Diario Las Américas 30 de mayo de 2024
Los
venezolanos en el exterior que no podrán votar están por el orden de los 3,5 a
4,5 millones, quiere decir que, si cada uno de ellos se organiza para asegurar
el voto efectivo de 2 o 3 personas que sí puedan votar, la victoria será
nuestra
Todos sabemos que el proceso electoral venezolano dista de ser libre, justo y transparente, porque desde el principio ha estado marcado por serias irregularidades. Una de las mayores, aparte de la ilegal inhabilitación de María Corina Machado, es, probablemente, la exclusión de los venezolanos en el exterior con derecho a votar, que, aunque nadie sabe exactamente a cuántas personas asciende, puede ser entre 3,5 millones a 4,5 millones de personas contando migrantes que ya estaban inscritos en su circunscripción en Venezuela, y nuevos votantes que salieron del país o nacieron fuera y nunca se han podido inscribir.
Son
múltiples las denuncias de exigencias de requisitos no contemplados en la ley,
de desinformación, o de incumplimiento de los lapsos establecidos para la
inscripción. Además, los representantes del régimen no se cuidaron si quiera de
guardar las formas, por lo que los datos expuestos son de conocimiento público.
Al mismo tiempo, está documentado por las agencias de la ONU que los
venezolanos en el exterior superan los 7,7 millones, mientras que el CNE sólo
permitió la inscripción de 508 nuevos votantes, y apenas 6.528 actualizaciones
de votantes ya inscritos.
Evidentemente,
este flagrante comportamiento del régimen es violatorio no solamente de la
Constitución venezolana sino de tratados y acuerdos internacionales, como son
el Acuerdo de Barbados firmado por representantes del régimen y una
representación de la oposición venezolana, pero también, a nivel multilateral,
del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, en el marco del sistema universal de
los derechos humanos de la ONU, y del que Venezuela es parte.
En
este sentido, el comité que se encarga de supervisar el cumplimiento del pacto,
puede investigar cómo ha sido vulnerado el derecho al voto de los venezolanos
en el exterior de manera sistemática y generalizada. Ya varios miembros de la
sociedad civil venezolana están preparando denuncias debidamente argumentadas,
y para la que será importante contar con el apoyo de todas aquellas personas a
quienes les fue vulnerado su derecho a la expresión política por medio del
voto. Vale la pena destacar que esta instancia cuasi judicial, puede recibir y
examinar denuncias individuales o de grupos de personas, o de entidades que
actúen en nombre de ellas en las que se establezcan las violaciones al Pacto
por un Estado Parte.
Ahora
bien, siendo que la respuesta a esta denuncia será posterior al día de las
elecciones, los venezolanos en el exterior que queremos un cambio en el país,
podemos buscar alternativas prácticas para remplazar el voto que se nos niega
con tareas efectivas que permitan aumentar los votos dentro del territorio
nacional.
Por
ejemplo, la líder de la oposición venezolana, y el candidato presidencial están
promoviendo los Comanditos como mecanismos de incentivo y defensa del voto. Que
cada venezolano en el exterior organice un Comandito con diez de sus familiares
y amigos que permanecen en Venezuela es una gran idea, porque nos permite ser
protagonistas de este cambio a través de otros. Organizar un Comandito va a
asegurar que más gente acuda a votar y mientras más votos contados y en acta,
ya sabemos que mayor será la diferencia y más difícil será que presenten cifras
alteradas.
Otra
tarea que podemos emprender es la de enseñar a las personas de nuestro entorno
a votar. Con los medios de comunicación controlados por el régimen, la cantidad
de caras de Maduro, la cantidad de alacranes, y la posición que le dieron a la
tarjeta de nuestro candidato Edmundo González, las personas mayores o las
personas que nunca han votado pueden sentirse intimidadas. Si cada venezolano
en el exterior ayuda y enseña a diez de su círculo familiar y de amistades a
votar, estaremos asegurando votos válidos.
Algunas
personas también han propuesto a aquellos que siguen registrados en Venezuela y
les es posible, que viajen al país en esos días para ejercer su derecho al voto
allá. Esto no es siempre fácil por las limitaciones económicas de muchos
venezolanos, pero, como me dijo una amiga que acaba de regresar al país, lo que
se está viviendo es tan emocionante, que bien merece la pena.
Además,
hay otro motivo que no debemos perder de vista a la hora de organizarnos y
movilizar votos en Venezuela. La cifra total de votantes que el régimen está
dando es engañosa, porque de los 21.402.220 venezolanos que podrán votar en las
elecciones del 28 de julio, luego del “rebanamiento” al que hemos estado
sometidos la cifra efectiva de votantes debe estar en torno a los 12,7 millones
de personas, al eliminar los venezolanos inscritos que no pudieron actualizar
sus datos por las múltiples trabas que impuso el régimen y restar también la
abstención histórica en Venezuela.
De
esos doce y pico de millones, el régimen insiste en que saca 5,3 millones de
votos. Es decir, que nosotros necesitamos garantizar que se desanime el menor
número de personas de los 7,4 millones restantes.
Saquemos
la cuenta de nuevo: los venezolanos en el exterior que no podrán votar están
por el orden de los 3,5 a 4,5 millones, quiere decir que, si cada uno de ellos
se organiza para asegurar el voto efectivo de 2 o 3 personas que sí puedan
votar, la victoria será nuestra.
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