Editorial de Apertura Venezuela
La reserva petrolera más grande del planeta se encuentra en la faja del Orinoco, con un volumen estimado hasta ahora de 313 miles de millones de barriles de petróleo. Está cantidad que se escapa a la comprensión de cualquier ser humano, significa al ritmo actual de producción de 2,300,000 barriles diario (según fuentes independientes), mas de 200 años de explotación.
Sin embargo cabe mencionar que estos crudos son pesados y extra pesados, lo que significa altos costos de producción, transporte y transformación en crudos livianos y derivados tales como gasolinas, diesel, fuel oil, etc., esta desventaja, con el desarrollo de nuevas tecnologías no significa que nuestro potencial petrolero no sea extraordinario.
En el año 2007 el gobierno venezolano decidió de manera unilateral, tomar el control de cuatro bloques de asociaciones de la faja, varias empresas multinacionales petroleras quedaron afectadas, en esa oportunidad Exxon Mobil y Conoco Phillips no aceptaron la nueva imposición de condiciones y decidieron retirarse e introducir demandas internacionales contra PDVSA y el Estado Venezolano por el despojo. Pendientes de solución, esta jugada era supuestamente para garantizar la soberanía petrolera de Venezuela, incrementar la producción y las ganancias del Estado, pero esto no sucedió.
En el año 2009, en un nuevo abordaje en contra esta vez de contratistas que prestaban servicios a la industria, nacionalizo, más bien confisco al menos 13 taladros, unos 39 terminales, cerca de 300 lanchas y otras instalaciones, afectando a cientos de empresarios, algunos de ellos criollos y otros internacionales, cuyo impacto más serio se dejo sentir en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, donde quedaron miles de trabajadores desempleados afectando la economía local, situación que no podido ser superada. De nuevo el discurso fue que la medida se tomó para garantizar la soberanía petrolera de Venezuela, incrementar la producción y las ganancias del Estado, pero esto no sucedió, lo que si se conoció era que las deudas con estas contratista despojadas ascendía a varios miles de millones de dólares.
La faja petrolera del Orinoco ha sido divida en cuatro bloques, Boyacá, Junín, Ayacucho y Carabobo, correspondientes a territorios de los Estados Guárico, Anzoátegui y Monagas, cada bloque se ha divido en campos que han sido asignados a empresas, países y consorcios internacionales, allí aparecen algunas empresas petroleras trasnacionales de reconocida trayectoria de países aliados como Repsol (España), Eni (Italia), Chevron y Mitsubishi, como vemos son las menos.
Luego aparecen los campos asignados a los panas, los chinos que de pendejos no tienen ni un pelo y como contraprestación del fondo chino tienen asignados 3 campos, Rusia nuestro proveedor de armas por excelencia tiene asignados 3 campos, nuestro pana Ahmaninejad de Iran tiene asignado 1 campo, nuestro superpana Lukashenko de Bielorusia tiene lo suyo, Petrocaribe, el Alba, Malasia, Sur Africa, Vietnam, Chile, Ecuador, Uruguay y Argentina tienen cada uno su tajada de la faja del Orinoco.
Es evidente que para la asignación de los campos privaron criterios políticos económicos que corresponden a la visión revolucionaria de la geoestratégia mundial, en vez de criterios técnico económicos, por eso vemos pocos nombres conocidos de empresas petroleras planetarias y muchos nombres de panas, amigotes y socios comerciales que no tienen la necesaria experticia en la extracción, transporte y refinación de crudos.
Aunque los acuerdos ó contratos establecidos en cada campo son un secreto de estado, muy bien reservado y que se convertirán en una caja de pandora al momento del cambio de gobierno, la correlación accionaria de cada empresa o consorcio en cada campo implica que PDVSA (Estado Venezolano) se reserva el 51% de las acciones, lo que significa que Venezuela recibirá la mitad de las posibles ganancias, pero también tiene que aportar la mitad de la inversión.
Queda para el análisis posterior si esta estrategia revolucionaria de explotación de la faja será exitosa o por lo contrario será un nuevo fiasco económico, por lo pronto consideramos que la soberanía no la vemos por ningún lado, lo que si vemos es que hemos entregado la mitad de nuestra riqueza petrolera a los amigotes y panas, tampoco podemos apreciar un incremento de la producción, seguimos en los mismos 2,300,000 barriles desde hace ya tiempo.
por lo menos la politica implantada favorece tambien a las clases bajas. solo hay que ver que que paso con el petoleo si porque llego a generarse el caracazo y el cordon de miseria en los cerros
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