Orlando Viera-Blanco 08 de mayo de 2024
@ovierablanco
Nicolás
Maduro ha enfrentado varios dilemas durante su presidencia: i.-Pérdida de
legitimidad y reconocimiento internacional [por elecciones ilegales]
ii.-Gestión de la crisis económica, iii.-Relaciones [tensas] con la oposición;
iv.-Relaciones internacionales [suspendidas] especialmente con EEUU, Europa y
algunos países de América Latina, que han impuesto sanciones y han criticado su
gobierno por cuestiones de DDHH y democracia.
Sin
resolver estos dilemas, le toca enfrentar un nuevo desafío: entregar o no el
poder en medio de un clima político adverso, donde más de un 85% de la
población pide cambio…canje que lo personifica la dupla Edmundo-María Corina.
Algunas tretas no [le] salieron como lo tenían planificado. Algunos actores de
oposición pudieron escurrir y otros no resultaron instrumentos de polarización.
En este escenario Maduro no puede voltear la elección.
Los caballeros del rey…
Maduro
ha enfrentado el dilema de ser reconocido como presidente legítimo por algunos
países y organizaciones internacionales. Su carga de ilegitimidad es debido a
cuestionamientos sobre las elecciones 2018. Ese año una Asamblea Constituyente
convocada ilegalmente desde la presidencia de la república, condujo a una zafra
electoral igualmente írrita. Volver con elecciones amañadas no aseguran
estabilidad política a un nuevo periodo cuestionado. El método ‘tradicional’ de
camuflaje electoral, pasa por: 1.-Abultar la oferta de candidatos de oposición
[alacranato]; 2-Impedir inscripciones de nuevos votantes tanto en Venezuela
como en el exterior; 3-Voto ilegalmente asistido; 4-Voto restringido y/o 5-Voto
arrebatado por falta de testigo[s] en mesa.
En
esta oportunidad el dilema se complica. Ampliar la nómina de candidatos
“pantalla/fachada” de oposición, no ha logrado disuadir al electorado de
inclinar su preferencia hacia ellos. La gente sabe que los candidatos de los
partidos AD [el Burro Martínez], PJ [Brito], VP [Ceballos] y otros de entorno
[el Lápiz de Ecarri y el Conde de Rausseo] no son alternativas reales de
oposición, esto es, nacidos de una voluntad genuina de cambio. Ninguno
participó en las primarias y otros son tarifados. Así pocos los reconocen como
una opción democrática. Todos estos “postulados” no suman un 5% de preferencia
política por lo que no causan mella en la oferta que representan González
Urrutia y María Corina.
El
régimen pensó que la salida al ruedo de un candidato alternativo de oposición
como Edmundo González no contaría con el endoso óptimo de los votantes de María
Corina. En un primer ‘conteo’ es verdad que González Urrutia ajustó unos 10
puntos [a la baja]. Pero rápidamente la tendencia se ha revertido. Machado ha
sabido comunicar que “Edmundo es el hombre”. El Embajador de La Victoria,
también ha sido parco, directo y acertado en sus declaraciones. “María Corina
lo hace muy bien recorriendo el país. Yo ahora no puedo. Me reuniré con Maduro
si es necesario. Las sanciones se deberán conversar. Hay que liberar a los
presos políticos. Es un honor liderar la transición”. Delegar en María Corina
la movilización-país y la vigilancia de voto, ha impedido tener la percepción
de una doble campaña.
Contener
el hito de nuevos votantes, hablamos al menos de 6 millones de venezolanos que
no podrán elegir en Venezuela ni en el exterior, es otro obstáculo que, a pesar
de ser inmenso es superable. El universo de los que pueden votar sigue siendo
notablemente a favor de elegir por un cambio de régimen. Al tiempo de escribir
estas líneas la participación [interés de salir a votar] subió a un 75% y la
intención de voto por Edmundo regresa a un 62%, y contando.
El
‘voto asistido’ de la mano de la militancia del PSUV (pagada con dinero del
Estado), tampoco amarra, pega, ni suma. El poder de emplazamiento,
amedrentamiento y compra de consciencia del Chavismo-Madurismo está roto. Han
perdido hasta la capacidad de infundir miedo al votante. No más chantaje.
Lo
mismo sucede con el cerco de motorizados. El venezolano quiere salir a votar.
No importa la clase social. Desde el barrio hasta el country club, el
sentimiento de cambio, que es paz, tranquilidad, justicia y prosperidad es
irrenunciable e incontenible. Más puede el miedo al continuismo represor que
encarar cualquier amenaza a la luz de un mejor porvenir. Hasta los jinetes en
motocicletas desean otra vida, y sospecho que apagarán sus motores cuando les
ordenen someter. Cuidado si, por el contrario, llevarán gente de sus barrios y
todo el mundo a votar por Edmundo.
En
otro sentido, la organización militante de oposición se ha reforzado. El equipo
de Vente acompañado de la militancia de los partidos legítimos [no arrebatados]
están preparados para vigilar el voto desde Petare hasta la Pastora, llegando
hasta El Saladillo, Las Mercedes del Llano, el Arauca vibrador; pasando por La
Gran Sabana, San Félix, El Tigre, Tucupita, Puerto Píritu y Güiria. Todos saben
cómo-después de los horarios de cierre de mesa-, le meten el dedo a la máquina
no vigilada, o despachan a los testigos para hacer de las suyas Eso no será
así. Ahora la gente se quedará para defender su elección.
Un
fenómeno interesante son las FFAA. Muchos de los “Caballeros del Rey de
Miraflores” ese generalato militante, acomodado y servil, se quedarán con los
sables hechos, porque un llamado a voltear o boicotear la elección, o reprimir
en caso de resistencia, luce que será desobedecido. Aquí desde los pensionados
de la Administración Central; los maestros, los sindicalistas, los obreros, los
pocos empleados de gobernaciones o empresas privadas; los jubilados de la AN o
el TSJ; los militares que se dieron de baja o aún los activos que no comen con
5$ al mes, están hartos de ninguneo, cajas CLAPS, oro de sangre, cubanos y
corrupción, por lo que están montados en la ola civilizadora de
democratización, convertida en un sentimiento nacional. Nada así había pasado
antes.
Mejor
es negociar hoy que correr mañana
Maduro
se ha enfrentado al dilema de cómo manejar la grave crisis económica que ha
afectado a Venezuela durante su presidencia, incluida la hiperinflación, la
escasez de alimentos y medicinas, y el deterioro de los servicios públicos.
Escamotear una elección aunado a estos dilemas, no le arrienda ganancias ni
estabilidad. Ese es el problema de un Estado fallido. No sólo las sanciones
sino la disposición de un régimen a sobrevivir de forma celestina, corrupta y
bajo terrorismo de estado.
Maduro
ha tenido que lidiar con el dilema de cómo manejar las tensiones con una
oposición política en Venezuela, que ha estado activa durante su presidencia y
ha buscado su destitución. Una oposición que ha sido amenazada, dividida y
confiscada. Hoy muchas de las tensiones dentro de la propia oposición se han
disipado. La oposición maduró. Aún quedan refriegas como los lances pérfidos de
Capriles, o las escaladas esquivas de un sector anodino de
opositores-escaparates. Pero son escaramuzas sin peso y sin dirección.
Edmundo
González es el resultado de un acuerdo político elevado donde unieron esfuerzos
María Corina y la plataforma unitaria. Hasta ayer era bloques irreconciliables.
El recelo y muchos reconcomios latentes (y válidos) de ambas partes, quedaron
atrás gracias a gestos nobles e inteligentes de unidad y vocación de eficacia
política. Maduro no podrá lidiar con esta oposición que desborda alegría y
entusiasmo. Y la gente aplaude a la oposición real.
Las
relaciones internacionales son otro dilema con el que Maduro no tiene margen de
maniobra. No es lidiar con EEUU, Europa y algunos países de América Latina. Es
que sus propios aliados lo confinan y se desmarcan. Putin necesita asegurar el
mercado petrolero de China e India. Brasil y Petro no ven en Maduro una aliado
estable, rentable ni demócrata. China no tiene manera de cobrar su deuda con un
gobierno caótico, corrupto e ineficiente. Y Cuba tiene su propio dilema con una
economía devastada, un pueblo que se levanta y una pérdida de liderazgo
sensible. Patria y vida es Patria y valentía. El miedo quedó permutado por
calidad de vida, internet, pasta dental y la prosa libertaria de Martí, porque
“pueblo que se somete perece…”
Estos
son algunos de los dilemas que Nicolás Maduro tendrá que enfrentar el próximo
28/7/24. Muestran una complejidad política, social, global y hasta personal
realmente inédita.
Como
no se había visto antes, la participación y la diferencia de voluntad de voto
entre la oposición originaria y Maduro, es abismal. Intentar mantenerse después
de una elección manifiestamente espuria es temerario. La oposición ha blindado
una unidad sin precedentes, y las propias FFAA están conformadas por nuevas
generaciones de pelotones [los que quedan] cuyo estómago y cuyo corazón
demandan dignidad, estabilidad y felicidad más que “patria, socialismo o
muerte”. Seguimos con Martí: “Haga cada uno su parte de deber y nada podrá vencernos…”
Venezuela
va camino a una transición democrática alucinante. No todo está ganado. Aun
retornando la democracia-el único juego aceptable-queda el fantasma del
chivateo electoral y la represión. Pero en ese escenario juegan con fuego,
porque esta vez no cuentan con los muros de terror El pueblo está decidido a no
someterse.
Vienen
tiempos buenos, interesantes, ilustrados, de grandes retos para la oposición y
la gran mayoría de los ciudadanos que queremos cambio. El valor es que la
oposición y sus seguidores, nos mantengamos unidos. Es la resiembra de la
tierra de gracia. La transición es la más compleja que ha visto la república
desde la independencia, por lo que la consigna será redimirnos como sociedad.
Y lo
dijo Dostoievski: “Para el realista no es la fe lo que nace del milagro, sino
el milagro el que nace de la fe. Si el realista adquiere fe, ha de admitir
también el milagro, en virtud de su realismo.” Lo admito, soy realista.
!Venezuela, el milagro viene…!
Orlando
Viera-Blanco
@ovierablanco
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