Omar Lugo 08 de abril de 2021
@omarlugo
El
informe global del FMI deja claro que Venezuela tiene uno de los peores
resultados económicos en todo el planeta. La caída acumulada de su PIB no tiene
comparación en el mundo con la de ningún país en tiempos de paz o de guerra. En
tamaño, ya la economía venezolana es superada por Bolivia, Costa Rica y muy
pronto la empatará Paraguay.
l
último informe sobre la economía mundial del Fondo Monetario Internacional,
divulgado este martes 6 de abril recoge una serie de datos impensables hasta
hace pocos años: Venezuela ya supera a Haití en el indicador estadístico de
pobreza más utilizado por los expertos en el mundo.
Se
trata de ingreso per cápita, es decir qué parte del pastel de la riqueza (o de
la pobreza) le corresponde a cada habitante de un país.
El de
Venezuela cae en este año 2021 a tan solo $1.541 por persona. Esta medición es
en términos nominales, o corrientes, es decir, sin ajustarla a la inflación.
El
indicador nominal por primera vez está por debajo del de Haití. Este trágico
país de la isla La Española tiene una larga historia de tragedias naturales,
como terremotos y huracanes. Además sufre una turbulenta vida de dictaduras y
crisis políticas constantes.
En
América y el Caribe, el francófono Haití siempre fue la principal referencia de
una sociedad fallida, necesitada de ayuda humanitaria internacional, con el
peor ingreso por persona. Un país viviendo en condiciones equivalentes a las de
la más empobrecida Africa subsahariana.
«Ganarle
a Haití en eso es realmente patético. Lo que indica es que el retroceso que
tenido Venezuela ha sido espantoso, ha sido terrible. Lo peor es que el mismo
Fondo espera que este año el PIB siga cayendo», comentó en las primeras de
cambio el economista Luis Oliveros.
Números
duros
El
informe actualizado Perspectivas
de la Economía mundial (World Economic Outlook), confirma el feroz proceso
de empobrecimiento generalizado que sufre Venezuela.
Esto
es algo duro de asimilar cuando se habla de una ex potencia petrolera de talla
mundial, que hasta hace pocas décadas era el país más rico de América latina y
era un polo para atraer migrantes del resto del hemisferio y de Europa.
El
Producto Interno Bruto (PIB) mide la suma total de riqueza en forma de bienes y
servicios que genera una economía en un año. Es hasta ahora la forma más usada
de calcular el valor contable de la riqueza de las naciones. Cuando ese
cociente se divide a su vez entre el número de habitantes es que se obtiene el
Producto Interno Bruto per cápita (por persona).
Pues
bien, el de Venezuela, que ha desplomado de forma continua y sostenida desde
2013, cuando Nicolás Maduro heredó el régimen de Hugo Chávez. Poco después se
hizo patente la quiebra de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y la producción
de crudo cayó estrepitosamente.
La
propaganda chavista se apresura a justificar la gradual extinción de empresas y
la débil actividad económica a las sanciones impuestas por Estado Unidos contra
jerarcas militares y civiles del régimen chavista. Pero la verdad es que el
declive comenzó mucho antes de esos.
También
tiene años el colapso
de la infraestructura y los servicios, así como la crisis económica
interna.
De
esta forma, este año 2021 caerá a esos $1.541 per cápita, para coronar un
proceso continuo.
En ese
2020 perdido por la pandemia mundial del coronavirus el PIB per cápita fue de
$1.690 y todavía superaba en algo a Haití, que tuvo $1.252 dólares.
Un
cuarto de pollo
Pero
el PIB per cápita como promedio indica que mucha gente sobrevive con mucho
menos de eso. Después de todo, los promedios son eso: un aproximado estadístico
que apenas nos permite asomarnos a la brutal realidad.
Como
diría un economista: si uno se sienta a una mesa con otras tres personas y esas
tres se comen un pollo asado, el promedio dirá que en esa mesa cada persona se
comió un cuarto de pollo. No importa si uno no comió porque no tenía como
aportar a la cuenta.
Eso
significa que en Venezuela millones de
hogares están por debajo del promedio, padeciendo inerrables condiciones de
pobreza extrema y hambre.
En su
informe mundial divulgado en el contexto de las reuniones de primavera del FMI
y del Banco Mundial (convenientemente hechas por medios electrónicos), el
apartado de Venezuela es escueto. Pero con todo trae un rosario de datos
referenciales que permiten ponerle academia y análisis a la realidad que viven
los cerca de 27,951 millones de personas que siguen viviendo aquí.
Advertencia
«La
proyección de las perspectivas económicas en Venezuela, incluyendo la
evaluación de la evolución económica pasada y actual como base para las
proyecciones, es complicada por la falta de discusiones con las autoridades (la
última consulta tuvo lugar en 2004), la comprensión incompleta de los datos
reportados y las dificultades para interpretar ciertos indicadores económicos
reportados dada la evolución económica», advierte el FMI.
«Los
efectos de la hiperinflación y la escasez de datos reportados significan que
los indicadores macroeconómicos proyectados por el personal del FMI deben ser
interpretados con precaución. Por ejemplo, el PIB nominal se estima asumiendo
que el deflactor del PIB aumenta en línea con la proyección del personal del
FMI de la inflación media. La deuda externa pública en relación con el PIB se
proyecta utilizando la estimación del personal del FMI del tipo de cambio medio
para el año. Estas proyecciones están rodeadas de una gran incertidumbre»,
explica.
Algo
parecido hacen desde hace varios años las pocas trasnacionales que todavía
operan aquí: excluyen a sus filiales venezolanas de los resultados
corporativos.
La
casa se encoge
Pero
la tragedia no se detiene ahí. En un año particularmente duro, cuando muchos
venezolanos pensaban que no podían estar peor, la pandemia del coronavirus con
su covid-19, la falta de vacunas y de asistencia social golpean son más saña a
las familias venezolanas.
Estas
condiciones también son otra piedra en el cuello de una economía que sufre
escasez crónica de combustibles y energía en general, y donde no existe el
crédito: ni el internacional para el gobierno, ni el interno para consumo
doméstico.
Para
2022, el FMI prevé que la economía seguirá cayendo con fuerza -otro 5% menos del
PIB- y con ello el ingreso per cápita será de $1.501, contra $1.938 de Haití,
otra vez la referencia de pobreza continental.
Nicaragua,
otro que se disputa el podio americano de la pobreza y la corrupción, tendrá un
PIB per cápita de $1.916 en 2022.
Indicadores
nefastos
El
informe global deja claro que Venezuela tiene uno de los peores
resultados económicos en todo el planeta. La caída acumulada de su PIB no tiene
comparación en el mundo con la de ninguna nación en tiempo de paz o de guerra.
De
hecho, de acuerdo a las proyecciones, este será el único país en América y el
Caribe que no crecerá este año, cuando se apuesta a un pequeño rebote tras la
parálisis de 2020 en la región.
En
cuanto a la inflación, fue de 2.355% en 2020, y en este 2021 estará en 5.500%.
Significa que las cosas en promedio serán 55 veces más caras este año con
respecto a 2020.
El FMI
espera un alza de precios similar en 2022.
La
próxima tasa de inflación más alta esperada para este año 2021 en la región
estará en Argentina, con 9,2% y 8,4% en 2022.
Cuando
un país no crece, no genera puestos de trabajo, mucho menos empleos formales
bien remunerados.
El
desempleo en Venezuela trepará hasta 60% en 2022, contra 58% este 2021.
Una
economía que se encoge
De
esta forma, la tragedia política, económica y social que vive Venezuela ya ha
determinado que el tamaño de su economía sea uno de los más pequeños de toda
América.
Su PIB
a precios corrientes este año será de apenas $42.530 millones, menos del doble
del tamaño del de Haití ($22.431 millones).
Ya la
flamante Bolivia, con su PIB de $43.110 millones, supera a Venezuela en este
indicador.
Ahora,
en América Venezuela solo tiene una economía más poderosa que la de Honduras
($26.161 millones); por muy poco sigue por encima de Paraguay ($37.836
millones) y El Salvador ($26.277 millones). Todavía supera de lejos en tamaño a
las pequeños naciones insulares del Caribe anglófono, francófono y holandés.
Pero,
como van las cosas en 2022 Paraguay casi empatará con Venezuela, pues para la
mediterránea y agrícola nación sureña se espera un PIB de $40.183 millones,
contra $40.403 millones del reino chavista perdido en el Caribe.
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