Páginas

domingo, 4 de agosto de 2019

Entre la izquierda caviar y la “derecha güisquicera” por @polis360



Por Piero Trepiccione


Este martes, el periodista Andrés Cañizalez en su columna semanal para Efecto Cocuyo, escribió sobre la presencia de “la izquierda caviar” en Caracas, detallando el comportamiento de los líderes y representantes del denominado Foro de Sao Paulo en sus apoyos propagandísticos al gobierno de Nicolás Maduro. Se refirió al término acuñado para describir a personajes que se identifican con ideas de izquierda pero tienen modos delicados de disfrutar las prebendas del poder. En todo el mundo es conocido que el caviar es un plato de lujo que pocos pueden tener el placer de degustarlo, y que más descriptivo que señalar a un cierto tipo de dirigentes que en nombre del pueblo y los más necesitados, disfrutan de privilegios groseros.

Pero aunado a esa excelente descripción de un grupo de “vivos o avispados” según las expresiones populares venezolanas para mostrar este tipo de comportamientos, también debemos acuñar la frase “la derecha güisquicera”. Porque este comportamiento típico de aprovechar las prebendas del poder no es exclusivo de las afinidades ideológicas. Es triste decirlo pero, muchas veces los argumentos ideológicos solo se convierten en una pantalla para cometer todo tipo de fechorías que apuntalan el disfrute del poder para unos pocos.

Con la realización del Foro de Sao Paulo en Caracas lo hemos visto. No importan las duras condiciones por las que atraviesan la gran mayoría de venezolanos para subsistir. Tampoco importan las dificultades para adquirir medicamentos, alimentos o siquiera un salario digno para vivir ni los grandes actos de corrupción desnudados por doquier, interna y externamente.

Vale más la “solidaridad automática” de quien paga mi boleto, me aloja en un hotel de lujo, me da comida exquisita y además, de ñapa, como decimos en Venezuela, me da platica para mi proyecto político en mi país. Entonces, yo como caviar y apoyo propagandísticamente a quien me resuelve. Más allá de cualquier análisis objetivo y real de la situación de la gestión pública en particular, la izquierda caviar prefiere apoyar sin mirar a los de abajo.

Sentarme en el coroto

Pero, la derecha güisquicera no se queda atrás. Desde Miami y otras ciudades alrededor del mundo, le encanta meter el dedo en el “güisqui” para removerlo y darle el toque sutil. En paralelo, teclea desde su moderno smartphone, algunos tuits que alientan a los “tontos útiles” a promover una invasión “resuelve todo”. Pero, esta invasión “resuelve todo” no es pensando en el país sino en la manera de sentarme yo en “el coroto”, es decir, es una  apuesta radical pero no en función de los intereses de la gran mayoría de venezolanos sino en los suyos propios, cerraditos y ambiciosos.


También, cuando ya están pasaditos de “palos” comienzan a arreciar en mensajes de odio a los líderes opositores que operan en Venezuela o fuera de ella en función de articular una gran construcción política que garantice la gobernabilidad del futuro en aras del desarrollo económico y humano del país, para quitarlos del medio, en la ardua tarea de meterle mano al coroto. Esta derecha güisquicera se las trae también en materia de solidaridades automáticas y es capaz de pasar por debajo de la mesa cualquier acto de corrupción con tal de lograr el alineamiento necesario para la causa.

Como vemos, debemos estar muy atentos a la izquierda caviar y a la derecha güisquicera. La democracia en Venezuela y en el mundo depende del respeto a la ley y la transparencia con la que se manejen los asuntos del Estado. Nuestra responsabilidad como ciudadanos es identificar a los “bribones” que usan los argumentos ideológicos para llenarse los bolsillos y también, el estómago…

04-08-19




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico