Por Gregorio Salazar
Ya pasaron los tiempos en
que las vistosas gigantografías de Chávez cubriendo las instalaciones del
aeropuerto internacional Simón Bolívar anunciaban el surgimiento de una
Generación de Oro, que hacía suponer, a juzgar con tan descomunal despliegue,
que Venezuela estaba levantando vuelo hacia su destino de potencia deportiva.
Logros deportivos puntuales
los ha habido, seguro que sí, durante los últimos años gracias especialmente a
la calidad, esfuerzo y dedicación de entrenadores y atletas en algunas
especialidades, pero el nivel de la Venezuela olímpica, esa que alguna vez
ejerció una hegemonía imbatible en el marco de los Juegos Bolivarianos y era
respetada en el continente, se ha hundido a niveles catastróficos, como nos ha
ocurrido con el resto de las actividades que se pueden desarrollar en el
desempeño habitual de cualquier país.
Y no es que la revolución
chavista haya cejado en su empeño de convencernos de que un extraordinario
portento ha ocurrido en el ámbito deportivo nacional. En absoluto.
La propaganda oficial sigue
desatada, empeñada en construir un mundo irreal lleno de logros y
transformaciones alcanzables “sólo en socialismo”, mientras el país cae a las
profundidades del despeñadero por donde lo lanzaron Chávez y sus acólitos desde
hace dos décadas. Y en eso siguen, sin arrepentimientos ni actos de contrición
Los recién finalizados
Juegos Panamericanos, realizados en Lima, fueron una nueva comprobación de la
debacle en la que el chavismo ha sumido al deporte olímpico nacional. Cada vez
más abajo, cada vez más lejanos de sus gloriosas ejecutorias y, por ejemplo, de
los niveles que ha escalado un país como Colombia, al cual por décadas
superábamos a galope tendido en cualquier medición internacional. En Lima
caímos del octavo lugar obtenido en Toronto al puesto doce en el medallero,
superados ahora no solamente por Colombia, que emerge sólidamente en un
destacado sitial continental, sino también por Chile, Ecuador, Perú y República
Dominicana. El colmo de los colmos.
Dicen los conductores del
olimpismo nacional que mejoramos en relación a los juegos de Toronto porque
obtuvimos una medalla más, sin nombrar que ha sido la oportunidad en que más
medallas han estado en juego en una justa Panamericana.
Quiere decir que, si en los
próximos juegos logramos una presea más, pero caemos al foso del medallero la
“revolución deportiva” seguirá viento en popa, dándole a la disociada
propaganda gubernamental una excelente materia prima para su desbocado torneo
de mentiras y demagogia
Para Gente del Deporte, un
valioso grupo de venezolanos integrado por dirigentes, especialistas en las más
variadas disciplinas y aspectos del deporte, ex atletas y periodistas
deportivos, que siguen paso a paso los despropósitos, errores y desmanes del
período chavista, la debacle comenzó en 2001 cuando Chávez anunció la llegada
del 10 mil entrenadores cubanos, al menos eso dijo, a razón de 1.500 dólares
mensuales, “para hacer un diagnóstico de la realidad deportiva
venezolana”. Convenio desde todo punto de vista ilegal, por haber sido
hecho sin reválidas ni certificaciones, como es norma internacional.
El profesor Jesús Elorza
Garrido, una voz perseverante y alertadora del desatinado rumbo que lleva
nuestro deporte, apunta que de ese anunciado diagnóstico nunca se conoció un
párrafo. Lo que sí se instauró fue una odiosa discriminación laboral con los
entrenadores venezolanos, con exiguos pagos frente a los jugosos salarios en
divisas norteamericanos de los huéspedes cubanos. No hay sector donde el
entreguismo a los camaradas de la isla antillana no campee por sus fueros.
Intervencionismo del Estado
a despecho de lo que establecen los cánones del olimpismo internacional, compra
de conciencias, falta de planificación, dilapidación de los recursos y una
corrupción galopante que de acuerdo con los registros históricos y de la prensa
nacional arranca desde los tiempos en que el Ministro del Deporte era el hoy
gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez. Aquí estamos ahora con la desaparición
desde hace seis años nada menos que de los juegos deportivos nacionales y de
los Juvines.
Este balance de los
Panamericanos realizado por Gente de Deporte, donde figuran especialistas de la
talla del mencionado Elorza y los profesores Robert Rodríguez, John Muñoz y
Alberto Centeno, entre otros, ha dejado la escena servida para un evento de
mayor magnitud donde se amplíe el análisis con la perspectiva integral con el
que lo vienen haciendo e inscrito en cuanto a sus proyecciones de cambio en el
Plan País que propone a Venezuela el presidente Juan Guaidó.
25-08-19
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