Por Simón García
Esta semana se presentará
una iniciativa para llamar a detener la destrucción general y posibilitar una
solución democrática y pacífica del conflicto entre el país y la minoría que
ejerce el poder. El llamado se dirige a todos los sectores políticos y sociales
interesados en compartir cuatro compromisos: la prioridad es la gente; promover
un entendimiento de gobernabilidad a mediano plazo; realizar elecciones libres
para legitimar un presidente de la república para todos y aproximar a los
seguidores de los dos polos en pugna con los venezolanos que no se sienten
enteramente identificados en esos polos.
Es posible, aunque no fácil,
sustituir el enfrentamiento catastrófico por acuerdos virtuosos
Pensar en una prolongación
del empate asimétrico entre gobierno y en el uso de la violencia es agravar la
crisis y la ingobernabilidad. El calculo extremista de esperar a que Maduro sea
engullido por la crisis es permitir un masivo sacrificio de la gente. Nadie
puede jugar a ganar tiempo mientras se incrementan las victimas en los sectores
que pierden el derecho a subsistir. Las cifras del desastre son suficientes
para exigir a oficialismo y oposición que se pongan de acuerdo.
Facilitar el entendimiento
en una oposición heterogénea y lograrlo también en proyectos rivales sobre el
país, supone llenar de ideas y acciones un centro social y político integrado
por muchas voluntades alejadas de las solicitudes de todo o nada, del triunfo
absoluto de un único actor o actitudes intolerantes y excluyentes. El
comportamiento autoritario desnaturaliza la dinámica democrática entre mayorías
y minorías.
Ser centro es incluir,
aceptar la diferencia, sintetizar aportes de la diversidad. Es ser
constructivo, propositivo y conciliador de intereses contrapuestos. Es
dialogar, buscar la verdad en la deliberación y practicar la tolerancia.
El centro social y político
no puede seguir silencioso. Su irrupción es condición para un fortalecimiento
innovador de los partidos, si mantiene como norte no competir con ellos, no
incurrir en actitudes antipolíticas y dejar el tema de las candidaturas a las
preferencias individuales. Son determinaciones en la modesta iniciativa que
nace para reforzar otros esfuerzos para superar los males del país.
Es curioso que las ruedas
cuadradas del extremismo circulen con facilidad en la clase media, desesperada
por la vivencia de su progresivo aniquilamiento y que la repolarización de
todos contra todos pierda impulso a medida que se desciende en los sectores
populares, donde el fuerte vendaval de calamidades obliga a contar con el otro
para no dejarse arrastrar a la destrucción
El motor del entendimiento
es la necesidad de sobrevivir, su sentido humano y la reaparición de valores
cívicos como ayudar al otro, independientemente de su identidad política
Un segundo dato de la
realidad muestra, no sólo la base social del acuerdo, sino también su
dirección: el 80% de la población, incluidos partidarios del oficialismo,
desean un cambio de presidente. Y un tercer dato es el reconocimiento de la
fortaleza y legitimidad de la Asamblea Nacional para ejercer un liderazgo que
exprese al conjunto del país. Desafío que hoy está en manos del presidente (E)
Juan Guaidó.
El movimiento que está
naciendo, para añadir a los polos contendores, el empoderamiento de una
tercería social, sabe que el futuro del país hay que ganarlo hoy. Y todos
unidos.
04-08-19
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico