Por Marino J. González
R.
Ocho países de América
Latina tienen al comenzar esta semana, al menos diez veces más casos de covid-19
que los que tenía Corea del Sur el día que registró la mayor cantidad (a
principios de marzo). Cuatro de estos países (Panamá, Perú, Brasil, y
Colombia), tienen veinte veces más casos.
Es muy posible que
alcanzar el control de la pandemia sea el objetivo que concentra la atención de
los responsables de las políticas de salud en la región. Es totalmente
explicable. Pero también podría ser buena práctica anticipar las decisiones
que, tomadas ahora, pueden influir en las etapas posteriores. Por ejemplo,
habría que conocer si en los países de la región se están formando los
rastreadores sanitarios que se requerirán para estas tareas.
No por azar, la falta
de rastreadores sanitarios es uno de los factores señalados como causante del
aumento de casos en las últimas semanas en países de la Unión Europea.
Tal parece, entonces,
que vale la pena sacar provecho de la experiencia de países de otros
continentes en enfrentar la pandemia. Se puede tomar como referencia los 27
países de la Unión Europea (UE). El análisis de los datos del European Centre
of Disease Prevention and Control (ECDC), permite clasificar los países de la
UE en tres grupos, según la calidad de la respuesta, expresada fundamentalmente
en la capacidad de mantener el control una vez alcanzado.
El primer grupo está
compuesto por cinco países (Finlandia, Hungría, Italia, Letonia, y Eslovaquia).
En estos países, luego de lograr el control, no se ha superado la cifra de 7
casos diarios por millón de habitantes en ningún día (obtenido al calcular el
promedio de los últimos siete días). En todos estos países, con la excepción de
Italia, el número de casos por millón de habitantes fue menor al promedio de
los países de la UE (67,3 casos por millón) en el día de la mayor cantidad de
casos.
Nuevamente con la
excepción de Italia, en estos países el número de casos por millón fue menor de
1 en algunos días del período. Italia también es el único país que no ha tenido
involución en el número de casos diarios. En este conjunto de países se
evidencia que es posible controlar con criterios bastante exigentes (aunque la
cifra de 7 casos por millón es siete veces mayor que los casos registrados por
Corea del Sur).
El segundo grupo es el
más numeroso (18 países). En todos los países se registró un aumento de los
casos por encima del nivel que se tenía en el momento de alcanzar el control.
Aunque en muchos de estos países el número de casos por millón llegó a ser
menor de 1, se han producido aumentos notables en Luxemburgo, España, Bélgica,
Países Bajos, y Malta. En España, por ejemplo, el número de casos por millón de
habitantes es casi 15 veces el de Italia. En este conjunto de países se
demuestra que mantener el control requiere la aplicación sistemática de
medidas. De lo contrario, se puede retroceder rápidamente.
En el tercer grupo se
encuentran cuatro países: Portugal, Bulgaria, Polonia, y Rumania. En Portugal,
el control nunca alcanzó el nivel compatible con las reducciones de los dos
primeros grupos. En Bulgaria, Polonia y Rumania, la pandemia no ha sido
controlada. Más bien en esta semana se ha registrado el máximo de casos en cada
uno de estos tres países. En este grupo se evidencia que algunos países pueden
experimentar períodos de varios meses sin modificar la evolución de la
pandemia. Rumania, por ejemplo, registró el primer caso el mismo día que Brasil
(26 de febrero), de manera que también se acerca a los seis meses sin alcanzar
el control.
Dos implicaciones se
pueden identificar en la evolución de los países de la UE, con especial énfasis
en América Latina. La primera de ellas es que es la pandemia puede tener una
evolución de muchos meses en algunos países, tal como está sucediendo ya en
Bulgaria, Polonia, y Rumania. La diferencia fundamental es que el número de
casos diarios es sustancialmente mayor en los países de América, y también que
son mucho más restringidos los mecanismos institucionales de protección social.
Las consecuencias, en términos de enfermos y fallecimientos, son también mucho
más críticas, como lamentablemente se está constatando.
La segunda implicación
es que se requiere planificar para mantener el control. Si bien es cierto que
la mayoría de los esfuerzos deben concentrarse en esta primera etapa, podría
ser una buena práctica que los equipos responsables en los países dedicaran
también tiempo y recursos a diseñar la etapa posterior. En primer lugar, porque
es bastante obvio que estas medidas se extenderán hasta el año 2021, y se
requiere, entonces, estimar los recursos presupuestarios a tal efecto.
Y, en segundo lugar,
porque se debe determinar cuál es el criterio que se utilizará: si es más
estricto se requiere determinado tipo de prácticas, si es menos estricto,
entonces la posibilidad de perder terreno aumentará. El hecho de que países
como Corea del Sur, Italia, Finlandia, por citar algunos, se mantengan en una
franja con un máximo de 7 casos por millón de habitantes es expresión de
objetivos exigentes para lograr el éxito.
En otras palabras, no
hay que esperar a controlar para diseñar la fase de mantenimiento. Los países
que no lo hicieron en su momento están experimentando los efectos de la
pandemia, por segunda vez.
12-08-20
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico