Nuestro planeta tiene vida y riqueza incluso allí donde parece que no la hay. El astrobiólogo Armando Azúa-Bustos investigando en Atacama la adaptación de la vida en el lugar más seco del mundo, comprueba los efectos inesperados que las grandes medidas que se están tomando contra el cambio climático, y plantea la necesidad y urgencia de repensarlas. Estudia cómo la vida microbiana se ha adaptado para sobrevivir en el Desierto de Atacama, el lugar más seco de la Tierra. Director ejecutivo de Atacama Biotech, donde está trabajando para encontrar y caracterizar especies que pueden sobrevivir en las condiciones extremas impuestas por el desierto de Atacama en Chile.
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