigue asolando al pueblo, pero todavía no se aprecia una articulación de la protesta, entre lo político y lo socio-económico, hay que luchar sin tregua para que esto suceda.
Cuando
las manipulaciones «jurídicas» del oficialismo llegan a extremos grotescos para
intentar acabar a figuras decididas de la oposición, hay que luchar sin tregua
para denunciarlas y evitarlas.
Cuando
en este 2024 se abre una rendija de esperanza para el cambio verdadero, que el
poder establecido se empeña en cerrar por las malas y las peores, hay que
luchar sin tregua para defender los derechos de la población.
Y no
sólo defender, sino luchar hacia adelante para que prevalezca la democracia
sobre el despotismo, y la justicia y el emprendimiento sobre la depredación.
Esa es
la lucha sin tregua que debe darse, a pesar de cualquier pesar. Una lucha
que nos lleve al relanzamiento de la patria.
Fernando
Luis Egaña
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