Obsecuencia

Editorial de Analítica.com, 04/07/2011

Existe un peligro potencial que nos enfrentemos, más temprano que tarde, a una situación de ingobernabilidad por ausencia, por un lado un liderazgo claro y por el otro, la parálisis virtual de los distintos órganos del Estado

Según el DRAE obsecuencia es equivalente a sumisión. En Venezuela esa expresión se le puede aplicar, sin matices, a las cabezas de los distintos poderes del Estado.

El ejemplo más atorrante para no decir aberrante fue la reciente declaración a un diario de circulación nacional de Luisa Estela Morales presidente del Tribunal Supremo quien no tuvo empacho en afirmar que estaba esperando instrucciones de Chávez desde la Habana. A confesión de parte relevo de pruebas.

Este hecho por demás grave refleja el estado de dependencia de todos los poderes del Estado a la figura del comandante presidente. En esta mal llamada V República lo que hay es una expresión magnificada del personalismo que tanto daño le ha hecho a Venezuela en el pasado. Si a esto se le añade que, según lo que se refleja en la prensa internacional, las dolencias del presidente son más serias de lo que la información oficial quiere hacer traslucir, tendríamos que enfrentar la realidad de que el primer magistrado de la República no estaría en condiciones, por un buen tiempo, de ejercer efectivamente el mando y luce poco probable que pueda emprender eficazmente una campaña electoral.

En esas circunstancias a quien se puede acudir para resolver los serios problemas del país si los diversos órganos del estado únicamente funcionan con total obsecuencia a los diseños, deseos, caprichos y órdenes de Chávez.

Existe un peligro potencial que nos enfrentemos, más temprano que tarde, a una situación de ingobernabilidad por ausencia, por un lado un liderazgo claro y por el otro, la parálisis virtual de los distintos órganos del Estado.

La oposición o mejor dicho la alternativa democrática debería dar los pasos necesarios para consolidar su presencia en el escenario político nacional procediendo, a la brevedad posible, a presentar su programa de gobierno así como elegir a su candidato a la presidencia de la República.

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