San Josemaría 14 de octubre de 2023
@sJosemaria
No resulta compatible amar a Dios con
perfección, y dejarse dominar por el egoísmo –o por la apatía– en el trato con
el prójimo. (Surco, 745)
La
amistad verdadera supone también un esfuerzo cordial por comprender las
convicciones de nuestros amigos, aunque no lleguemos a compartirlas, ni a
aceptarlas. (Surco, 746)
No
permitas nunca que crezca la hierba mala en el camino de la amistad: sé
leal. (Surco, 747)
Un propósito firme en la amistad: que en mi pensamiento, en mi palabra, en mis obras respecto a mi prójimo –sea quien sea–, no me conduzca como hasta ahora: es decir, que nunca deje de practicar la caridad, que jamás dé paso en mi alma a la indiferencia. (Surco, 748)
Tu
caridad ha de estar adecuada, ajustada, a las necesidades de los demás...; no a
las tuyas. (Surco, 749)
¡Hijos
de Dios!: una condición que nos transforma en algo más trascendente que en
personas que se soportan mutuamente. Escucha al Señor: «vos autem dixi amicos!»
–somos sus amigos, que, como Él, dan gustosamente su vida los unos por los
otros, en la hora heroica y en la convivencia corriente. (Surco, 750)
Tomado
de: https://opusdei.org/es/dailytext/


No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico