Orlando Viera-Blanco 26 de octubre de 2022
@ovierablanco
Seúl
decidió educar al 95% de sus ciudadanos, darle un sistema de salud accesible y
hacer de la tecnología su desafío. Así resolvieron que “la democracia” no
pertenece ni a políticos, ni a mayorías o minorías. Pertenece a cada persona
La
primera vez que fui a Corea del Sur [2014] mi fascinación fue materialista,
urbana, estadista. Su metrópolis, la primera del mundo en términos de
infraestructura, emprendimiento, educación, conectividad, vialidad, ornamentos,
hubs e incubadoras, nos daba una clara fisonomía de una urbe
futurista. Ahora mi admiración fue sesudamente ciudadana…
Soy patriota por ser agradecido…
He
vuelto con una retina inspirada en el pensamiento de Foucault. “El
hombre, el sujeto del que hablan los filósofos, no es un sujeto soberano […]no
domina el tiempo ni lo verdadero porque «cada uno de nosotros sólo puede pensar
cómo se piensa en su tiempo» Corea del Sur de 2014 no es la misma 8 años
más tarde. Su evolución la marca la educación de sus jóvenes, de
quienes han cosechado creatividad y emprendimiento.
«Aristóteles,
San Agustín e incluso Bossuet no fueron capaces de elevarse y condenar la
esclavitud. Siglos más tarde, condenarla nos parece una evidencia». La
sabiduría de la polis está en el desarrollo de su sentido
humanitario. Hace apenas 10 años los Coreanos eran una potencia esencialmente
tecnológica. Hoy su interés ilustrado se eleva y condena la violación de DDHH y
la miseria. Su diplomacia aboga por integrar la Comisión de DDHH de la ONU.
Perdieron una silla en el Consejo por tres votos frente a Chile y Costa Rica,
elegidos. Venezuela fue excluida. El progreso para los Coreanos es la paz
sustentable, que es prosperidad
Según
Foucault, nadie puede acreditarse la representación de la humanidad sea
por divinidad o mundanidad absoluta. Las verdades son aparentes según el
modelo de poder, los tiempos y la circunstancia histórica. Y son reales [las
verdades] si el modelo es libertario y concede representatividad por aceptación
de sus ciudadanos.
Corea
del Norte y Corea del Sur-que a fin de cuenta comparten una misma génesis
cultural-como Ucrania vs. Rusia, como Alemania Oriental vs. Alemania Occidental
en su momento, son resultado de una [in]evolución social y política por
factores de dominio ideológico, totalitarios o libertarios que impidieron a unos
[el norte] trazarse “una verdad identitaria, social y humana, libre y a otros
[el Sur] sembrar una sociedad de democracia representativa sólida, parte del
G-20.
Corea
del Sur nace de una escisión devenida de una guerra [1950] en la cual murieron
casi 3 millones de coreanos y participaron USA por un lado y URSS por otro, en
el marco de la guerra fría [1948], que culmina con un cese al fuego [1953] que
no aún no registra tratado de paz.
Corea
del Sur inicia un programa de reconstrucción agresivo, acompañado de educación,
tecnología, comunicación, seguridad, salud, infraestructura y puertos
abiertos. Pronto integra el grupo de los tigres de Asía, con Singapur y Taiwán,
con un crecimiento económico de 7% en los últimos 15 años, séptimos en
exportaciones en el mundo, y 14 en GDP [2.7 trillones UIS$] o 50,000 € per
cápita [a sus 51 millones de habitantes]
La
actitud del coreano, su educación y civilidad le distinguen. Un país
esencialmente agnóstico, por cierto. Su verdad es querer prepararse. El respeto
que se observa en las cosas más simples: Se detienen en la luz roja donde cada
peatón guarda línea por orden de llegada; el servicio militar es obligatorio y
hasta los integrantes de famosísimo grupo musical BTS, anunciaron que se
retiran para atender sus tres años de servicio militar. Patriotismo es ser
honesto lo cual es colaborar, servir con humildad, rendir cuenta con
transparencia y sentirse orgulloso de ser parte de un país autosuficiente,
estable, con mejores récords de longevidad. En Corea Ud. no ve gente ni
analfabeta, ociosa, ni obesa. Ser patriota es ser agradecido.
Otra
dimensión. Volvamos a la tierra.
En
Seúl el tráfico es intenso pero sus conductores no se atreven violar una señal
de tránsito o exceder la velocidad. Parafraseando a Marx, la
humanidad plantea problemas en el momento que los resuelve. Y los
[coreanos] resolvieron con vigilancia, control consciente y gobernanza. En
Corea no vigila sólo el estado. Lo hace el ciudadano quien señala a otro si usa
indebidamente un servicio público o un desecho mal tirado en un cesto de
basura…
En el
día a día pasan cosas maravillosas por civilizadas. Llegando a Seúl en tren, no
recuerdo salir tan rápido de un vagón. La urbanidad y el orden de la
gente, a un latino, ¡nos pone nervioso! [sic]. Las escaleras mecánicas
extrañamente no funcionaban […] Una mayoría subimos las escaleras [en silencio,
sin lamentos] otros hicieron su cola para el elevador […] La espera de los
taxis era larga, pero un comité de voluntarias agilizaba el tráfico y
colaboraba con los pasajeros. No importaba si eran mujeres y de edad
madura. Cargaban maletas a los usuarios para agilizar la operación. En Corea la
señal de respeto es estirar el brazo y colocar el otro en el pecho. Mi corazón
es para servirle…Otra dimensión ciudadana, con los pies en la tierra.
La
escolaridad: el gran secreto libertario
La
escolaridad-incluyendo primaria y educación media, va de 7:00 am a 10:00 pm con
una oferta extracurricular intensa. Son competitivos y se fajan por ir a la
universidad. Cualquier guía tiene dos maestrías, un doctorado y hablaba 4
idiomas. No hay tiempo que perder. La verdad es que los retos, placeres,
vocación deberes y deseo, gravitan sin uniforme, sin alfanje, ni amenaza pena
de muerte…por disentir.
Seúl
decidió educar al 95% de sus ciudadanos, darle un sistema de aseguramiento de
salud accesible y hacer de la tecnología su desafío. Así resolvieron
que “la democracia” no pertenece ni a los políticos, ni a las mayorías o
minorías. Pertenece a cada persona, a cada individuo que se cimenta, forma,
trabaja o emprende cada día, libremente.
El
problema no es la doctrina.
No
existe adoctrinamiento posible si prevalece la educación, la información
abierta, la libertad y el conocimiento. Foucault consideraba el pasado
como un cementerio de verdades, pero ello no lo llevaba a la amarga conclusión
que todo es vanidad, sino a la positividad del devenir”. En Corea su
“vanidad” es saber, cuidar de su salud y ser probo. El pasado no los marca
ni inmoviliza.
Sentencia
el filósofo francés “el pasado incide, pero no determina realidades”; y
agregaríamos, si los grupos sociales eligen modelos de poder realmente
liberales, democráticos por representativos, entendiéndose por liberal, la
capacidad de cada quien, de gobernarse, no de globalizarse.
Libertad
es emanciparse del político, del burócrata, “quien debe representar al
estado” para servir y facilitar, no para convertirse en un Dios. Sucede en
América, África, Europa, Medio y lejano oriente, que las democracias
desaparecen embriagadas de movimientos radicales, secesionistas y trasnochados
de lucha de clases, de género o de raza.
Corea
se distingue porque ha derrotado la vocación dominante de los grupos políticos
o de interés. La sociedad se organiza para contener permutar ideología por
productividad, información y saber calificado. Entonces se respira luna
soberanía real. No la del Estado, la territorial sino la ciudadana, la del
saber y poder aprender; la de participar y tener oportunidades. Progresar no es
un derecho, es un deber con miras a colaborar no recibir. El estado a lo suyo:
proveer infraestructura, salud, seguridad y educación. .
Samsung,
LG, Kia, Daewoo o Hyundai no van a tope de las empresas del mundo por
productividad. Lo lograron porque atesoran la mejor riqueza: sabiduría,
inclusión honor al trabajo.
En
Corea se respira amabilidad con autoridad. Respeto con acatamiento a la ley.
Desprendimiento con sentido de exigencia, a propios y
forasteros. Ciudadanía y disciplina que se ve en cada esquina, como
cruzan sus calles, esperan su luz, hacen fila, son puntuales y con cortesía
[con orgullo] también agradecen al visitante, a quien rinden honor con
brazo extendido y su mano en el corazón.
Eso vi
en Corea. Gratitud, educación y compromiso. Rinden honor a lo que
significa su nombre: Corea, El gran pueblo Número 1, la gran nación.
Orlando
Viera-Blanco
@ovierablanco
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