Julio César Arreaza B. 18 de agosto de 2019
@JulioCArreaza
Tenemos
al impuesto por Chávez y sus secuaces ejerciendo el poder por la vía de la
usurpación, esto es una realidad incontestable, innegable, porque la realidad
hay que reconocerla siempre a fin de poder formular la estrategia para
cambiarla. Venezuela se encuentra en una situación de secuestro, con una dosis
de sufrimiento de su gente que aumenta cada día.
Desapareció
el salario en el país; el gremio de enfermeras clama para poder recibir su paga
en dólares, que es lo único con lo que se puede comprar algo, y es tal el drama
que sufren que muchas han optado por el cambio de oficio y dedicarse a otra
cosa más productiva.
Continúa
la violación sistemática de los derechos humanos, es el caso del dirigente
sindical Rubén González, condenado sin debido proceso por el régimen que
persigue y tortura a la disidencia.
Destruyeron
la República y el Estado de Derecho y en su lugar establecieron una sanguinaria
estructura de represión. Existen centros clandestinos de este tipo, como ha
sido denunciado por algunas de sus víctimas.
La
lógica del costo país importa cuando un país transita en democracia, en una
situación de usurpación esto no aplica, al régimen le conviene el hambre y el
sufrimiento del pueblo porque con esos males obtiene su objetivo de permanecer
en el poder, sin alternabilidad, mediante el control social.
Sabemos
por comprobación que en la ecuación de la usurpación el costo país no importa,
en cambio en una democracia resulta fundamental, vemos el ejemplo de Puerto
Rico, donde el gobernante renunciante y sus compañeros de gobierno aspiran a
reelegirse en algún momento con el voto popular que allá sí elige.
A los
usurpadores les sabe si el país atraviesa por una emergencia humanitaria
compleja, los sufrimientos de la gente están fuera de su ecuación, como
indicamos antes y resaltamos. A ellos solo les interesa el financiamiento de la
claque militar que los soporta, que no ha peleado una sola guerra, y es muy
dada al soborno y a compartir el botín del Estado tomado por asalto y disuelto,
son corruptos y no les importa la miseria de sus compatriotas sino la
dependencia por penurias para hacerlos dependientes del régimen.
Con la
fuerza interna ciudadana no hemos podido contra una corporación criminal que no
es un gobierno. La realidad evidencia que solos no podemos. Es imperativo la
alianza internacional para la paz y el respeto de la voluntad popular.
Lo que
hay que construir, presidente Guaidó, es una amenaza creíble; el tema Venezuela
es irreversible para el vecindario y les afecta cada día con una migración
desbordada y en aumento.
La
alternativa democrática ha participado en nueve instancias de diálogo y ya se
sabe que las mafias no darán luz verde al tema de las elecciones libres, porque
al consentirlas decretan su eyección del poder.
¡No
más prisioneros políticos, torturados, asesinados, ni exiliados!
Julio
César Arreaza B.
@JulioCArreaza
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