Por Simón García
Por reciprocidad a sus
afectos y por admiración, debo agradecer a dos queridos amigos, Américo Martín
y Raquel Gamus, que me hayan dedicado sus artículos esta semana. Además de la
distinción, celebro sus opiniones sobre dos caras de un mismo tema, el Centro y
la iniciativa Todos Unidos. Indica la relevancia que está tomando la
conformación de una opinión alejada de los dos polos que quieren resolver el
conflicto rindiendo y sacando del juego al otro. Desenlace que hoy no parece
posible.
Desde su aparición, asociada
a una votación, el centro no fue visto como la sala de estar de los moderados,
sino como algo peor. Junta entre los indecisos y los oportunistas. Tal vez fue
así en esa primera votación que los bautizó y que Gustavo Bueno data, con
precisión, el 29 de Agosto de 1789. Pero el concepto centro ha evolucionado y
derribado algunas percepciones heredadas de ese pasado remoto. Ya no es la
marisma, el pantano, que simplemente separaba a la llanura de la montaña, en
las primeras semanas de la revolución francesa.
El centro, en la actual
situación venezolana, tiene visibles resignificaciones. Entre ellas: 1. La
reciente agregación de una capa, no exactamente de no alineados, de portadores
de diferencias no siempre expresadas públicamente, respecto a la estrategia de
la oposición parlamentaria. Es un refugio para un positivo pensamiento crítico,
comprometido con un cambio pacífico y electoral de gobierno; 2. Expresa
una clara demanda política de lograr en Barbados un entendimiento que asegure
elecciones presidenciales con condiciones competitivas y garantías para el
perdedor, de mantener presencia institucional; 3. Exige priorizar la
atención a los problemas de la gente con las calamidades llegándoles al cuello;
4. Levanta una demanda de inclusión desde la perspectiva del ciudadano, no para
sentarse en la mesa, sino para proveer de justificación social la política
transicional de la oposición; 5. Esta tercería, especialmente en materia de
formación de opinión y alianzas, no es para competir con los partidos ni con el
Frente Amplio. 6. Respalda un entendimiento nacional plural en base a un
esquema de nueva gobernabilidad durante la transición.
Las peculiaridades de esa
conformación del centro derivan principalmente de dos situaciones: Una, la
naturaleza del conflicto de poder que enfrenta a un polo democrático a un poder
autoritario. Y otra la dirección de los cambios, que sólo tienen sentido en
tanto conduzcan a un régimen de derechos para todos. Estas dos características
condicionan fuertemente la irrupción de un centro con un rol de mediación y
generación de soluciones intermedias. Misión que a los partidos de la oposición
parlamentaria les cuesta cumplir simultáneamente con sostener el repertorio de
amenazas y presiones para obligar al régimen a una negociación efectiva.
Los diversos componentes del
centro, interesados en desarrollarse con apoyo y autonomía respecto a los
partidos, tienen que acertar en su utilidad política real, dado que el
atractivo electoral está diferido. Ese es el reto que se atraviesa a quienes
quieren estimular una identidad, así sea coyuntural, a un nuevo centro
político.
18-08-19
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