R.Daneel
Olivaw 14 de enero de 2020
@RAFMEL57
El hito de cambio de fecha, en el nuevo año, nos lleva a
pensar sobre lo que hemos hecho, lo que no, y lo que debemos hacer. Esta
reflexión también es colectiva, más aún en las circunstancias que atraviesa
nuestro país, estos años de crisis continua y de imposición de un sistema que
no nos agrada, debe llevarnos a analizar en cómo debemos actuar colectivamente.
Un aspecto que nos ha impedido la acción colectiva es el
voto y este año se presenta con este aspecto como una decisión que nos puede
causar mucho daño si no sabemos tomarla con inteligencia y reenfocando los
objetivos.
Es importante para la toma de decisiones tener claros los
objetivos, hasta ahora el votar o no, pareciera que en muchos sectores se ha
tomado como objetivo, cosa que de hecho no lo es; más aún cuando ya está demostrado
que el régimen destruyó la democracia y, al voto como herramienta para la
participación ciudadana. El voto en este sistema no refleja las aspiraciones de
la ciudadanía.
Las pruebas más sólidas de la destrucción del valor del
voto por parte de este régimen están en el proceso de elección de la fraudulenta
constituyente, en donde Smartmatic afirmó que, al menos se incrementó la
votación real en un millón de votos, así que realizaron una convocatoria
ilegítima y construyeron un resultado falso. El otro evento es el robo
descarado de la elección de la gobernación del Estado Bolívar.
Esos dos eventos demostrados alteran la perspectiva del
voto y como usarlo. Para lograr la meta es conveniente reexaminar el objetivo.
El objetivo general es, desde la perspectiva de quien
escribe, tener un país con democracia plena, que logre ofrecer las mejores
oportunidades para el desarrollo pleno del propio país y de sus ciudadanos.
Y el objetivo especifico sería salir de este régimen que
nos bloquea la consecución del objetivo general.
Para lograr el objetivo específico, debemos golpear al
régimen, debilitarlo y fracturarlo, el voto se convierte en una herramienta
para ello, y votar o no, depende de en cuanto se golpea, debilita y fractura.
De este reenfoque se obtiene una ventaja, no justifica nuestra división y nos
ayuda a realinear nuestro esfuerzo.
A la pregunta que debemos responder es: ¿En cuánto
afectamos al régimen tomando una acción o la otra? La decisión se tomaría en
base a elementos objetivos que nos sacaría de la diatriba inútil y
personalizada que causa tanto daño.
La otra ventaja es que, al estar unidos en los objetivos,
seremos más fuertes y al ser más fuertes nos convertiremos en una amenaza
creíble a considerar por los reales contrarios.
En cualquiera de las líneas de acción que se tome la
organización y disciplina son imprescindibles, sin estas no se lograrán
resultados, lo hemos vivido, la falta de resultados no es por ausencia de líneas
de acción, es por falta de musculo activo que ejecute las tareas necesarias
para cobrar el resultado de lo decidido.
Las necesarias organización y su compañera disciplina no son
tareas del liderazgo, que solo las propone, es de la ciudadanía resuelta a conquistar
la libertad.
El otro aspecto, que sin duda tiene singular
trascendencia, es que a consecuencia de la interpretación del artículo 233, en
conjunción con el 333, de la Constitución, y el nombramiento de Guaidó como
Presidente encargado por parte de la Asamblea Nacional, en medio de un
conflicto de poderes y de una crisis política de grandes dimensiones, se está
practicando un gobierno, que por la necesidad, debe ser parlamentario.
A resultas de la situación antes descrita, en la que la
toma de decisiones debe ser con el máximo de acuerdos y procurando atender a
las opiniones de todos, pero decidiendo por mayoría, el ejercicio del
parlamentarismo debe ser mucho más delicado y muy aleccionador para nuestros
políticos. También debe ser para nosotros como ciudadanos, debemos participar
de la política sin convertir nuestras aspiraciones en armas arrojadizas, con la
que debilitemos la posición de la Asamblea Nacional, ni los objetivos generales
y específicos.
Todos estamos aprendiendo, de este aprendizaje
seguramente recogeremos el fruto de la construcción de una verdadera democracia
en donde respetemos al ser humano con sus ideas y solo discutamos estas últimas
sin llegar a la degradación del ser humano que las expone.
R.Daneel Olivaw
@RAFMEL57
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