Por Carlos Torrealba Rangel
En los años noventa del
siglo pasado se planteó el tema de la gobernabilidad de Caracas. Primero por la
Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE), cuyos estudios en esa
materia fueron publicados en 1993 en el libro “Nuevos Escenarios para el Poder
Local: Caracas” y, posteriormente, por la Fundación Plan Estratégico de Caracas,
institución que en 1999 presentó el documento “Gobernabilidad Democrática de
Caracas: Una Propuesta a la Asamblea Nacional Constituyente”, el cual puede ser
consultado en la Revista Urbana Nº 29 del Instituto de Urbanismo de la Facultad
de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, Caracas,
Año 2001.
Han pasado 20 años desde que
la Fundación Plan Estratégico de Caracas presentó ante la Asamblea Nacional
Constituyente el documento antes mencionado contentivo de una propuesta para el
establecimiento de un nuevo régimen de gobierno para Caracas.
En el mismo se planteaba la
creación de un nivel distrital de gobierno que abarcara el ámbito territorial
de la ciudad de Caracas, como capital de la República de Venezuela, asumiendo
como tal ámbito aquel del llamado Valle Mayor y sus valles tributarios, o como
tradicionalmente se le conoce, Valle de Caracas, a saber, el espacio que hoy es
sede de los municipios Libertador, Chacao, Baruta, El Hatillo y Sucre. Como
resultado de ello, se aspiraba que en lo adelante la capital de la República
tuviera una sola jurisdicción constitucional, un solo espacio urbano, con lo
cual se superaría la fragmentación institucional, política y administrativa que
había dado origen, sin interrupción hasta la fecha, a muy serios problemas de
gobierno y coordinación.
Aparte de dejar en claro el
tema del espacio territorial de la capital de la República como unidad político
territorial de Caracas, también se planteó que éste tuviera dos niveles de
gobierno: el distrital con jurisdicción sobre todo el valle de Caracas; y el
municipal en cada una de las entidades locales, independientemente del número
de ellos que llegara a existir dentro del nuevo territorio propuesto para la
ciudad capital. El mantenimiento del régimen municipal dentro del ámbito de la
ciudad capital, no significaba, sin embargo, que no se revisara el mapa
territorial de los actuales municipios, ni los criterios que se había utilizado
para su creación. Por el contrario, era aconsejable revisar ambos.
Con relación al régimen de
nivel distrital, independientemente de la figura que se adoptara (Distrito
Federal o Distrito Capital), era fundamental que se estableciera un régimen de
gobierno autonómico y democrático, cuyas autoridades, tanto para la rama ejecutiva
como la deliberativa, legislativa y de control, debían ser escogidas
directamente por los electores residentes en la ciudad capital.
El hecho de que este espacio
territorial sea el asiento de los poderes públicos nacionales no es motivo, ni
justifica en forma alguna, que sus habitantes no tengan, a diferencia del resto
de los ciudadanos del país, el derecho de elegir a sus propias autoridades.
Para el órgano ejecutivo, si
se conservaba la figura del Distrito Federal debía estar representado por un
gobernador. Si se optaba por la de Distrito Capital, suele utilizarse la
expresión alcalde mayor. Sin embargo, en la propuesta de la Fundación Plan
Estratégico de Caracas mantener la primera denominación, se justificaba no sólo
por razones de respeto a la tradición, sino porque no debía haber diferencia
alguna con los otros gobernadores en cuanto se refiere a su forma de elección,
la duración de su mandato, las causales de remoción, las responsabilidades que
asuma y el doble carácter como agente del Ejecutivo Nacional y como primera
autoridad de gobierno y administración de la entidad distrital. Y en relación
con sus funciones, eran las mismas que corresponden a todos los gobernadores
más aquellas especiales por ser el espacio distrital sede de los poderes nacionales.
Una vez establecido el
régimen distrital capitalino en los términos propuestos por la Fundación Plan
Estratégico de Caracas, se esperaba que más adelante se procediera con la
modificación del mapa municipal de Caracas, con la creación de varios municipios
a partir del fraccionamiento de los municipios Libertador, Baruta y Sucre. En
el caso del El Libertador era posible su fraccionamiento en 4 o 6 municipios,
Baruta en 3 y Sucre en 2. La municipalización de Caracas (municipios más
pequeños con gobiernos locales cercanos a los ciudadanos) sería posible,
siempre que existiera un nivel superior de gobierno (en este caso, el
distrital) que abarcara la visión de conjunto de la ciudad, con las
competencias de escala distrital.
Como se sabe, la propuesta
que hizo la Fundación Plan Estratégico de Caracas no se aprobó y en su lugar
surgió un esquema de orden metropolitano que no funcionó adecuadamente porque
tuvo graves fallas de origen. El Art. 18 de la Constitución de 1999 ordenó la
creación de un área metropolitana que integra a los municipios de Caracas, para
la coordinación de los asuntos comunes en la ciudad. Para cumplir con ese
mandato fue creado en el año 2000 el “Distrito Metropolitano de Caracas”, que
es un ente político administrativo, no comparable a las entidades políticos
territoriales de la República, como son los estados. El órgano de gobierno que
se estableció para esa “área metropolitana” fue la Alcaldía Metropolitana, la
que finalmente es eliminada el 20 de diciembre de 2017 por decisión de la Asamblea
Nacional Constituyente, por razones fundamentalmente políticas.
La capital de la República
ahora no tiene ningún ente de planificación y coordinación por encima de los
municipios que la integra. Es decir, la ciudad desde el punto de vista de su
situación de gobernabilidad ha retrocedido al estado inicial del año 1999
cuando la Fundación Plan Estratégico de Caracas hizo su propuesta para el
establecimiento un nuevo régimen de gobierno para Caracas.
El otro tema fundamental que
afecta a Caracas es la metropolitanización, que tampoco se ha podido
solucionar. Para ello debe existir un nivel de gobierno que abarque los 17
municipios que conforman la Gran Caracas o la Caracas Metropolitana, ubicados
en Guarenas-Guatire, en los Altos Mirandinos, en los valles del Tuy Medio y en
el Litoral Central. Ese nivel de gobierno metropolitano no tiene carácter
político territorial, porque no es una entidad federal; es un gobierno de
coordinación y planificación para la inversión, prestación y gestión de
servicios fuera de los propios límites administrativos de los municipios. En la
Gran Caracas o la Caracas Metropolitana cohabitan 3 entidades políticos
territoriales (Estados Miranda y Vargas, y el actual Distrito Capital), 17
municipios y diferentes órganos del gobierno nacional, para brindar los
servicios básicos a más de 4 millones de personas. En otras palabras, tenemos
múltiples y diferentes agencias públicas o privadas prestando servicios por
toda la zona metropolitana con poca o nula coordinación entre sí. Por su impacto,
la planificación del territorio, gestión del agua y la basura, así como
operación del transporte público, son temas que deberían atenderse a nivel
metropolitano y no a una escala local. Ya sea en coordinación o bajo un
gobierno metropolitano.
20 años después el problema
de la gobernabilidad de Caracas sigue siendo la principal prioridad estratégica
de la urbe capitalina y de su área metropolitana extendida; su solución
permitirá crear un contexto institucional adaptado a los nuevos tiempos de la
compleja realidad metropolitana, condición prácticamente imprescindible para
impulsar un proceso de desarrollo socioeconómico auténtico y sustentable, en
correspondencia con una visión moderna para la capital de la República y su
entorno metropolitano.
*Secretario Ejecutivo
Fundación Plan Estratégico de Caracas
(1995-2002)
caracas2010@cantv.net
Fundación Plan Estratégico de Caracas
(1995-2002)
caracas2010@cantv.net
18-08-19
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