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martes, 22 de agosto de 2017

EL FATÍDICO INMEDIATISMO POLÍTICO, por José López



José López 21 de agosto de 2017

Los venezolanos contemplamos con dolor y frustración como hemos transitado erráticamente –una vez más- el camino para salir del miasma facho-bolivariano. Ruta equivocada que fue impulsada por una oposición infantil y narcisista amante de acciones efectistas y simbólicas. Bajo las consignas inmediatistas de “calle y más calle”, “Maduro vete ya”, “elecciones generales”, “gobierno de transición”, entre otras, esta oposición pirotécnica ha provocado otro desastre, esta vez más doloroso y devastador que la lamentable “salida” del 2014.

Hoy recordamos con dolor e indignación a los 115 guerreros del asfalto asesinados por los esbirros uniformados o sicarios del régimen. A los miles de heridos, a los cientos detenidos y los muchos torturados en las cámaras de tormento de la Guardia Nacional (GN) y del SEBIN. Titanes anónimos que “armados de ideales libertarios y con escudos de cartón se inmolaron ante una maquinaria militar adoctrinada para vejar, maltratar, y asesinar a ciudadanos.

Esta oposición efectista apeló a un tacticismo equivocado fundamentado en: i) Las movilizaciones masivas y sostenidas de calle provocarían la salida del poder de Maduro y su pandilla (como si el iletrado de Miraflores fuese un demócrata), ii) El “calentamiento de la calle” generaría un “pronunciamiento de militares institucionalistas” contra el régimen. Nada de ello ocurrió. Las trancas, los plantones, paros y las horas cero no pudieron detener la instalación de una ilegal y fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente, ni mucho menos derrotar al ungido Maduro y sus milicos facho-bolivarianos. Frente a la activación anémica del artículo 350 de la Constitución -carente de poder militar- el régimen se atrincheró y respondió con más atrocidades incluyendo el uso de francotiradores en contra de los manifestantes, nuevas inhabilitaciones, alcaldes destituidos y encarcelados, más presos políticos, así como razias policiales en contra de barriadas y urbanizaciones.

Nadie duda de las debilidades del régimen de Maduro y sus compinches, de la gravedad de la crisis económico-social y política, de la corrupción, de la escasez de alimentos y medicinas, de la ruina del aparato productivo nacional, del fracaso de su modelo económico. Igualmente, del aislamiento y acorralamiento de régimen internacionalmente (suspensión del Mercosur; condena de la Comunidad Europea; Declaración de Lima). Sin embargo, pensar que Maduro y su grupete van entregar el poder porque una mayoría proteste en las calles es una idea peregrina y fuera de la realidad.

Lamentablemente estos sectores de la oposición se han aprovechado de la desesperación e ingenuidad política que priva en muchos venezolanos planteándole salidas urgentes e inviables para desalojar del poder a Maduro y su combo. Ello sólo ha servido y sigue sirviendo para estimular un vanguardismo suicida como quedó demostrado con la “insurrección militar de Plaza Altamira”, el paro petrolero, la abstención del 2005, la salida del 2014, y ahora este nuevo desastre político.

Estos generales del fracaso pretenden ahora transformarse en los inquisidores moralistas del siglo XXI. Lejos de asumir autocríticamente sus recientes desaciertos recurren al chantaje y descalificaciones (traidores, colaboracionistas, etc.) contra todo aquel que promueve una política distinta a la de ellos. Son los eternos practicantes de la anti-política que ahora rechazan participar en cualquier consulta electoral, cuando en el 2016 exigían la realización del referéndum revocatorio y las elecciones regionales. Argumentan que i) hay que seguir en la calle a pesar de su fracaso y el asesinato de 115 jóvenes y ii) con la participación en las regionales se convalida al nefasto Consejo Nacional Electoral, a pesar de que su composición es la misma que en el año 2016 cuando estaban dispuestos a participar. Se niegan tercamente aceptar que “la calle per se” se agotó como forma de lucha y que es hora de retomar otros escenarios como la participación electoral. Rechazan inexplicablemente evaluar los costos/beneficios de la táctica política planteada.

Son los tradicionales abstencionistas del pasado que cifran sus esperanzas en un fantasioso “pronunciamiento militar” o una ansiada “invasión de los Marines” de Mr. Trump. Olvidan que el charlatán de la Casa Blanca representa los intereses de la Chevron, British Petroleum, Horizontal Well Drilling, Goldman Sachs Group Inc, Inter American Coal, y Anglo American Coal, financistas incondicionales del régimen “antiimperialista” de Maduro.

La superación de la pesadilla del facho-madurismo solo será posible mediante una acumulación amplia de fuerzas sociales y políticas. Ello pasa necesariamente por participar en las próximas elecciones regionales. Basta de seguir proponiendo atajos inciertos e infructuosos. Las premuras políticas solo generan ilusorias esperanzas y siempre terminan en dolorosas catástrofes sociales.

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