Jackelin D. 09 de abril de 2021
- La caraqueña fue parte del equipo que
realizó las preparaciones que serían servidas a los tenistas más
importantes en el torneo parisino. En El Diario conversamos
con Mosqueda sobre su labor culinaria durante los últimos años
en Francia
La
chef venezolana Andreina Mosqueda llegaba todos los días a las 7:00 am a las
canchas de arcilla que dan lugar al torneo Roland Garros, en París, Francia.
Para ingresar debe pasar dos filtros de seguridad. Hace cinco días le hicieron
una prueba PCR para confirmar que no tiene covid-19 y que puede acudir al
recinto. El personal dispone de una tarjeta de identificación que la refiere
como la chef encargada de la cadena de fríos. Pasa al segundo filtro de
seguridad donde su respectiva credencial es escaneada. Se enciende la luz
verde. Puede pasar. En el caso de que fuera roja, los resultados de su prueba
salieron alterados y no podría ingresar al complejo por sospecha de estar
contagiada.
Mosqueda,
oriunda de Caracas, fue la cocinera encargada de los servicios de comida que
los campeones como Rafael Nadal, Novak Djokovic y Sofia Kenin desgustarian al
finalizar las jornadas del torneo parisino. Aunque no puede revelar el menú,
todos los días realizaba un briefing para detallar los platillos del día. Dice
que los jugadores tienen la libertad de escoger el platillo que desean. Sin
embargo, las preparaciones son equilibradas, supervisadas por un nutricionista
y deben contener los cinco grupos alimenticios.
“Fue
una competencia atípica con controles de higiene extremos”, dice Mosqueda al
referirse a la ausencia del público en las típicas sillas verdes que rodean la
cancha. También menciona que había una pantalla a las afueras de la cocina
donde el personal podía mirar los encuentros.
La
barrera del idioma
Mosqueda
comenzó su carrera culinaria en el High Training Educational Institute, en
Caracas, hace 25 años. En el año 1999, a los 22 años de edad, decidió probar
suerte y emigró a la ciudad de Toulouse para continuar estudiando Gastronomía,
pero cuando llegó, comenta, que el primer obstáculo que se encontró fue el
idioma.
Aprendió
francés en un año. Ella cuenta que quería cursar estudios superiores. Lo hizo
en la escuela culinaria de Toulouse donde vio 17 materias en su primer año.
Dice que en toda la carrera pudo aprender ingeniería, derecho, biología, física
y entre otras. “Una de las cosas que me acuerdo fue cuando me enseñaron la
cadena de infección a la que está expuesta una persona al consumir un alimento
que se encuentra en mal estado. Fue muy interesante y como eso, muchas cosas
más”, dijo en entrevista para El Diario.
Pronto,
relata, se le abrieron las puertas en los restaurantes más simbólicos de
Francia. Uno de ellos fue el Grand Hotel du Palais, un antiguo palacio donde
vivió Napoleón Bonaparte. “Trabajar en ese lugar fue una enseñanza de la
disciplina de la puntualidad. No se podía llegar un minuto tarde a trabajar
porque no te dejarían pasar”, añade Mosqueda. Asimismo, tuvo la oportunidad de
trabajar la pastelería y la cadena de fríos en el Hotel Ritz.
Mosqueda
incluso llegó a tener su propio restaurante: Ma Cuisine, en Toulouse, local que
dirigió por cinco años y tuvo que cerrar por motivos personales.
En
cuanto a sus platillos, comenta, que para hacer una buena carne tipo Gibier, se
necesita tiempo y paciencia para preparar una buena salsa como acompañante. Se
inicia dejando que la carne se marine con vinotinto y cebolla por al menos 24
horas, para permitir que los jugos que se impregnan sobre ella se suelten.
Luego se cocina a fuego lento. El resultado es un bocado que se desnuda ante el
hueso, que se suelta con tan solo tocarla y termina hinchada de sabor al solo
tener contacto con una salsa. Por ello, en Toulouse, a la chef venezolana le dicen “saucière”, un
juego de palabras que significa bruja de las salsas.
Explica
que en Francia se considera que si una chef puede hacer una buena salsa, su
talento es extraordinario. Su restaurante se abarrotada de comensales y de
halagos por sus preparaciones. No tengo ninguna especialidad, dice. Es capaz de
dominar un menú de platillos desde la entrada hasta el postre.
Hoy en
día, la venezolana trabaja para una empresa de servicios de catering. Ella
también es solicitada para trabajar en eventos privados y ejerce como
presidenta de la Asociación Franco-venezolana (Assofraven).
Se
considera una persona intensa y perfeccionista con el trabajo, pero si hay algo
que le obsesiona tanto como cocinar, es hablar sobre Venezuela. Es una
forjadora de encuentros entre paisanos, y le inspira brindar un granito de
arena, así sea desde el exterior, por su país. Asegura que son muchas las
oportunidades que están surgiendo en el oficio.
Por
ello, la chef Andreina Mosqueda finaliza la entrevista queriendo dejar un
mensaje a los venezolanos que han tenido que dejar su país y comenzar desde
cero en otras tierras.
“Muchos
pierden la seguridad en sí mismos, y mi mensaje es que las cosas siempre van a
cambiar para bien. Me da gusto ver que muchos venezolanos como yo se sienten
orgullosos por lo que están haciendo porque de una manera u otra estamos
dejando a nuestro país en alto”, concluyó.
Tomado
de: https://eldiario.com/2020/10/11/chef-venezolana-cocina-roland-garros/
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