Si hubo un momento de sentimientos compartidos por todos los venezolanos fue el pasado domingo 1º de octubre, esta vez las lágrimas y la tristeza abrumaron a todos los nativos de este país al reconocer el valor de un deportista que durante el siglo XXI acaparó como ninguno la atención en cada campaña de las Grandes Ligas.
El último partido del muchacho del barrio La Pedrera de Maracay desató las emociones en todos los estratos sociales y rincones de un país huérfano de buenas noticias. Despertó el orgullo de nuestra maltrecha identidad nacional gracias a los récords alcanzados, que lo destacaron entre los mejores de la historia del beisbol mundial y específicamente al ser el número 1 entre los latinoamericanos.
Al integrarse a un exclusivo grupo de leyendas del beisbol representado en el siglo XX solo por Willie Mays y Hank Aaron, capaces de batear más de 3.000 hits, 500 cuadrangulares y más de 300 de average, indica el excelso nivel alcanzado por nuestro Miguel Cabrera, con la salvedad en esa cofradía de ser el único triple coronado en una temporada en hits, carreras empujadas y jonrones.
Por tanto, no son casualidad las sentidas palabras de su compañero de equipo, también venezolano, el pitcher Eduardo Rodríguez: “Miguel, como pelotero latino y como jugador que he visto tantos latinos que han estado con nosotros en este tiempo, gracias por pavimentar el camino para llegar nosotros aquí. Gracias por dar todo por nosotros, por entregarte todos los días y dar lo mejor de ti”.
En el homenaje que le hizo su equipo, los Detroit Tigers, destacado en el diario Detroit Free Press como “digno para un rey” por los reconocimientos y regalos recibidos por la mayoría de los equipos de la MLB, por la gerencia del club y la fanaticada, el pitcher venezolano pidió lanzar el juego final, luego del cual le manifestó:
“Como venezolano yo sé que todos en Venezuela están viendo los últimos tres días de tu carrera, yo sé que todos están aquí emocionados, orgullosos de ti. Para nosotros eres ‘el Papá de los Helados’. Me siento demasiado orgulloso de ser parte de esto. En lo personal, desde niño te veía jugar con los Tigres de Aragua, ganar tantos campeonatos, ser el mejor en ese deporte allá en Venezuela”. Las emotivas palabras de Eduardo Rodríguez representaron el sentir de todo un país.
Las entrevistas finales de Miguel Cabrera el día de su retiro reflejan la idiosincrasia del venezolano, el humor, la sencillez, su humildad, sin aspavientos alguno su calidad como pelotero la demostró durante 21 años con el bate y su guante en los principales estadios del mejor beisbol del mundo e igualmente en los estadios de la Liga Profesional de Beisbol de Venezuela.
Su trayectoria como pelotero es un digno ejemplo no solo para los practicantes de este deporte, sino para todas las generaciones de venezolanos que lo reconocen como uno de los atletas mas importantes de todos los tiempos.
¡Gracias Miggy ¡ See you in Cooperstown fue la premonición de otra leyenda de los tigres Alan Trammel, hoy miembro del salón de la fama de los inmortales del beisbol, espacio que le espera junto al otro inmortal venezolano Luis Aparicio.
https://www.elnacional.com/opinion/el-papa-de-los-helados/
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