Gladys Socorro 26 de noviembre de 2019
@gladyssocorro
El
tiempo se agota. Restan 36 días para cerrar el 2019 y Venezuela sigue con el
tira y encoge entre dos gobiernos, dos presidentes, dos Tribunales Supremos de
Justicia, dos casas de leyes. En fin, dos mundos paralelos de los que no se
vislumbra una salida próxima que redunde en una vida digna para nosotros, los
ciudadanos. Pero, ¿podrá esta realidad dual seguir conviviendo el próximo año?
Me atrevería a asegurar que no.
Y
es que el 2020 sumará elementos nuevos a la crisis política que ahoga al país y
que, a juzgar por el average sostenido por la oposición durante los últimos
años, dudo que se tengan planes estratégicos trazados para hacerle frente a
cada escenario por venir. Hoy se intentan retomar las acciones de calle en
medio de una apatía colectiva y una desconfianza hacia el liderazgo opositor
que para los pelos. Una vez más, nadie en la calle tiene claro cómo haremos
para cristalizar la ruta de los tres pasos: cese de la usurpación, gobierno de
transición y elecciones libres, pese a que tengamos razones de sobra para
protestar.
¿Es
consciente Juan Guaidó de que el tiempo apremia? ¿El esfuerzo casi que
desesperado por calentar las calles responde a la premura de activar detonantes
para un desenlace político este mismo año? ¿O acaso sacar a la gente de sus
casas es sólo una estrategia personal que justifique su reelección en enero a
la Presidencia de la Asamblea Nacional y minimizar el zaperoco que de seguro
armarán las fracciones parlamentarias pequeñas? ¿Será capaz de mantener la
frágil unidad política que hasta ahora lidera? Son muchas las preguntas y pocas
las respuestas pero que, a diferencia de la mayoría de las veces, éstas las
tendremos en un lapso de tiempo muy breve.
La
convocatoria a las elecciones parlamentarias es otra de las novedades que nos
traerá el nuevo año. Será un elemento que pondría a pulsear de nuevo al grupo
de Nicolás Maduro con la Comunidad Internacional, especialmente con Estados
Unidos. Recordemos que la Asamblea Nacional es el único poder constituido de
Venezuela que tiene el reconocimiento mundial. Fue electo por votación popular
en un proceso en el que la oposición obtuvo la mayoría calificada. Pero ¿qué
pasará con este poder a partir del 2020? ¿La oposición aceptará participar en
unas elecciones y luchar por mantener este espacio de poder con reconocimiento
internacional, o por el contrario, seguirá aferrada a la ruta de la abstención
con el riesgo inminente de perder esta tribuna de interlocución con los 56
países aliados? Pero como cualquiera de las dos opciones por sí solas no es
garantía de nada ¿se tendrá planificada la ruta a seguir para acompañar
cualquiera que resulte seleccionada?
Insisto,
el tiempo se agota. A 36 días de finalizar el 2019 muchos de nuestros aliados
tienen sus países convulsionados, otros han salido del poder y otros están en
jaque. Venezuela, poco a poco, va dejando de ser prioridad para cada uno de
ellos porque tienen suficiente con sus problemas internos. A Mauricio Macri, de
Argentina, lo sacaron del poder y montaron a la llave de la aliada eterna del
chavismo, Cristina Fernández; Iván Duque, de Colombia, y Sebastián Piñeira, de
Chile, están en pico e’ zamuro; que hayan sacado a Evo Morales de la
presidencia de Bolivia no es garantía de que no se monte uno de los de él en
las próximas elecciones; en España Pedro Sánchez se alió con la ramificación
chavista Podemos; y de guinda, en noviembre de 2020 Estados Unidos podría
pasarle factura a Donald Trump y sacarlo de la Casa Blanca.
O
aceleramos el paso o habrá chavismo para rato. Tanto guabineo les ha dado el
chance para reorganizarse con consecuencias evidentes en el continente.
Mientras tanto, los ciudadanos intentamos sobrevivir en medio de una economía
con ingresos en bolívares hiperdevaluados pero con egresos en dólares, con unos
familiares que viven aterrados en el extranjero por la fobia desatada en contra
de los venezolanos, una inestabilidad política y social que hace inviable
cualquier inversión local y una desesperanza generalizada que atenta cada vez
más contra cualquier posibilidad de triunfo.
Gladys
Socorro
@gladyssocorro
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