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domingo, 20 de agosto de 2017

Los 50 años de ordenación sacerdotal de Urosa y el saludo de Francisco, por Ramón Antonio Pérez



Ramón Antonio Pérez 19 de agosto de 2017

“A ti, Venerable Hermano Nuestro que, Dios mediante, vas a celebrar tus Bodas de Oro Sacerdotales en la próxima solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María, te enviamos de todo corazón esta carta para manifestar nuestra alegría y la fraterna comunión con la cual estamos unidos en el episcopado”.

De esta manera comienza la carta que el Papa Francisco envió al cardenal Jorge Urosa Savino, con motivo haber cumplido sus 50 años de ordenación presbiteral, el pasado 15 de agosto. La misiva la dio a conocer el arzobispo de Caracas este jueves 17, agradeciendo el gesto del Sumo Pontífice de Roma.

“Como sabemos que has actuado con gran diligencia en el desempeño del sagrado ministerio, deseamos felicitarte en esta ocasión por la labor realizada, y recordar los momentos más importantes de tu apostolado”, dice el Santo Padre, en la carta que recuerda parte de la hoja de vida de Urosa.

“En 1967 recibiste el sacerdocio para servir a la Iglesia Metropolitana de Caracas, donde fuiste profesor y superior en el Seminario de San José y luego Rector del Seminario Interdiocesano de Santa Rosa de Lima”, expresó.

En el marco de esta celebración, más de 25 obispos de la Conferencia Episcopal Venezolana acompañarán al cardenal Urosa Savino, a una misa en acción de gracias, el sábado19 de agosto en el Gimnasio José Joaquín “Papá” Carrillo de Los Dos Caminos, en Caracas, a partir de las 10 de la mañana.

Al concluir la ceremonia religiosa, está previsto que el Purpurado venezolano sea condecorado por los concejos municipales de Caracas.

A continuación la carta íntegra del Santo Padre Francisco enviada al cardenal Urosa: 

A NUESTRO VENERABLE HERMANO
JORGE CARDENAL S.R.E. UROSA SAVINO 
Arzobispo Metropolitano de Caracas

A ti, Venerable Hermano Nuestro que, Dios mediante, vas a celebrar tus Bodas de Oro Sacerdotales en la próxima solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María, te enviamos de todo corazón esta carta para manifestar nuestra alegría y la fraterna comunión con la cual estamos unidos en el episcopado. Como sabemos que has actuado con gran diligencia en el desempeño del sagrado ministerio, deseamos felicitarte en esta ocasión por la labor realizada, y recordar los momentos más importantes de tu apostolado.

Siendo joven y sintiéndote llamado al servicio de Dios en Caracas, la ciudad capital de Venezuela, ingresaste al Seminario Mayor Interdiocesano de esa ciudad, donde estudiaste la filosofía, y luego hiciste la teología en el Seminario de San Agustín de Toronto. En Roma obtuviste el grado de Doctor en Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana. En 1967 recibiste el sacerdocio para servir a la Iglesia Metropolitana de Caracas, donde fuiste profesor y superior en el Seminario de San José y luego Rector del Seminario Interdiocesano de Santa Rosa de Lima.

Adornado de las necesarias dotes, y perito en las cosas eclesiales, en 1982 nuestro predecesor San Juan Pablo II te nombró Obispo Auxiliar de Caracas con el título de Vegesela de Bizacena; más tarde fuiste nombrado Arzobispo Metropolitano de Valencia en Venezuela, y tres lustros después, Pastor de Caracas; luego, al siguiente año, el Sumo Pontífice Benedicto XVI te incorporó al Colegio de los Padres Cardenales, con el título presbiteral de la Iglesia de Santa María de los Montes.

Unido a Dios en el cumplimiento del oficio pastoral, dotado de espíritu de servicio, preocupado por las cosas sociales y fiel al magisterio de la Iglesia y del Sumo Pontífice, has trabajado para que los fieles a ti encomendados fuesen solícitos en la caridad, alegres en la esperanza, y sólidamente fundados en la fe, asiduos también a las mesas del pan eucarístico y del Verbo divino, “por quien fueron hechas todas las cosas” (Gaudium et Spes, 38).

Venerable Hermano Nuestro: Al evocar la feliz memoria de tu sacerdocio, rodeado con la alegre corona del clero y del pueblo, regocíjate en Dios, que te colmó de dones celestiales.

Por lo demás, Nos, Sucesor de San Pedro apóstol y Vicario de Cristo, en ese día festivo estaremos presentes espiritualmente, sobre todo con nuestras preces con las que pediremos intensamente por ti, benemérito prelado, al Buen Pastor, por la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto, madre celestial y reina de la amada Venezuela, dones celestiales y años llenos de alegría, consuelo y paz.

Habiéndote comunicado con gusto estos sentimientos, Venerable Hermano Nuestro, con gran afecto impartimos la Bendición Apostólica a ti y, a través tuyo, a la queridísima comunidad eclesial caraqueña, pidiéndoles oraciones por Nosotros y nuestro Ministerio Petrino.

En el Vaticano, 5 de julio de 2017, quinto año de Nuestro Pontificado.
Francisco

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