A mis admirados amigos Leonardo Padrón, Mary Montes, César Miguel Rondón, Colette Capriles, Laureano Márquez e Ibeyise Pacheco. A su pasión venezolanista, democrática y libertaria. A su coraje cívico, evidente en el claro rechazo a toda violencia y fanatismo.
En Venezuela no inventamos las telenovelas, pero si fuimos pioneros en
convertirlas en industria de exportación: A lugares donde jamás llegaron las
hazañas de nuestros peloteros o la fama de nuestras reinas de belleza, si pudo
llegar nuestro país a través de la pluma de nuestros escritores, del
profesionalismo de nuestros directores, de la intensidad de nuestros actores y
actrices.
“COMO FUE, NO SE DECIRTE COMO FUE…”
El éxito de la telenovela venezolana sirvió de modelo, inspiración y
aliento a la industria del espectáculo en otros países. Brasil, Colombia,
México y Estados Unidos, entre otros, intentaron emular el camino abierto por
Venezuela. Este éxito nacional (no estamos hablando de poca cosa, sino de miles
puestos de trabajo y millones de dólares por concepto de “exportaciones no
tradicionales”) fue destruido por el régimen de la brutalidad transformada en
“razón de Estado”. Cerraron un canal de TV, convirtieron a otro en cómplice de
su propia decadencia, la censura terminó amordazando a un tercero, y cuando
vinimos a ver la telenovela venezolana había muerto, al menos como industria.
En su mayoría, el talento venezolano (técnico y artístico) que laboraba en esa
actividad hoy forma parte de la dolorosa diáspora criolla que en el exterior
busca las oportunidades que en su tierra el sectarismo les niega. Y el público
venezolano, que estaba acostumbrado ya a las sólidas historias nacidas de la
pluma de un Cabrujas, de un Fausto Verdial, de una Pilar Romero o de nuestro
poeta civilista Leonardo Padrón, se ve ahora constreñido a trasegar productos
importados, muchos de ellos de dudosa manufactura.
“QUE SE ESTA SECANDO EL POZO DISCUTEN EN EL CONGRESO…”
Que nos haya ocurrido eso con la telenovela venezolana (es decir: que
en un mercado mundial en el que éramos líderes indiscutibles hayamos quedado
relegados a una posición menos que marginal, por culpa del
chavo-diosdado-madurismo) es ciertamente muy triste. Pero que nos haya ocurrido
exactamente lo mismo en materia petrolera es criminal. Eso es lo que acaba de
suceder con la vergonzosa derrota sufrida por el desgobierno venezolano en la
reunión que la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, sostuvo
en Viena el pasado jueves 27 de noviembre.
La actual baja en los precios internacionales del petróleo se produce
como consecuencia del conjunto de respuestas que los países consumidores han
dado tras un largo período de precios muy altos del petróleo. Este hecho
determinó, en efecto, desde estrategias de racionalización del consumo hasta el
desarrollo de tecnologías para la extracción y producción de “petróleo no
convencional”, también llamado “petróleo de esquisto”. Esta tecnología, que
consiste en fracturar y extraer de la roca materia orgánica para procesarla y
obtener de ella este petróleo no convencional y gas natural, es mucho más
costosa que la explotación subterránea tradicional. Pero los altos costos del
petróleo ordinario hicieron tolerable invertir en la nueva tecnología.
DE FUNDADORES DE LA OPEP A BUFONES EN VIENA
Esta nueva oferta de crudo ha determinado la baja del precio
internacional del que ahora es, por obra y gracia del gobierno, nuestro UNICO
producto de exportación, y ante esa realidad fueron debatidas en la OPEP en
esencia dos posiciones: la de Rafael Ramírez y Nicolás Maduro, que pretendía
bajar la producción mundial para manipular al alza el precio del petróleo,
pretendiendo que la OPEP actuara como un cártel monopólico en detrimento de los
consumidores (exactamente lo contrario de lo que dicen en materia económica
interna, por cierto…); y la de Arabia Saudita, que, con un sentido estratégico
del negocio petrolero, planteaba que mantener artificialmente altos los precios
del petróleo solo estimularía el desarrollo de nuevas tecnologías que (como el
petróleo de esquisto, precisamente), amenacen cada vez más el interés nacional
de los países productores. Triunfó en Viena la tesis saudita, y al día
siguiente de aprobar no recortar la producción cayó el valor de las acciones de
las empresas de petróleo de esquisto en la Bolsa de Valores de Nueva York, tal
y como los sauditas habían anunciado.
En 1960, bajo el gobierno democrático de Rómulo Betancourt, Venezuela
fue quien impulsó la creación de la OPEP, jugando en ello un papel estelar la
visión de Juan Pablo Pérez Alfonzo. Hoy, en ese escenario creado por Venezuela,
“le dan una pela” al gobierno venezolano no sólo por quedar en minoría, sino
por haber sostenido una posición alejada de los intereses estratégicos de los
países productores. Tras malbaratar la bonanza petrolera de 12 años, tras haber
sido derrotado en la OPEP, el diosdado-madurismo pretende ahora con su
paquetazo fiscalista sacarle al bolsillo de los venezolanos (de todos, de los
pobres y de los empobrecidos) el dinero que antes extraían del oro negro. Tal
vez eso era lo que prefiguraba Ali Primera cuando cantaba: “Que se está
secando el pozo/ discuten en el congreso/ pero el pueblo forma ahora/parte
activa en el progreso/ ahora sacarán petróleo/ derivado de sus huesos…”
“TIN MARIN, QUE ARDA LA CANDELA…”
Si, arde la candela de la indignación de chavistas, opositores e
independientes en el Barrio Marín, en San Agustín del Sur. Carolina González y
Gilberto Sojo, vecinos de esa humilde y emblemática barriada caraqueña, fueron
detenidos el jueves 27 por el SEBIN junto a su hijita de tres años de edad. Su
“delito” es ser demócratas, activistas del partido Voluntad Popular. Tras pasar
24 horas presa en El Helicoide la bebé fue devuelta a su casa, a las manos de
una vecina, sufriendo fiebre y diarrea. Luego liberaron a Carolina, y a
Gilberto anunciaron que lo presentarían en tribunales. Esta detención ilegal
(sin orden judicial, sin flagrancia) se suma a la citación contra María Corina
Machado, al juicio contra Juan Carlos Caldera e Ismael García, a la amenaza de
muerte contra el dirigente sindical José Matute, a las torturas contra Raúl
Emilio Baduel y Alexander Tirado y a un largo etcétera que revela que la cúpula
podrida gobernante pretende aplicar su paquete fiscalista, consecuencia de su
caos económico y su desastre petrolero, apelando a la represión, la persecución
y el terror. Estrategia que, nadie lo dude, será respondida con firmeza,
movilización, serenidad y contundencia por el pueblo venezolano, por TODO el
pueblo, los que siempre nos opusimos a este desgobierno y los que hoy descubren
la estafa de ese “proyecto”.
Este pueblo unido enseñará a la cúpula podrida que el petróleo no es
una telenovela y que el país no es una comiquita. El barranco autoritario no
tendrá final feliz. La lucha popular sí.
¡Palante!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico