Vladimiro Mujica 08 de julio de 2023
@MujicaVladimiro
La
reciente decisión de la Contraloría General, una institución abiertamente
controlada por el régimen, de inhabilitar a María Corina Machado (MCM) para
presentarse a cargos públicos, y una amenaza similar que pende sobre el también
candidato a la Primaria Henrique Capriles, puede convertirse en un grave error
del régimen autoritario que pretende eternizarse en el poder a expensas de su
propio pueblo.
Con frecuencia he defendido el argumento de que la Primaria tiene un inmenso potencial disruptivo de la nefasta dinámica según la cual el régimen avanza sus propósitos, de manera aparentemente invencible, y la población, que lo repudia en su mayoría, se va retrayendo cada vez más a un estado de inactividad y pasividad. Este penoso estancamiento social y político, que aleja las posibilidades de recuperar a Venezuela, está, sin duda, estimulado por una combinación de desconfianza y frustración, no solamente por las acciones del régimen, sino por lo que se percibe con frecuencia como acciones erráticas del liderazgo de la oposición.
Todo
parece indicar que la Primaria está cumpliendo uno de sus objetivos centrales:
abrir un camino para minar las bases del régimen por la vía electoral, prevista
en la Constitución, que ahora el gobierno pretende obstaculizar, porque,
indudablemente, percibe un peligro real para su hegemonía. Las acciones del
régimen tienen como único propósito mantenerse en el poder a todo trance, y eso
debe ser entendido de manera cabal y prístina por la sociedad democrática
venezolana. Maduro y la oligarquía chavista que lo rodea, van a hacer todo lo
posible por impedir, por métodos legales o ilegales, la realización de un
evento electoral que determine su salida del poder. Pero no son invencibles,
tienen al pueblo y a buena parte de la comunidad internacional en contra, pero
el prospecto de su derrota estará en gran medida ligado a las acciones de la
oposición en promover un estado de resistencia civil constitucional, cuyos
límites y alcances están precisados en nuestra Carta Magna, como mecanismo
contra cualquier intento del régimen para eternizarse en el poder. Vienen, sin
duda, tiempos muy complejos para nuestro país.
La
Primaria fue originalmente concebida como un mecanismo para elegir a un
candidato para la elección presidencial prevista por la Constitución para 2024
y en su concepción y puesta en práctica es indispensable reconocer el esfuerzo
de la Comisión Nacional de Primaria (CNdP). Pero más allá de su objetivo
inicial, alrededor de la Primaria se ha venido produciendo un resurgimiento de
la movilización de los venezolanos, tanto en Venezuela como en la diáspora.
Esta movilización ha replanteado el problema de la redefinición de un liderazgo
alternativo de la oposición, uno que defienda con claridad una postura de
refundación del país y de reconciliación de los venezolanos, sin doblegarse a
la cohabitación sumisa con el régimen. Pero esto no está ocurriendo por la ruta
pensada inicialmente para la Primaria, sino por una ruta emergente, asociada a
la metamorfosis de la candidatura de MCM en un verdadero deslave de apoyo
popular. Es en este contexto que la decisión de la autocracia de Maduro de
inhabilitar a MCM puede convertirse en una derrota irreversible para el
régimen.
La
posición adelantada por Luis Florido, desde su conspicuo rol como coordinador
de la Comisión Internacional de la Plataforma Unitaria, de solicitarle a
quienes estén inhabilitados que se retiren de la contienda electoral, es
inaceptable, no solamente por el mensaje de sumisión ofrecido al régimen que
tal renuncia implica, como lo ha señalado con claridad Andrés Velásquez, sino
porque aborta cualquier intento de responder con una estrategia sólida a las
maniobras ilegales de la autocracia.
Estamos
obligados a analizar la posibilidad de que el régimen vaya más allá en sus
nefastas acciones y utilice a la Sala Electoral del TSJ para suspender la
Primaria y encausar a los integrantes de la CNdP por lo que se pretenderá presentar
como un acto de sedición contra el gobierno de Maduro. Un escenario que, por
supuesto, iría mucho más allá de las inhabilitaciones, pero que debemos
considerar en su conjunto porque ello colocaría al liderazgo opositor
emergente, y a la sociedad civil toda, en una encrucijada de acciones y caminos
de los cuales dependerá el destino de la nación. Es en este contexto en el que
se deben explorar a fondo y con verdadero espíritu patriótico, las
posibilidades inmensas del ejercicio de la resistencia civil, pacífica y
constitucional. Una estrategia que se basa fundamentalmente en estimular el
poder del voto, pero que reconoce que minar las bases del régimen puede exigir
otras acciones contempladas todas en nuestra Constitución, incluyendo requerir
el apoyo internacional, para restablecer su mandato. Si esto exige que
empujemos todos en la dirección de la marejada popular que significa MCM, como
antes insistimos en que lo hiciéramos respaldando a Guaidó, en la oportunidad
perdida del interinato, debemos hacerlo. Nuestra Venezuela lo exige.
Vladimiro
Mujica
@MujicaVladimiro
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