IBÉYISE PACHECO 19 de octubre de 2023
@ibepacheco
Este acuerdo asoma varios aspectos
importantes. La aprobación de auditorías al sistema electoral, el rechazo a la
violencia, la garantía de seguridad de los candidatos, el equilibrio
informativo. Todo muy bueno
Siempre
hay razones para dudar de un régimen que no tiene palabra, lo que no se riñe
con los esfuerzos por alcanzar acuerdos parciales como los logrados este martes
17 de octubre entre el equipo de Nicolás Maduro y la Plataforma Unitaria de
Venezuela con las primeras reglas a cumplir para unas elecciones
presidenciales. Son un logro importante, en especial si se respeta el derecho
de cada actor político de seleccionar su candidato con libertad según sus
mecanismos internos. Sabemos que la intención del régimen era abortar la
elección primaria. Ya no lo puede hacer.
Que se haya fijado para el segundo semestre del 2024 la fecha de las elecciones presidenciales (exactamente eso, presidenciales, no generales como amenazaban voceros del régimen), es bueno. Es un tiempo razonable para que la oposición democrática se organice.
La
revisión del Registro Electoral, realizar jornadas de inscripción electoral y
de actualización de datos con operativos especiales de cedulación, jornadas de
actualización del registro y la depuración del Registro Electoral Permanente,
todo eso es muy bueno.
La
invitación a misiones técnicas de observación electoral de la Unión Europea, la
Organización de las Naciones Unidas, la Unión Africana, la Unión Interamericana
de Organismos Electorales y el Centro Carter, es bueno.
La
actuación de la comisión negociadora encabezada por Gerardo Blyde, excelente.
El
régimen como es costumbre, previo a la firma del acuerdo e inmediatamente
después, trató de apoderarse del relato intentando desanimar al votante
opositor, es decir para desalentar al pueblo. Varias aseveraciones respecto al
acuerdo, emitidas por Nicolás Maduro y Jorge Rodríguez y repetidas por otros
voceros, son falsas.
También
es mentira que está cerrada la puerta a candidatos supuestamente inhabilitados.
Hagamos un alto en este punto. ¿Por qué el régimen se ha sentado a
negociar? Porque está urgido de dinero. La desesperación ha llevado a
Maduro a mostrarse dispuesto a negociar para obtener a cambio, fondos para
subsistir antes de que el pueblo salga a las calles y pida su cabeza. Y la
obtención de dinero y el levantamiento de sanciones están en manos de Estados
Unidos, país que ha sido enfático sobre la ilegalidad de las inhabilitaciones,
entre otras cosas. Son razones para que parte del acuerdo deje pendiente el
cumplimiento de una ruta para que los inhabilitados y los partidos políticos
recuperen sus derechos con celeridad. Habrá que ver cómo avanza la obsesión de
Maduro (además de su dramática impopularidad) con la candidata María Corina
Machado. Lo que quedó claro en las discusiones es que a TODOS los
inhabilitados se le deben reintegrar sus derechos políticos. El
régimen pretendía en su plan constante de dividir a la oposición, habilitarlos
a todos menos a María Corina. Lo cierto ante tanta falsedad es que, si las
condiciones en este punto no avanzan, en la misma proporción la entrega de
fondos y el levantamiento de sanciones también se van a ralentizar.
Este
acuerdo asoma varios aspectos importantes. La aprobación de auditorías al
sistema electoral, el rechazo a la violencia, la garantía de seguridad de los
candidatos, el equilibrio informativo. Todo muy bueno.
¿Asuntos
pendientes no mencionados expresamente? El tema de los presos
políticos. Es evidente que el régimen jamás dejará por escrito una nueva
evidencia en la que admita que en Venezuela hay presos políticos. Eso sería
cuchillo para su garganta, una joya de regalo para el expediente del Caso
Venezuela en la Corte Penal Internacional. Pero sí, ese tema se debatió. Y por
supuesto, se espera la liberación de algunos de los casi 300 hombres y mujeres
que injustamente están encerrados en las mazmorras del régimen.
Llama
la atención las observaciones negativas ante la referencia constante de que
todo debe cumplirse en el marco de la Constitución Nacional y las leyes
venezolanas. En oposición, eso a mí me parece destacable positivamente porque
es una manera de dejar constancia de que en nuestro país no se respetan las
leyes, lo que nos obliga a dejar por escrito, en un documento de tanta
importancia, la obligatoriedad de cumplirlas. Ese registro ocurre porque en
Venezuela no hay democracia.
Punto
aparte y en letra chiquita, este acuerdo resulta en una manera de dejar
en ridículo a los radicales del oficialismo que han conspirado contra
toda posibilidad de un acuerdo político. A ellos les queda rumiar en sus
programas televisivos porque en este escenario incomodan a sus propios
compañeros de partido.
Ya
veremos discursos, amagos que pretenderán desalentarnos. Eso será parte de su
estrategia para que en lo inmediato la gente no participe en la elección
primaria de este domingo 22. Espero que nadie caiga en esa trampa. Votar este
domingo es una demostración de fuerza, de decisión democrática y algo muy
importante, es dar un paso sólido de unidad hacia las presidenciales.
Ibéyise
Pacheco
@ibepacheco
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