viernes, 15 de julio de 2011
Partidos Políticos, Participación Ciudadana y Proyecto País
Por Carlos Romero, 14/07/2011
El proceso electoral que da nacimiento a Voluntad Popular demostró que es posible que los partidos asuman la tarea de realizar elecciones democráticas y transparentes para elegir a sus propias autoridades, evidenciándose con la práctica interna su compromiso con los valores de la democracia. Como sabemos el proceso electoral fue abierto a los ciudadanos inscritos en el REP lo cual ha sido un valor agregado interesante, algo parecido habíamos experimentado pero de una forma más limitada cuando abiertamente se procedió a elegir al candidato presidencial del partido COPEI, siendo entonces electo Osvaldo Álvarez Paz.
Se felicita a Voluntad Popular por haber nacido con un interesante proceso de legitimidad, ahora el reto que tiene por delante no es sencillo porque si quieren hacer una política diferente deberian crear espacios en los que promuevan el encuentro con los ciudadanos para divulgar y debatir la visión de país que presentan en su página web, cuando hacen referencia a una venezuela próspera, democrática, solidaria, segura y soberana.
Si Voluntad Popular asumiera el reto de abrir sus puertas para que su visión de país sea divulgada y promueve en torno a ella un debate ciudadano plural, estarían contribuyendo enormemente a la tarea de crear puentes de reconocimiento mutuo con otros actores de la comunidad y de promover el acercamiento del ciudadano a la política. Recuerdo que Primero Justicia tuvo esa oportunidad con su propuesta “La Venezuela de la Justicia”, pero lo electoral no permitió ir más allá en su definición y divulgación.
Así como Voluntad Popular presenta esas líneas maestras, Eduardo Fernández, desde el IFEDEC, también ha lanzado su propuesta de país denominada “La propuesta Venezuela 2013”, y no cabe duda que se van a ir presentando otras propuestas alternativas en la medida que se vaya acercando las primarias
Desde hace mucho tiempo atrás y como consecuencia, tal vez, de los constantes procesos electorales, los Partidos Políticos se han reducido a estructuras electorales y por lo tanto han perdido espacio interno para la formación y el debate con los ciudadanos sobre los temas que son de interés general y colectivo.
Introducir la participación como herramienta para que los ciudadanos se acerquen a la política es un deber legal en nuestro orden jurídico para los órganos del estado, pero para los partidos políticos seria un importante reto, que tendría mucha más efectividad si esos espacios se logran consolidar desde las instancias municipales o parroquiales, fortaleciendo la participación efectiva, dada la cercanía con el ciudadano, y prmoviendo una mayor sensibilización de los ciudadanos sobre la importancia de las instancias locales.
Si asumiéramos la participación electoral como la vía para que el ciudadano se acerque a la política, hace rato que seriamos un país avanzado en esta materia y no lo somos pese a los múltiples procesos electorales y cursos de capacitación electoral que se han dictado en este país a lo largo de los años. Cada vez estoy más convencido que la participación ciudadana, institucionalizada y permanente, se convierte en una herramienta útil para el encuentro con la sociedad y para atraer a los ciudadanos a la política, algunos podrán verlo como un riesgo, pero realmente es una oportunidad para recuperar los valores esenciales en los que reposa la democracia y para complementar el ejercicio de la representación política.
En este sentido, la Mesa de la Unidad también cuenta con sus propuestas llamadas: 100 soluciones por Venezuela, así como su antecedente inmediato llamado Coordinadora Democrática contó con sus propuestas de un proyecto de país.
Como ciudadano aspiraría que la Mesa de la Unidad pusiera en agenda para el debate ciudadano esas 100 soluciones para Venezuela y que en torno a ello los Partidos, la sociedad civil y demás actores de la comunidad bajo la particular visión de cada uno de ellos, pudieran ir construyendo las bases de un gran acuerdo nacional sobre el país que queremos y la sociedad que necesitamos más allá del proceso electoral del 2012.
Podrán algunos pensar que es ingenuo o inútil pretender en estos momentos que se abra un debate sobre el país que queremos cuando hay una generalizada opinión que todos los esfuerzos deben enfocarse a la elección presidencial del año 2012, y que esa elección, cuya fecha es incierta aún, presupone una presentación de un plan de gobierno alternativo. Pero no dudo, que tarde o temprano tengamos que dar ese debate, por lo tanto, creo que esas líneas gruesas recogidas en las 100 Soluciones para Venezuela y la existencia de estructuras municipales en la organización interna de la MUD hace viable pensar en espacios de encuentros que logren identificar consensos y trabajar los disensos existentes en el marco de esas soluciones para ir definiendo en términos generales y con participación ciudadana las bases de un gran acuerdo nacional que surja del debate entre partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil, ciudadanos y dirigentes con un importante componente de legitimidad popular.
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