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jueves, 13 de junio de 2024

La economía circular en las ciudades, por @ENTmediambient


Anna Martínez | ENT

La economía circular gana popularidad bajo el objetivo de avanzar hacia sociedades más sostenibles y abordar los desafíos socio-ecológicos actuales, implantándose en todo el mundo a diferentes escalas. Desde empresas que desarrollan modelos de negocio o proyectos basados en economía circular a estrategias nacionales, estrategias locales de ciudades o regiones. Sin embargo, el concepto de economía circular es cuestionado, a menudo poco claro o no claramente definido, por lo que su implementación práctica es un desafío significativo[i]. Si nos centramos en la ratio de materiales que provienen de los residuos (ratio de uso de material circular) se calcula que este valor se encuentra alrededor del 10%[ii] en Europa, valor que parece bajo como para poder llamar a la economía como economía circular.

En Europa, cada vez son más las ciudades que se proponen implantar una estrategia local en economía circular. A nivel europeo encontramos ejemplos de ciudades como Ámsterdam[iii], Copenhague[iv], París[v] o Londres[vi] que han desarrollado sus propias estrategias circulares.

En el informe Declaración de Ciudades Circulares[vii], se presentan y analizan iniciativas de estrategias de 40 ciudades europeas. En este informe, se identifican 8 tendencias de cómo se aplica la economía circular en las ciudades europeas, entre las que destacan la contratación pública con criterios de economía circular, proyectos de innovación, el empoderamiento de la ciudadanía, sistemas agroalimentarios locales o el fomento de la circularidad en la construcción.

En España, además de la Estrategia Española de Economía Circular[viii], hay varias estrategias a escala de comunidad autónoma (Castilla y León, Castilla la Mancha, Cataluña, Euskadi, Extremadura, Galicia y Navarra) y, por lo que se refiere a ciudades, encontramos las recientes estrategias de las ciudades de Murcia[ix] y Valladolid[x].

El objetivo principal de una estrategia de economía circular en la ciudad es mantener los productos, materiales y recursos durante el mayor tiempo posible en la economía, a la vez que se reduce la generación de residuos. Sin embargo, muchas estrategias de economía circular de ciudades se concentran en acciones al final del ciclo, como la recuperación o reciclaje, y las acciones de reducción del consumo y prevención a menudo quedan en un segundo plano[xi].

Según la Comisión Europea[xii], las ciudades son un marco ideal para desarrollar este tipo de estrategias gracias a su proximidad a la ciudadanía, a los proveedores de servicios y a las empresas. No obstante, las ciudades tienen un papel importante como centros de producción y consumo, se desconoce en gran medida si las iniciativas de economía circular locales harán alcanzar los objetivos de circularidad, ya que estas políticas urbanas de economía circular han sido poco estudiadas y analizadas[xiii].

Para una gestión circular, racional y eficiente de los recursos de una ciudad (suelo, agua, energía, infraestructuras, bienes, etc.) es necesario diferenciar aquellos recursos que se pueden gestionar de forma circular a nivel ciudad de aquellos donde su circularidad tiene otra escala y, por tanto, será necesaria una coordinación con estrategias regionales o estatales. Así, la economía circular en las ciudades debe implicar una colaboración entre todos los agentes (industrias, comercios, consumidores, responsables políticos y ciudadanía) que permita una reestructuración de la ciudad en varias direcciones: desarrollar energías renovables, impulsar modelos de economía colaborativa para compartir recursos y alargar la vida útil de los productos, impulsar el ecodiseño y fabricar aparatos fácilmente reparables, recuperar al máximo los residuos para obtener materias primas secundarias, etc.

Las políticas de economía circular urbanas tienen impacto en los flujos de recursos, residuos y materiales[xiv], por eso es importante reconocer los principales límites y oportunidades que tienen las ciudades en el desarrollo y la implementación de políticas de economía circular. No debe olvidarse que las ciudades están limitadas por los contextos territoriales y regionales donde se ubican.

Con todo ello, es evidente que es una tarea compleja para una ciudad definir qué combinaciones de iniciativas de economía circular pueden ayudar a avanzar hacia la sostenibilidad. La economía circular aplicada a nivel de ciudad todavía necesita recorrido, por consiguiente, trabajar en una buena estrategia adaptada a las características reales de la ciudad la acercará a ser más sostenible a nivel ambiental, social y económico.

Tomado de:

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