José Luis Farías 22 de julio de 2023
@fariasjoseluis
Corto
y Picante:
El panorama político en Venezuela se encuentra en un estado de constante incertidumbre, aunque hay datos indiscutibles que de ser tomados en cuenta pudieran devolver la certidumbre y con ella la esperanza. Es el caso de los datos de la encuesta Delphos de junio de 2023 que revelan que tan solo un 9,4% de los ciudadanos se definen como “resteados con Maduro”. Un dato duro que indica claramente que el actual presidente de Venezuela se encuentra en una situación bastante complicada. En palabras más llanas, tener solo 9% de apoyo significa que Nicolás Maduro está en una posición muy precaria y tiene pocas posibilidades de ganar, aún en un proceso en el que acudan hasta dos candidatos fuertes de la oposición. Sus perspectivas son oscuras a pesar de sus continuas pataletas y amenazas, su poder es débil y su aliento, escaso. Solo una abstención masiva lo puede salvar de una barrida electoral en 2024. De modo que cualquier tentación del sector extremista que ante alguna provocación del gobierno pretenda llamado a la abstención debe ser repudiada asistiendo mayoritariamente a votar.
Lamentablemente,
la cúpula política opositora no parece estar consciente de la gravedad de la
situación por la cual atraviesa Maduro. Hay hasta quienes apuestan al 2025
soñando con que después de una derrota en 2024 podríamos ganar la Asamblea
Nacional cobijando la ilusión de que con ese presunto triunfo habría la oportunidad
de reconfigurar el cuadro de los poderes públicos. Son los mismos que sotto
voce dicen que debemos prepararnos para el 2030 porque no logran ponerse de
acuerdo en una candidatura para 2024 que pueda ganar, cobrar y gobernar. Este
desorden y falta de unidad también podría desalentar el voto opositor y ser
aprovechado por Maduro para mantenerse en el poder.
El
gobierno actual hará todo lo posible por impedir su caída. Su consigna
“elecciones sin sanciones” no es un juego, y si tienen que llegar a ese extremo
lo van a hacer. Además, impedirá la realización de la primaria, utilizando
cualquier procedimiento atrabiliario para lograrlo. Pero la jugada clave del
gobierno para acentuar la fractura opositora es lanzar junto con la elección
presidencial la elección de gobernadores con el objeto de generar un estado de
crispación en la oposición que complique la unidad y aliente la abstención. En
ese caso es necesario insistir en que la anterior elección de gobernadores
quedaron perfilados democráticamente unos liderazgos que deberían ser
ratificados para facilitar los acuerdos y evitar que la ambición y la ruindad
de las cúpulas partidistas opositoras nos devuelvan al escenario trágico de la
división de 2021 que nos hizo perder unas 17 gobernaciones.
La
situación política en Venezuela es compleja y llena de incertidumbre, pero hay
chance, mucho chance, si actuamos con madurez y responsabilidad. Maduro se
encuentra en una posición débil, pero una eventual abstención de la oposición
podría ser su tabla de salvación. Solo el tiempo dirá qué sucederá en el futuro
de este país. Por ahora, nos toca insistir en que cualquiera sean las
circunstancias respetando los liderazgos regionales no podemos abandonar el
voto, es nuestro único instrumento para alcanzar el cambio democrático.
PD: No
olvidemos que nuestro amigo, el periodista Roland Carreño acaba de cumplir
1.000 días como preso político de Maduro y su nefasto gobierno.
José
Luis Farías
@fariasjoseluis
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