Son las 6:05 am, mi hija universitaria ya aprendió que para poder llegar a su clase de las 7:00 am necesita salir antes de las 6:15. En la casa se prenden la televisión, FM center, se revisa @trafico en Twitter, a veces se observa hasta Mipunto.com para ver las pocas imágenes de cámaras fijas que existen en la ciudad, y se decide cual es la mejor ruta para llegar al destino marcado por la agenda cotidiana.
Los que vivimos en Baruta obligados a transitar por la Autopista de Prados del Este ó en su defecto por los caminos verdes, sabemos que tenemos que salir muy temprano ó muy tarde, es decir pasadas las 9:00 am, pues de lo contrario no nos salva nadie de 1 hora, a hora y media en cola para llegar a destino, que normalmente es hacia la zona norte de la ciudad, como decimos por aquí, del otro lado del Guaire. Por supuesto los que viven hacia el Este que transitan la cota mil ó la Francisco Fajardo tienen exactamente el mismo problema. Qué decir de los usuarios de la autopista regional del centro la ARC y el calvario diario para entrar a Caracas. Y los que utilizan la carretera panamericana para bajar de los Altos Mirandinos ó los que viven en Guarenas y Guatire?
Caracas es una ciudad colapsada por el volumen de vehículos que conforman su parque automotor y por la ineficacia de las políticas públicas para ayudar a poner un poco de orden en la ciudad, las únicas iniciativas que funcionan parcialmente son los VAO (habilitación temporal de vías en contraflujo, demarcadas con conos en avenidas y autopistas), por lo demás las restantes iniciativas de Alcaldías han terminado en rotundos fracasos, por falta de coordinación o permisología del gobierno central.
Los experimentos realizados en años pasados sobre el sistema de Pico y Placa, rindieron sus frutos, pero como eran adelantados por Alcaldes opuestos al gobierno central, se les impidió que se aplicarán, llegando hasta imponerse decisiones del Tribunal Supremo de Justicia. Entre tanto el Ejecutivo Nacional y su tren ministerial ni lavan ni prestan la batea, permanecen mudos, carentes de programas y soluciones para disminuir el nivel de caos de la ciudad. Este es otro punto débil del gobierno rojo, rojito, incapaz, ineficiente e inoperante.
Los caraqueños estamos acostumbrados a perder al menos tres horas diarias en colas y trafico, significando un desgaste terrible, incrementando el nivel de estrés, y disminuyendo la productividad de cualquier actividad económica, las pérdidas como producto del caos son incalculables y son todos los días, el trapo rojo literalmente que se colocan los funcionarios gubernamentales no les permite ver un poquito más allá de sus narices y entender que si se empeñaran en buscar reales soluciones al caos citadino una muy buena cantidad de adeptos y partidarios optarían por darle el voto en las próximas elecciones.
Para los que no saben de que se trata, el Pico y Placa consiste en restringir la circulación de vehículos de acuerdo al número de su placa, por el tiempo de las horas pico, un día a la semana. Este sistema implementado en Bogotá con excelentes resultados y extendido a otras urbes del planeta ha permitido en conjunto con una serie de medidas como privilegiar al transporte público masivo y disminuir los tiempos de movilización y transporte de los habitantes de esas ciudades, esto implica justo lo contrario de lo que sucede en Caracas, gran ahorro de combustible, mayor productividad de las actividades económicas, menor estrés y aumento en la calidad de vida de los habitantes.
A las autoridades nacionales les decimos, la tienen facilita, implementen el Pico y Placa en las principales ciudades del país y la ciudadanía se los agradecerá, permitan que Alcaldes y Gobernadores implementen medidas para poner orden en el tráfico, ustedes no están perjudicando a los Alcaldes opositores, están perjudicando al pueblo en general.
¡Queremos Pico y Placa Ya!
Editorial del Equipo productor
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