Pedro Pablo Peñaloza 13 de enero de 2020
@pppenaloza
La
reacción ante el ataque que enfrenta la Asamblea Nacional debe abrir un debate
sobre la "unidad" opositora, concepto que debe replantearse. Hay
grupos que se identifican como opositores que aprovechan la coyuntura para
lanzarse contra la AN. ¿Entonces?
1) Mientras
el chavismo desplegaba en diciembre su Plan de acoso y derribo contra la AN,
los "extremos" de la oposición coincidían en fustigar a la mayoría
parlamentaria. Lejos de intentar una tregua, los extremos también disparaban
desde sus posiciones.
2) En
medio del asalto del 5 de enero, nada cambió. Los "extremos"
volvieron a coincidir: la culpa de la agresión era del agredido. Por haber
permitido el regreso del Psuv, decían los unos. Por no haber respetado el acuerdo
de 2015, declararon los otros. Palo y palo...
3) En
esa misma línea, se difunde un discurso que iguala la corrupción del régimen
con la de un puñado de diputados de la AN, no destaca la resistencia de la
mayoría parlamentaria ante la persecución, y deja caer que "si se pierde
la AN" no se pierde nada de lo logrado.
4) En
el otro extremo, 24 horas después del intento de asalto a la AN, el sector que
se identifica como opositor se sentó con el chavismo en la llamada "mesa
de diálogo nacional", y el señor Bertucci reconoció a la "nueva"
junta de Luis Parra.
5) Aquí
es válida una observación: la mayoría de la AN y el llamado G4 (PJ, AD, UNT y
VP) no es "toda" la oposición, eso es verdad. Pero sí es el sector
más representativo, que por el voto popular tiene la mayoría de la única
institución reconocida como democrática y legítima.
6) ¿La
mayoría de la AN debe intentar recomponer la "unidad"? Sí, es lo
serio y responsable, apuntalar coincidencias y rebajar diferencias. Pero no
puede dejarse llevar por los extremos ni tratar de caer bien o complacer a
todos. Tomar posición tiene costos y hay que asumirlos.
7) Quizás
hoy la unidad puede construirse no alrededor de un liderazgo o una institución
(la reacción frente al asalto a la AN lo demuestra), sino en torno a una
estrategia, una hoja de ruta que convoque a las mayorías, al margen de sus
discrepancias.
8) Ahora,
esto exige leer con claridad el panorama. Una cosa son las diferencias
estratégicas o ideológicas, todas válidas, y otra las agendas e intereses
ocultos. Hay sectores que parecen coincidir más con el chavismo en su objetivo
de destruir la AN. Eso debe aclararse.
9) La
unidad ya no puede ser la de todos juntos y sonrientes solo para la foto. De
hecho, no hay que temer a deslindes y diferencias, si son necesarias para
avanzar. La pelea no es por el segundo puesto, por el subcampeonato. La lucha
es por el cambio.
10)
En conclusión: la
"unidad" del pasado ya no es posible y quizás eso es positivo, porque
esa unidad forzada ha generado estas situaciones. El liderazgo debe construir
una estrategia que conecte con las mayorías (políticas y sociales) y fortalecer
la unidad con un fin: ganar.
Pedro
Pablo Peñaloza
@pppenaloza
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