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domingo, 14 de agosto de 2022

Régimen mete a Venezuela en alianza anti occidente con sus amigos Rusia y China, por @folivares10


Francisco Olivares 13 de agosto de 2022

@folivares10

Mientras la guerra que sostiene Rusia contra Ucrania ha polarizado aún más el enfrentamiento entre las democracias occidentales y los regímenes autocráticos, Nicolás Maduro endurece sus posturas anti-occidente y alinea a Venezuela con el nuevo bloque de poder que aspira a desplazar a EEUU y Europa como grupo de países dominantes.

El gobierno de Nicolás Maduro abre las puertas de Venezuela a Rusia, Irán y China, a quienes ofrece concesiones en las industrias básicas, injerencia en el área militar y de seguridad, dando prioridad al juego geopolítico por encima del bienestar de la población sumergida en la pobreza. A lo interno, mantiene a raya a la disidencia, a los productores nacionales y a quienes reclaman sus derechos los amenazan con enviarles “la marea roja”.

En ese contexto de enfrentamiento de poderes mundiales, Venezuela será sede por primera vez de los Octavos Ejercicios Militares Internacionales, liderados por Rusia con participación de 37 países. Una fase de los Ejercicios Militares se llevarán a cabo en el territorio venezolano este fin de semana, del 13 al 27 de agosto.

Es la primera vez que estos ejercicios militares se realizarán en América del Sur, según informó el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigu. Entre los países que lideran las maniobras bélicas, aparte de Rusia, están China e Irán, dos importantes miembros de esta nueva alianza. Varias delegaciones ya han arribado al país.

Desde hace semanas, la mayor promoción de estos ejercicios militares las hace el gobierno de Maduro a través de las redes:

Según el medio conservador The Washington Free Beacon, los ejercicios militares son una de las señales más fuertes de que la coalición anti-Washington de América Latina está fortaleciendo sus relaciones con Rusia, China e Irán.

“Rusia y sus aliados, Irán y China, están a punto de realizar una gran demostración de fuerza con los Ejercicios Militares en Venezuela”, dijo Joseph M. Humire, analista de Seguridad Global y director ejecutivo del Center for a Secure Free Society.

Advierte que “fuerzas armadas rusas se están preparando para traer, por primera vez, algunos de estos juegos militares al hemisferio occidental”. También hay señales de que el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC), la fuerza de combate paramilitar del país, está aumentando su presencia en América Latina.

Siguiendo esta tendencia, el pasado 7 de junio, la Asamblea Nacional de Nicaragua renovó un pacto militar con Rusia que “autoriza a las tropas, aviones y barcos rusos a patrullar las fronteras del país centroamericano y realizar ejercicios militares conjuntos”.

A pesar que el decreto también incluye el apoyo militar de Estados Unidos a Nicaragua, el subsecretario del Departamento de Estado para Asuntos Hemisféricos, Brian Nichols, criticó las medidas tomadas por la Asamblea Nacional, argumentando que Nicaragua está permitiendo la ayuda de un país que está violando los derechos humanos al invadir Ucrania, y calificó la entrada de tropas rusas como una “provocación”.

Putin y el nuevo eje de poder

El presidente ruso, Vladímir Putin, durante su intervención en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, el pasado mes de junio, predijo el ocaso político y económico de Occidente, desde Estados Unidos hasta la Unión Europea, y consideró «irreversible» el advenimiento de un mundo multipolar, del que sería parte la actual campaña militar rusa en Ucrania.

Según la reseña de la agencia EFE, de su participación en el foro, Putin acusó a las potencias occidentales de negarse a aceptar los cambios “revolucionarios y tectónicos” en marcha en el mundo y la aparición de nuevos centros de poder.

Putin insistió en que los viejos “patrones” occidentales ya no funcionan, ya que las normas que rigen las relaciones internacionales se manipulan a gusto de una sola potencia y sus satélites. Específicamente se refirió a China, India y a otros países asiáticos, latinoamericanos y africanos.

“Parece que no se dan cuenta de que en las últimas décadas en el planeta se han formado y cada vez se hacen oír más nuevos y poderosos centros. Creen que la hegemonía de Occidente en la política y economía mundial es una constante, es eterna. No hay nada que sea eterno, no sólo niegan la realidad, sino que intentan obstaculizar la marcha de la historia, piensan como en el siglo pasado, son rehenes de sus propias mentiras”, enfatizó.

Putin predijo que en el nuevo orden mundial únicamente tendrán voz y voto los países “fuertes” y “soberanos”, por lo que Rusia aprovechará las “enormes posibilidades” que se abren ante ella para “ser aún más fuerte”.

Maduro cierra la rendija

Siguiendo esa premisa de Putin, en la política interna, Maduro ha ido cerrando cada vez más los espacios a las disidencias, las posibilidades de diálogo y un posible giro hacia la apertura, que muchos todavía esperan.

Un ejemplo de ello fue el proceso aplicado contra los acusados por el presunto intento de magnicidio contra Nicolás Maduro, que incluyó al diputado por Primero Justicia, Juan Requesens y al dirigente opositor Julio Borges, quien fue presidente del Parlamento entre 2017 y 2018. La justicia chavista condenó con sentencias de 30 a 12 años a los 17 imputados, entre civiles y militares, sin evidencias, según lo señalaron abogados defensores.

A pesar de los intentos de recuperar el diálogo con el gobierno de parte de los más importantes partidos opositores y organizaciones de la sociedad civil venezolana con el propósito de recuperar la economía y la vida institucional, los principales voceros del chavismo madurismo promueven campañas para neutralizar los esfuerzos de países y organizaciones internacionales que buscan ser intermediarios para sentar a las partes en una mesa de negociación.

Al mismo tiempo el régimen culpa a Occidente de todos los males que padece Venezuela.

Desde Alex Saab hasta el avión de Conviasa

El último incidente fue protagonizado por Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de 2020, quien exigió la devolución del avión de carga venezolano-iraní retenido desde el 6 de junio en Buenos Aires, Argentina, en el cual se encontraban cinco ciudadanos venezolanos y 14 iraníes.

El caso es investigado por la justicia de Argentina por la presencia en ese avión de miembros de la Guardia Revolucionaria Islámica. El FBI aseguró, en un informe enviado al juez que se ocupa del caso, que el piloto iraní, Gholamreza Ghasemi, está relacionado con la Fuerza Quds, el poderoso brazo paramilitar de élite de la Guardia Revolucionaria, definida por EEUU como organización terrorista.

Luego de utilizar el caso de la detención del empresario colombiano Alex Saab como exigencia para volver al diálogo, Rodríguez exige ahora la liberación de este avión y sus pasajeros y tripulantes a quienes identifica como venezolanos, como condición para regresar a un diálogo con la oposición venezolana y culpa a la justicia argentina de estar sometida a EEUU y de recibir sobornos de la embajada estadounidense.

Irán el gran aliado

La política que sigue Maduro con Irán es una continuidad de la de su antecesor Hugo Chávez y está en sintonía con las que promueven los gobiernos del Foro de Sao Paulo. En ella se afianzaron especialmente los acuerdos en el área militar, de seguridad y petrolera.

Desde su primera visita a Venezuela en septiembre de 2006, Mahmud Ahmadineyad, quien presidió la República Islámica, vino acompañado por 70 empresarios con el fin de concretar negocios para lo cual crearon un fondo por $2.000 millones.

“Estamos aquí para darte la bienvenida a ti, hermano Mahmud Ahmadineyad. Líder, hermano, compañero. Yo diría, incluso, gladiador de las luchas antiimperialistas. (…) Sólo un pueblo libre puede recibirte como te recibimos. (…) Cristo y Mahoma nos alumbran el camino para derrotar las amenazas del imperio”, le dijo Chávez.

Ahmadineyad viajó a Venezuela seis veces; mientras que Chávez lo superó con nueve visitas. Ese acercamiento de Irán se hizo extensivo a los países que conformaron el ALBA con los nuevos presidentes de izquierda y se tradujo en establecimiento de embajadas y acuerdos políticos y económicos en la región.

Además del sospechoso caso del avión venezolano-iraní, nuevos acuerdos han profundizado los vínculos entre Venezuela e Irán. En la pasada gira de Maduro en junio por el Medio Oriente, se firmó un “acuerdo estratégico” de 20 años en diversas áreas, con el actual presidente de Irán, Ebrahim Raisí, en el palacio Saad Abad de Teherán.

Sobre ellos señaló Maduro: “Tenemos grandes frentes de cooperación entre Irán y Venezuela a niveles energético, del petróleo, del gas, de las refinerías, de la petroquímica; financiero, de defensa”.

Un millón de hectáreas para Irán

Recientemente Maduro sorprendió a los productores agropecuarios con el anuncio de que otorgará un millón de hectáreas a sus aliados de Irán. De inmediato los gremios de productores y organizaciones civiles se pronunciaron en contra de ese acuerdo.

El presidente de Fedenaga, Armando Chacín, señaló que mientras se ofrecen esas tierras a Irán los productores venezolanos son víctimas de invasiones y expropiaciones como está ocurriendo en Barinas, entre otras entidades. Sostiene que mientras no se resuelve el conflicto de tierras que afecta a los productores venezolanos no se resolverán los problemas de producción y abastecimiento. Hay 500 casos en conflicto documentados por Fedenaga a nivel nacional, sobre los cuales no hay respuesta.

Irán y la refinerías

Según la agencia oficial de noticias iraní IRNA, la empresa estatal Oil Engineering and Construction Company firmó un contrato de 110 millones de euros (casi $115 millones) para reparar y reactivar la refinería El Palito, ubicada en Puerto Cabello, estado Carabobo, cuya producción es de 146 mil barriles diarios.

El acuerdo fue el resultado de las negociaciones en Caracas que llevaron adelante el ministro de Petróleo iraní, Javad Owji y su homólogo venezolano, Tareck El Aissami. Este acuerdo se produce paralelamente a los envíos de combustible que está haciendo Irán a Venezuela, ante la paralización de las más importantes refinerías nacionales.

Según una nota de Reuters, el contrato incluye las reparaciones y puesta en marcha de El Palito, de acuerdo a declaraciones de Farhad Ahmadi, director general de la Compañía Nacional de Petróleo y Distribución de Irán (Niordc).

Desde finales de mayo, sectores sindicales de la planta denunciaron el despido de 800 trabajadores de la refinería El Palito, para dar paso a trabajadores iraníes que serían incorporados a partir de los nuevos acuerdos para la recuperación del centro refinador carabobeño.

Luis Hernández, presidente del Frente de Trabajadores Petroleros “Rompiendo Cadenas”, declaró que estas desincorporaciones tienen como fin dar espacio a los trabajadores iraníes para poner en marcha la deteriorada refinería, con amplio historial de accidentes y explosiones.

Para Hernández es poco viable que la mano de obra iraní logre algún cambio importante dado que la maquinaria de El Palito es de fabricación estadounidense, por lo que a su juicio los iraníes no contarían ni con el conocimiento, ni con la tecnología para lograr su cometido; además del deterioro del Sistema Eléctrico Nacional que afecta las unidades de procesamiento de crudo.

El país inviable

Maduro y la cúpula gobernante atribuyen a las sanciones el deterioro que han sufrido las industrias venezolanas y celebran la ligera recuperación que se ha generado en el país, no por las supuestas inversiones de los aliados internacionales, sino por la parcial liberación de precios y controles.

Como lo señalan los expertos, hasta ahora las relaciones económicas con estos aliados han sido limitadas. Para esos países priva el rol geopolítico, en el que juega un papel principal tener presencia en Venezuela, por encima de las ganancias económicas que pueden ofrecer sus inversiones aquí.

En algunos casos representantes de esos países han exigido cambios en las políticas internas del país y seguridad sobre sus inversiones, pero su objetivo principal es tener un aliado incondicional en Latinoamérica.

Para el gobierno de Maduro, la geopolítica juega un rol primordial, y en la práctica se le da mayor relevancia que a las necesidades internas. De allí el deterioro en que ha caído la infraestructura del país, la inseguridad extendida y la corrupción.

Ahora se anuncian una vez más grandes planes de inversión extranjera que difícilmente se traducirán en recuperación del aparato industrial venezolano, de la economía y la vida institucional, en tanto continúe el mismo modelo de conducción que mantiene excluida a la mayoría del país.  

Tomado de: https://twitter.com/folivares10

  

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